𝗢𝗥𝗣𝗛𝗔𝗡𝗔𝗚𝗘 ♡ [Lizkook]

♡34♡

—Oye, ¿por qué no me has saludado esta mañana?

Esas fueron las primeras palabras que le solté a Ro cuando la pillé por el recibidor, saliendo del comedor y con dirección a los baños.

—¿A qué te refieres?

¿Era una broma no?

—A cuando estaba con... A cuando estaba con Yoongi —acabé por decir el nombre, sintiéndome un poco incómoda, pues noté que, posiblemente, hubiese una posibilidad de que él le gustara y yo estuviera arruinando todo.

—Ah... Ya... Perdón por eso, estaba un poco de mal humor por el dolor de cabeza. Lo de siempre: me quedé leyendo hasta tarde e hizo factura hoy —deslizó un brazo sobre mis hombros y besó mi mejilla alegremente.

—¿Estás mejor?

—¿No me ves? Estoy que me leo cinco libros seguidos.

—Vale, eso es estar bastante bien siendo tú.

—Lo sé.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—¿Desde cuándo no has podido?

—Es verdad, es verdad —reí nerviosamente, mentalizándome un poco para saber si era medianamente correcto o no hacerle la pregunta que iba a formular—. ¿A ti te gusta Yoongi, Ro?

Paró en seco de andar y quitó su brazo de mis hombros, bajándolo con lentitud, desviando un rato la mirada y luego subiéndola como si se sintiera intimidada.

—¿Se... Se me nota mucho? —su voz sonó ciertamente aguda y rota, como si tuviese ganas de llorar a pesar de que sus ojos estaba intactos y como siempre.

—Así que es verdad...

—¡Pero sé que él te gusta a ti! No me meteré en vuestra historia, de verdad.

Me lancé a taparle la boca por si alguien de los alrededores había escuchado, siendo demasiado tarde cuando oí una voz detrás de mí.

—¿Quién te gusta?

Jin se aproximó a nosotras y nos revolvió el pelo amistosamente.

—Tú nunca eres el entrometido, no lo seas ahora, por favor —supliqué, teniendo ciertamente razón.

—Vale, vale. Si en verdad me da igual, Lisa. Tampoco es como si tuviera poder sobre ti.

Asentí y mordí mi labio inferior, sacudiéndome en mi sitio.

—¿Dónde vas? —le preguntó Ro.

—Ahh iba a ver a Taehyung, ¿queréis venir?

—¡Claro! —contestamos ambas al unísono después de mirarnos, como si pudiéramos haber conectado las respuestas a través de la mente.

—¿Qué vamos a hacer con él? —acabé preguntando conforme nos acercábamos a la zona de los dormitorios masculinos.

—Nos solemos quedar en su cuarto, y si no vamos al bosque.

Genial. Todo lo divertido o misterioso en ese lugar tenía algo que ver con el lugar avistado de árboles que nos rodeaba.

No volvimos a pronunciar palabra alguna hasta llegar al destino, en el cual Jin ni se molestó en llamar a la puerta y simplemente abrió como si fuera su propio dormitorio. Desde ese día estuve segura de que, a partir de ahora, llamaría sí o sí, pues la escena que apareció frente a nuestros ojos, no era de lo más esperada.

Taehyung, colocado en posición de perrito, con Hoseok detrás de él, moviéndose desenfrenadamente como si su vida se acabase si tuviera que parar.