𝗢𝗥𝗣𝗛𝗔𝗡𝗔𝗚𝗘 ♡ [Lizkook]

♡40♡[FINAL]

¿Por qué a pesar de que una persona nos haya echo daño más de mil veces nosotros seguimos cayendo por sentir una conexión inigualable?

¿Por qué el ser humano se valora tan poco frente a otro ser humano?

Hace un tiempo, si hubiese estado en la misma situación en la que estaba, me hubiera lanzado a los brazos de Jungkook al igual que hice con Ro cuando salí de su armario; pero, ahora, ahora lo que menos quería era tocarle o dirigirle una sola mirada.

Los pelos se me erizaron con solo observar su rostro, aunque más al contemplar el asesinato que había cometido frente a mí, sin compasión y seguramente sin pensárselo dos veces.

—¿Estás bien? ¿Te ha hecho algo? —extendió su mano, mientras la otra se encontraba aún con el hacha llena de sangre.

No, no estoy bien, y creo que nunca lo estaré con gente como tú alrededor.

—Da... Da igual —resoplé y acabé levantándome yo sola y sin su ayuda—. ¿Dónde está toda la gente? —susurré, acomodándome un poco la ropa, y tratando de no posar mis ojos en los suyos.

—Muertos —soltó francamente.

—¿Qué? ¿Los has matado?

—Yo no, ella sí —apuntó con el hacha la parte inferior del cuerpo de Ro, derramando algo de su propia sangre en sus piernas.

Tragué fuertemente saliva, conteniéndome para no vomitar allí mismo.

—La vi matándolos por si no te lo crees, Lisa —se calló, como si estuviera debatiendo entre decir algo o callárselo—. Mató a tus amigos...

—Jin, Taehyung, Jimin... —por cada nombre que pronunciaba, la voz me desaparecía, y un hueco en el corazón se dejaba marcar por todo ese sentimiento de pérdida y desolamiento—. Yoongi...

Me tambaleé un poco por tanta información negativa, apoyándome en la pared, con la cabeza apuntando al suelo, dejando caer un mar de lágrimas a la madera.

—Ey, ey, hay que salir de aquí lo antes posible... —Agarró mi brazo y me obligó a avanzar a su lado.

Contemplé por última vez el cuerpo de la que había sido mi primera amiga y la mejor que podía haber tenido, al menos en la mentira que me rodeaba.

Tan tonta, sin nunca enterarme de nada, y con las "verdades" deambulando por mis alrededores.

Cada vez me decepcionaba más a mí misma, y no sabía cómo podía seguir siendo posible después de tanto.

—Jungkook —llamé, parándome abruptamente. Él me miró fijamente, preocupado e intrigado por mis próximas palabras—. Y-Yo ya no tengo a nadie. Estoy sola.

El ambiente a nuestro alrededor era tan tenue y apagado que parecía otro sitio ajeno en el que había vivido desde entonces, y lo comprendía; las paredes llenas de sangre, muebles rotos... Nada era igual.

Ni siquiera el sentimiento por Jungkook fue igual cuando pronunció sus próximas palabras, las cuales unos días antes podrían haber cambiado todo:

—Me tienes a mí.

Y me abrazó, como si su vida se fuera en ello, como si yo fuese importante para él. Mi cabeza apoyada en su pecho me hizo poder escuchar los veloces latidos de su corazón. Iban tan rápido que me recordaban a los míos en cada experiencia vivida a su lado, pero dolía porque yo ya no quería saber nada más de toco aquello.

La decisión estaba tomada, y, aunque le apreciaba y le quería, después de tanta tortura, tanta muerte y tanto mal, era hora de quererme a mí antes.