𝗢𝗥𝗣𝗛𝗔𝗡𝗔𝗚𝗘 ♡ [Lizkook]

♡36♡

Lo que no sabían aquellos poco inocentes jóvenes era que ambos habían estado siendo observados todo el tiempo por una mirada filosa y molesta al haberlos visto tan juntos y apegados, como si se amasen y el resto no importara nada.

Yoongi me observaba con una mirada un tanto curiosa mientras recogía una lata de un refresco asqueroso, pues yo ya lo había probado y casi vomité. ¿Qué estaría rondando por esa misteriosa cabeza suya?

—¿Qué me miras tanto? —alcé una ceja, posando una mano en mi cintura y dejando caer el peso de mi cuerpo en una pierna.

—No, nada nada.

—Ahora me lo dices.

—Tienes un moco.

—¡¿Qué?! —chillé y corrí hasta una de las ventanas, comprobando que me había engañado y mi cara estaba lo más limpia posible después de haberla lavado nada más levantarme—. ¿Por qué me dices esas cosas? ¿Sabes la vergüenza que estaba pasando?

—No, pero solo por haber visto tu cara me ha valido la pena.

—Te odio —murmuré por lo bajo.

—No, no lo haces.

Agachándome, alcancé tres bolas de papel, las cuales encesté después desde lejos en el cubo de basura grande y negro que se encontraba a mi derecha.

—¿No estás nerviosa? —me preguntó, apoyándose en la pared.

—¿Por?

—Lo del sábado.

—Intento no comerme mucho la cabeza, porque ya de por sí estoy cagada con lo que sea que vaya a pasar ese día, sabes. Aunque siempre tengo la curiosidad de saber quién será aquella persona que mata a todo aquel que e haya hecho daño.

—¿Ni la más mínima idea tienes?

—No. De lo que sí me he percatado es de que aún no ha matado a la última chica del grupo al que ha estado acechando.

—¿Sabes quién es?

—Si no me equivoco, creo que se llama Ha-neul. No me suena haberla visto en muchos días.

—Podríamos ir a buscarla después de esto para saber si siente que la están vigilando o algo por el estilo.

—Sí, me parece buena idea.

Esa chica era una de las pocas esperanzas para saber la más mínima pista sobre el asesino que rondaba entre nosotros.

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—103, 104... ¡109! —exclamé—. Ven Yoongi.

Resignado y cansado de estar toda la mañana preguntando por esa chica, acabó terminando a mi lado, frente a la madera oscura de una puerta que podía tener detrás de ella a la última superviviente del asesino.

—¿Llamas tú o lla...? —quedé interrumpida, porque Yoongi bufó y con sus nudillos llamó.

Esperamos por aproximadamente tres minutos, pero nadie abría.

Llamé yo. Nada.

Mordiendo mi labio inferior, agarré el manillar y abrí la puerta lentamente.

—¿Hola? —murmuré.

Recorrí la revuelta habitación y nada, no había nadie.

—¿Quiénes sois? —una tercera voz hizo presencia detrás de nosotros.

Era una chica un poco más alta que yo, de pelo negro y absolutamente liso.

—Eh... Estamos buscando a Ha-neul.