♡16♡

2.3K 250 54
                                    

En aquel desván, aparte de nosotros y algún que otro animalillo indeseado, había mucha cantidad de polvo, lo cual nos hizo casi ahogarnos y terminar por abrir el tragaluz que había. Me gustaba estar debajo de él, la luz de la luna impactaba con el entablado y, si elevaba mi vista, las estrellas se dejaban ver, manchando de la forma más bella el oscuro cielo.

Me encantaba ese lugar, en definitiva, al menos la colocación que tenía en la fiesta.

—Sigo sin entender qué hacen estas dos aquí —volvió a quejarse el tal Yoongi.

Ese chico era un grano en el culo si se lo proponía; ni respirar me había dejado cuando llegué junto a Ro. Era más pesado y espeso que el mismo polvo.

—Son amigas mías. No se cuántas veces más quieres oírlo —contestó por, puede, séptima vez el cumpleañero, quien se acercó a la improvisada mesa que nos habíamos montando apilando algunas cajas, sirviendo un poco de las botellas de alcohol que había.

Ni idea de dónde las habían sacado, pero tampoco me incumbía mucho el investigarlo.

Después de llenar casi por completo los vasos, Jin nos los acercó a mí y a Ro, extendiendo uno a cada una.

—No quiero, gracias —negué amablemente, ganando un bufido por parte del gruñón.

Sin embargo, mi querida amiga sí que lo aceptó, y con gusto.

—Mojigata —gruñó Yoongi, quitándole el que era mi vaso a Jin bruscamente y bebiendo el interior sin apartar la mirada de mí ni una sola vez.

—Venga, relájate, machote, que creo que el alcohol te afecta con solo verlo —como la primera vez, Hoseok enganchó a Yoongi por el cuello y lo llevó lejos de mi persona. Todo riendo, claro. Era lo mejor que se le daba hacer a aquel chico alegre.

Vi cómo ambos se alejaban hasta un pequeño sofá que había lejos de donde yo me encontraba, todo sin que el gruñón apartase, nuevamente, su filosa mirada de toda yo.

¿Y yo qué le había hecho? Ni idea. Como mucho chocar con él.

—Le caes muy muy mal, por lo que veo —me susurró Ro.

—No me digas... —solté, bufando por lo bajo e intentando que la alegría con la que había ido a la fiesta no se fuese por completo de mi organismo.

—Tranquila, suele ser así con muchas personas las primeras veces —me advirtió Jin, tomando sitio a mi izquierda y sonriéndome con esa bonita sonrisa suya de perfectos dientes.

—¡Con ella no hay fecha de caducidad! —gritó Yoongi, apuntándome con su dedo índice y luego haciéndome un corte de manga.

Perfecto, ya tenía otro enemigo más para la lista. Y me lo había ganado sin hacer nada.

Mi maravillosa amiga comenzó a reírse como una desquiciada mientras daba pequeños sorbos a la bebida, pues casi ni podía respirar de tanto carcajear.

—Te he traído un regalo —le comenté a Jin, inclinándome un poco hacia él y chocando mi hombro con el suyo.

—Yo te lo iba a traer, pero es que me han pillado robándolo —Ro era así, ya está—. Era una de esas comidas especiales que a veces cocinan. Sé que las amas, y me estaba guardando un táper en el interior del abrigo, pero una cocinera apareció y llamó a la pesada de la directora. Vuelvo a estar castigada, ¡por ti!

—Me debes esa comida —"amenazó" el chico, señalándola como si fuese a intimidarla.

—Sí, sí, pero cuando deje de estar castigada este lunes.

𝗢𝗥𝗣𝗛𝗔𝗡𝗔𝗚𝗘 ♡ [Lizkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora