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No me era de sorpresa que me estuviese congelando en el laboratorio; casi siempre estaba así, por lo que la normalidad se hacía presente con solo ver la sala desde lejos. Sin embargo, el estar allí con un Jungkook de mandíbula tensa por el enfado, hacía a mi piel erizarse.

Alejó con lentitud su mano de mi boca, dejándome jadeando por los nervios que de repente me habían atacado junto con los del nuevo cadáver descubierto y del que no se iba a hablar hasta posiblemente mañana.

¿Acaso él podría saber algo del cuerpo de ahora?, me limité a pensar al notar que ninguno daba indicios de comenzar con una conversación.

Por otra parte, de una forma un tanto extraña, pero de saber por qué, mi corazón volvió a aumentar los bombeos. Todo era porque Jungkook me había visto fuera de la habitación, con otras personas y sin estar estudiando por ninguna parte. Me había descubierto en lo que yo solita me había metido.

Estaba más que claro que lo mío no es que fuese divertirme por unos míseros segundos, porque la vida ya estaba para joderme de nuevo con esas cosas que no podía considerar de otra forma excepto "problemas".

—¿Qué tal el estudio? —me preguntó, acercando por un momento la cara a la mía. Instintivamente me hice hacia atrás de cuello para arriba. Notaba la molestia y cierta burla en sus palabras; en la forma de decirlo—. Vaya, no veo ningún jodido libro en tus manos, dulzura.

—Yo... Esto... Lo que pasa es que... —me callé al no saber qué más palabras soltar sin sentido alguno. Solo miraba sus ojos, que me comenzaban a asustar por lo oscuros que se veían, más de lo normal. No sé si por la luz del ambiente que era muy tenue, o por lo cabreado que podía llegar a estar.

—"Yo... Esto... Lo que pasa es que...", ¿qué pasa con eso? —me imitó tontamente, burlándose.

Sentí una presión en el corazón al ver cómo me estaba tratando.

De cierta forma, volvió a recordarme a ese niño que comenzó a burlarse y a acosarme. El que pensé que había cambiado y lo más probable es que no.

Solo pude seguir callada.

—Oh, ¿no vas a decir nada después de que te haya pillado mintiéndome? —elevó una ceja, apoyando ambas de sus manos a los costados de mi cuerpo mientras mantenía su cara igual de cerca de la mía—. ¿Dónde ibas con esos?

Seguí sin hablar, apartando la mirada al notar que no podía sostenerla ni un solo segundo más.

—¡Respóndeme! —gritó, haciéndome encogerme en el sitio e intentar alejarme, sin conseguir objetivo alguno.

—En el cumpleaños de Jin —susurré, asustada y atemorizada por todas partes.

—Te dije que no quería que fueses —alejó una mano y la llevó al puente de su nariz, apretándolo un poco—. Sé que has ido a ese maldito cumpleaños de mierda y que te lo has pasado genial por lo que he podido oír a través de la puerta.

—¿Me estabas espiando? —vuelvo a mirarle.

—Dime por qué cojones no me has hecho caso, dulzura. Odio que no me escuches, joder —escabulló sus dedos entre las hebras de su oscuro cabello.

—Puedo ir donde yo quiera. No eres mi maldito padre —acabé desesperándome por todas esas incoherencias que soltaba así, de la nada, y todo porque sí o sí él tenía que tener razón.

¡Pues no me iba a callar así de fácil!

—Espera, espera. ¿Qué cojones has dicho? —rio amargamente, volviendo a la posición de antes—. No quiero que te veas con ese imbécil de Jin. Ni con él ni con ninguno de sus putos amigos de mierda.

𝗢𝗥𝗣𝗛𝗔𝗡𝗔𝗚𝗘 ♡ [Lizkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora