♡15♡

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La sangre salía por los laterales del espejo, y nuevamente tuve ganas de vomitar como nunca antes lo había sentido.

Esa era la imagen que me tenía obsesionada con cada espejo que limpiaba, y todo era desde que había visto aquel cadáver de la chica a los pies del umbral de la puerta del armario.

Simplemente, repugnante a gran escala.

No sabía el número de veces que había visto mi reflejo ya, pero la sorpresa al verme tan pálida como la nieve, seguía pareciendo nuevo, a pesar de haberlo hecho antes. Me quedaba embobada, recorriendo mi cara, mis ojos y cada una de las facciones, intentando encontrar algo de lo que no sabía qué buscaba.

Lo único bueno en lo que podía pensar era en que había conseguido dar con Jin tras la catastrófica imagen; estaba en otra de las clases, rodeado de amigos suyos, y, aunque se enteró de lo que había pasado, no se interesó como para ir a observar. Ya lo he dicho, no era un entrometido en lo más mínimo.

Acabé guardando la dirección renovada en los rincones de un cajón de mi mesita de noche, donde nadie, excepto yo, se tendría que poner a buscar dicho papel ahí.

—No tienes buena cara —salté en mi lugar ante la inesperada voz oída, haciendo que la bayeta entre mis manos impactase contra las baldosas del suelo, dejando un sonido seco en el ambiente.

Lo primero que hice no fue recogerla, sino girarme a la persona culpable de mis repentinos vuelcos al corazón por sus apariciones, así, de la nada. Tenía el pelo sumamente revuelto, y esta vez llevaba un overol como yo, el cual le quedaba más que bien. Mantenía cierta sonrisa traviesa en su boca, erizándome los pelos, que era lo que más provocaba en mí, al perecer.

—Vuelves a estar en los vestuarios equivocados —así era. Estaba claro que sabía diferenciar los símbolos como para saber cuál era el que él tenía que limpiar—. Vete a tu vestuario, Kookie.

—¿Sabes? Odio esta mierda que nos dan para limpiar —señaló los ropajes que llevábamos puestos—. No me permiten hacer lo que quiero contigo.

Y ahí estaba de nuevo la faceta traviesa y provocativa que me había enseñado la primera vez en ese mismo lugar. Solo teníamos en diferencia las colocaciones en relación con los sitios de la otra ocasión.

—¿De qué hablas? —intenté hacerme la tonta. Sí, intenté, porque ya tenía muy en claro, que se me daba de pena máxima.

—Oh, venga, dulzura. No me vengas ahora con eso —dio dos pasos hasta mi lugar, y automáticamente el terror abarcó por mi organismo, y todo por lo del cadáver, que no conseguía salir de mi maldita mente obsesionada.

Volvía a revivir una y otra vez los recuerdos del inerte cuerpo partido y hecho una porquería total. A pesar de que era una asquerosidad, estaba segura de que a más de uno o una había llegado a la fácil conclusión de que eso no pasa por un simple accidente así de la nada. Y menos porque sí.

Lo único que hacía reaccionar mi cuerpo y mis pensamientos, era que aquella chica tenía, de cierta forma, relación conmigo. Después estaban las palabras de Jungkook detrás de mi puerta, y luego el cuerpo.

¡Si es que todo apuntaba en su dirección con claridad!

—N-No te acerques, po-por favor —extendí mis brazos, dejándole ver mis palmas, con la única finalidad de que parase ese desesperante paso con el que caminaba hacia mí, para decidir darse la vuelta y salir del lugar, que suficiente tenía con los dolores del cuerpo, como para que encima nos siguiesen castigando por su calentón.

—La última que estuvimos aquí, no decías lo mismo —pasó su lengua por sus labios, mojándolos, sin dejar una sola parte sin hacerlo.

—Ya, la última vez no sé qué pasó. Solo... Solo olvídalo —ni siquiera podía saber si yo lo iba a hacer, solo me quedaba rezar o meterme en la cabeza que sí.

𝗢𝗥𝗣𝗛𝗔𝗡𝗔𝗚𝗘 ♡ [Lizkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora