Capítulo XXII

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Capítulo XXII

El primer aullido hizo que todos en el coliseo guardaran silencio, jamás en la historia de este lugar se escuchó algo parecido. Hasta donde sabia, solo los olvidados habían sido vistos en el bosque, por lo que me acerqué a un grupo de los chicos que había bajado recientemente de sus habitaciones.

El segundo aullido le siguió tras un par de segundos y de ésta forma se fueron multiplicando. Cuatro aullidos en solitario hasta oír a toda una manada al mismo tiempo.

- ¿Que demonios son esas cosas? ¿Lobos?

- No, Ben. Los lobos estamos acá dentro. - respondió Elijah, quien se acercaba a nosotros con machete en mano, mi ballesta y sus flechas, las cuales me crucé por la espalda al estar dentro de su funda, la cuál crucé por mi espalda. La recibí sin decir nada.

El miedo era palpable.

- Tranquilos, esas cosas sean lo que sean, no podrán entrar. - Dijo el chico con cejas de Satan.

Ben miró incrédulo a Elijah y observó el machete confundido.

- Es solo por precaución. - Le explicó, aunque no sonó muy creíble.

- ¡Gladiadores! - Grité mientras me alejaba un poco del grupo compuesto por Nick, Ben, Elijah, Jack y dos chicos que eran parte de los cazadores- ¡Tomen sus armas y reúnanse acá! - El punto era que todos se acercarán al centro del coliseo y estuvieran preparados para cualquier cosa.

Cada gladiador por más asustado que estuviera obedeció a mi orden. Teníamos gladiadores de toda etnia como armas de toda clase.

Solo nos quedó esperar en silencio para saber que era lo que estaba por venir.

Las respiraciones de todos estaban agitadas, estaban nerviosos, asustados al no saber con que deberíamos lidiar ahora, creo que una parte de nosotros ya se había acostumbrado a los olvidados, pero esto era algo desconocido para todos. Solo nos quedamos juntos escuchando los aullidos y los fuertes pasos de esas cosas, que resonaban en la tierra como si fuesen miles de ellos. Respiraciones monstruosas se podían oír cada vez más cerca al igual que esa especie de galopes que daban.

Miré a los vigilantes en las alturas pero nos hicieron saber que no se veía nada.

Elijah y Nick, intentaban calmar a todo el mundo pero recordandoles que debían estar preparados en caso de que algo sucediera, como si fuese solo una posibilidad y no un hecho. Lo cuál era la más grande de las mentiras, aquellos monstruos o animales que nos estaban acechando se oían cada vez más cerca del coliseo, iban a atacarnos... eso de seguro, ya que han sido creados por A.L.S.K como todo en este lugar, y aún cuando ellos hablan de curas para los infectados, estoy segura que quieren destruirnos o al menos controlarnos.

- Elijah.- dije para llamar su atención, pero no sabia que decir. Solo le di una mirada y el entendió mi mensaje, sabia que tendríamos que luchar, no tenía miedo de aquello monstruos, sino de perderle. Me devolvió la mirada y tomó mi mano, para hacerme saber que él estaba ahí y que no se iría a ninguna parte.

Más allá de ser inmortales, podemos morir si nos destruyen el cerebro o si nos asesinan con extracto de Saúco, una punta de flecha empapada, un cuchillo repleto de ceniza del árbol, Balas hechas de su madera, etc... y en ese caso no era necesario darnos en la cabeza. Además de una mordida de Olvidado que eso era letal, si o si. En cuanto a estos monstruos, no sabemos... pero es lo más probable.

- Están cerca.- dije en un murmullo, mientras todos seguían en silencio, o eso creía yo...

- Los perros ya vienen... - escuché decir a alguien de manera repetitiva y con un tono no muy alto.- Los perros ya vienen, ya están aquí...- Me volteé a mirar quien era.

INITIUM (#1 La legión de los infectados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora