De regreso al restaurante, Mario estaba cocinando. Lo salude con un simple "Hola" a secas, y el respondió lo mismo.
Mis padres habían quedado por venir a las 21.00 , vi el reloj y quedaba una hora para que ellos llegarán.
Mario vino hacia la barra y se sirvió una jarra de cerveza, yo me serví una copa de vino blanco, me sentía tensa sin saber como iba a terminar esa noche. Lo único que quería era que el tiempo pasará rápido y que Mario no estuviera igual de impertinente.
Me dedique a montar una de las mesas redondas que teníamos dentro, me pareció más intimo, además había aire acondicionado y sabía que mi madre lo agradecería.
No sé de donde Mario saco el gorro de chef que desde hace tiempo yo no le veía, se lo puso y me di cuenta cuando salio a saludar a mis padres, muy sonriente. (Si no fuera porque solo había bebido una copa de vino, hubiera pensado que estaba borracha, o que ese hombre que salía de la cocina con gorro de chef no era Mario).
Arturo, Silvia que agradable volver a verles! Al mismo tiempo que dijo eso, los abrazo a cada uno y les dio dos besos, a mi padre incluso le dio palmaditas en la espalda.
Mi madre le dijo a Mario: Se nota que los kilos que Alice ha perdido. Tú los has ganado. No te estoy diciendo gordo,dijo mi madre entre risas. Mientras Mario preparaba una respuesta que me dejo helada.
Mario le respondió entre sonrisas. Si tienes toda la razón Silvia, Alice luce fantástica ahora. Me miro con una cara que yo ya había olvidado.
Mario se te nota que sigues enamorado de Alice. A lo que Mario respondio: Por supuesto Silvia, Alice es maravillosa!
Madre mia!! yo estaba en shock completamente, no me lo podía creer lo que estaban presenciando mis sentidos.
No sé como era mi cara en ese momento, pero estoy casi segura que mi padre si me había visto la boca abierta.
Me parecía exagerado que Mario hubiese optado por comportarse de esa manera. Ahora mismo era otro, y por un momento pensé que ese gorro tenía poderes mágicos, porque yo seguía alucinando de escucharlo.
Mis padres se habían sentado, y Mario y yo seguíamos de pie, yo me había apoyado en una silla. Mario pregunto, que queríamos beber. Mis padres eligieron vino blanco después que Mario les hubiera dicho que había cocinado comida de mar.
Y tú "cielo" me pregunto tocando suavemente mi brazo que se encontraba apoyado a una de las sillas. Ahh ehh uhh casi repito todas las vocales, no podía ni hablar. Era incapaz de coordinar el cerebro con mi boca.
Inmediatamente Mario se dirigió a mi diciendo: Cielo por favor siéntate yo traeré el vino.
Tuve que sentarme, de verdad estaba muy impresionada. "Cielo" me ha llamado "cielo" y dos veces seguidas.
No sé de donde saco ese calificativo, el nunca me había llamado de esa manera. Ha tocado mi brazo. Este Mario se volvió completamente loco.
Mi padre era muy observador, y no me quitaba la mirada de encima. Papá -¿has seguido con tu afición a los crucigramas?
No se ni porque pregunté eso a mi padre. Estaba muy nerviosa. La actitud de Mario me desconcertaba en todos los sentidos, porque se le veía muy natural, no parecía que estuviera fingiendo y eso era lo que me tenía sin saber decir.
Sí Alice por supuesto dijo mi padre. Mi madre continuó diciendo: Es más probable que tu padre me deje a mi, que deje la costumbre de hacer crucigramas.
ESTÁS LEYENDO
NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS [sin editar]
General FictionEl desamor y un negocio que no va bien, es lo único que une a esta pareja. Se encuentran en una zona de confort. Uno de los dos deberá salir y romper con ese ciclo. Es vital encontrar una solución justa y equitativa para los dos. Pero el destino...