Parte 28

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Al día siguiente nos despertamos, y Martina me dijo que quería ir al restaurante, yo no sabía ni para que o porque, pero le dije que estaba bien que iríamos esa misma mañana si ella quería.

Los niños se despertaron los bañamos, tomamos desayuno, y cuando estuvimos listos nos fuimos hasta el restaurante caminando.

Martina comentó una vez más y como siempre que era increíble como esa zona había cambiado y la posición del restaurante era muy buena, y que veía potencial en él, pero claro ella y yo pensamos igual pero le dije el problema que veía era la carta del restaurante.

Y si cambiamos todo? Dijo  Mariana pero todo me refiero incluso al mobiliario, lo podemos poner más moderno, menos convencional.   ¿Tu que opinas Alice?  Bueno no sé, o bueno si sé.  Es que Mariana el restaurante no es mio completamente, además tampoco tengo dinero ni para comprar una silla, no sabemos lo que vaya a pasar con Mario. Mejor dicho me sorprende que ahora tu me digas eso Mariana.

Mientras yo decía esas palabras Mariana estaba caminando por la terraza hablando de como pondría las nuevas  mesas que ella tenía en mente y creo que ni siquiera me escucho lo que le dije.

Ese nombre de el "Sabroso" eso también hay que cambiarlo dijo Mariana mientras hablaba de cambiar y poner incluso algunas plantas decorativas. Estaba como loca, no paraba de hablar y parecía que veía en su mente todo el nuevo restaurante como a ella le gustaría que fuese.

No tengo ni para comprar una silla Mariana. Quieres dejar de soñar de una vez. Mariana ni me miro y siguió hablando de la pintura de las paredes del interior, en fin estaba en un éxtasis mental del cual ni mis palabras podrían sacarla.

Cuando termino por fin de hablar, me dijo estarías de acuerdo en hacer muchos cambios aquí y empezar de nuevo desde cero con un nuevo proyecto de restaurante del que seguro será un éxito.  Lo quieres hacer Alice? Si me dices que sí. Yo te daré todo el dinero que necesites, y seguro que luego me lo devolverás. Pero por eso no tendrás que preocuparte, solo por empezar a cambiar todo aquí y ya verás como todo se resolverá.

Y Mario que pasaría con él?  Yo sinceramente no sabía cual seria el desenlace con él. Era complicado cuando pensaba en él porque aunque no quería que se muriera sinceramente tampoco lo quería de vuelta al restaurante y mucho menos ahora que mi hermana estaba dispuesta a ayudarme. 

No se Mariana le dije- Y si esperamos un poco a ver que sucede con la salud de Mario?  Que dices Alice- No hay tiempo que perder, creo que ya has perdido demasiado aguantando a  Mario, y también aguantando la escasez de tu economía. 

Creo que debes de tomar una decisión sea la que sea yo te apoyo, o te vienes conmigo a Inglaterra o te motivas a hacer un grande negocio aquí. Pero no quiero verte ni un día más en esta situación, porque vas a terminar en un hospital o lo que es peor aún, podrías terminar en un siquiatrico al ritmo que llevas.

Mariana tenía toda la razón, pero no sabía que hacer, el plan de irme a Inglaterra no lo veía del todo bien, porque salir y dejar todo tirado no me parecía correcto, y menos con Mario en coma en el hospital.  Ella tenía razón tenía que tomar una decisión.

Yo te ayudaré en todo Alice, trabajando mucho yo creo que podríamos tener el restaurante con todos los cambios terminados en un par de semanas, es cuestión de crear un plan y escoger muebles, mandar a hacer otro aviso, pensar antes que todo en el nuevo nombre para el restaurante, y claro tú no podrás trabajar sola Alice. 

Le comenté acerca de las muchas veces que había soñado con hacer cambios en el restaurante, y hasta que había pensado en las posibles personas las cuales me gustaría que trabajarán conmigo. Pues adelante dijo Mariana. Tú sueño se esta haciendo realidad. 

 Empece a sentirme muy bien, entusiasmada, y confiada. Al fin y al cabo muchas veces antes había pensado eso, y de una manera que no había pensado, pero en ese momento se me estaban dando las cosas, y era el  momento de dejar todo lo negativo de lado y empezar a crear con todo el animo y así fue como empezamos a escribir y a dibujar sobre el papel de como era lo que queríamos. 

Mariana era un derroche de ideas, y muy buen gusto. Cuando terminamos de escribir todo. Ella sirvió dos copas de vino  y brindamos por el nuevo proyecto. 

Empezamos a mirar muebles por internet, y estuvimos de acuerdo en comprar sillas de mimbre marrón, eran livianas, elegantes y se podían apilar al final de la noche para guardar adentro. En la parte de adentro escogimos pintura de otro color para cambiar ese gris tan deprimente y también papel decorativo para la parte trasera de la barra. Las sillas y las mesas del interior también las escogimos y diferentes. Diseñamos un mueble largo que estaría pegado a la pared del interior y que haría de espaldar con cojines como si fuese un mueble modular, de esos que siempre estaría fijo a la pared, eso daría como resultado más capacidad de comensales que pudiesen estar en el interior. 

Compramos suelo de madera para el interior, renovamos los baños que antes lucían  viejos y anticuados, y ahora habíamos cubierto con losa más moderna, compramos también cuadros, plantas. Y diseñamos la nueva carta, que aunque no tenía demasiados platos era lo mínimo con lo que yo podía empezar, porque aunque yo no era chef, siempre me gusto cocinar, y ahora este se había convertido en mi nuevo reto.

Los días se nos hacían cortos, siempre ocupadas, y con mucho entusiasmo poco a poco todo cambiaba y lucía mucho pero mucho mejor. 





NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS  [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora