Capítulo II

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Capítulo II

El coliseo

Un dolor punzante en la cabeza, fue lo que hizo que me despertará, aún sobresaltada por los hechos anteriores. La verdad es que me costó un poco, darme cuenta donde estaba y si realmente me había sucedido todo aquello o tan solo había sido una pesadilla; pues la verdad, eso es lo que parecía. Finalmente, recordé todo lo sucedido con claridad. Estaba dentro del fuerte de grandes puertas metálicas. Aunque no sabía si ya estaba a salvo o no.

Miré a mi alrededor sintiéndome mucho mejor que antes, mis heridas estaban vendadas, y ya no me resultaban tan dolorosas, pero mi cabeza aún daba vueltas.

Noté que estaba sola en un lugar que vendría siendo como la enfermería, una habitación de color blanco, aunque no era un blanco demasiado limpio, se veía casi como si estuviese abandonado, especialmente por la falta de luz. Me encontraba en una camilla de hospital que aparentemente estaba a punto de desmoronarse y sobre mi tenía un par de mantas no muy limpias, por lo que de inmediato me las quite. La única ventana que había en la habitación estaba cubierta por una red de fierro que se encontraba a mal traer y una mesa de madera se encontraba frente a mi, junto a un par de lápices y hojas. Una silla a lado de mi cama, me dio a entender que alguien me había estado vigilando, lo cuál hizo que me dieran escalofríos en todo el cuerpo, ya que aún no sabía si eso era algo bueno.

Oí voces fuera de la sala, lo cuál me sobresaltó, para luego no dejarme pensar con claridad. Me bajé de aquella cama improvisada y corrí de inmediato cerca de la entrada, tomando un pedazo de madera que estaba junto a mi pierna derecha. Los pasos se escuchaban cada vez más cerca y probablemente mi respiración era más ruidosa que nunca. Los latidos de mi corazón se aceleraron como nunca antes. Realmente no sabía que hacer, no tenía idea si estaba en territorio hostil o eran aliados que podían ayudarme, no entendía nada y creo que eso era buena excusa en caso de que decidiera golpear a alguien. Lo cuál hice.

Fue una reacción instantánea, no lo pensé dos veces y en el momento que aquellas personas pusieron pie dentro de aquella habitación, golpeé con el palo de madera al primer chico que entró, directo en el rostro. El joven de cabello negro y piel oscura, se quejó mientras caía al piso, dándome un tiempo extra para salir corriendo del lugar, mientras el resto de jóvenes tras él, intentaban comprender que era lo que estaba sucediendo.

Corrí a toda velocidad, mientras todos los chicos que habían entrado a la enfermería, incluyendo el moreno que golpeé me perseguían por lo que parecía un campo normal, rodeado por enormes murallas de metal que formaban un circulo gigante a nuestro alrededor. Miré hacía atrás y sin duda, logré adelantar bastante a los chicos, aunque mi pierna comenzó a doler a causa de la herida que aún tenía. En realidad, no sabía cuál era el punto de todo, ya que no había ninguna salida a la vista. No había escapatoria.

En el momento que comencé a disminuir la velocidad, fuí golpeada por alguien desde el lado derecho. Caí con fuerza al piso, varios metros más allá y mi agresor se tiró sobre mi, tomando con firmeza mis manos por sobre mi cabeza, quedando frente a mi rostro.

Era un chico de cabello corto y castaño claro, incluso podría decir que era casi rubio. Tenía el rostro cuadrado y unos extraños ojos de un color grisáceo brillante, casi blanco, jamás vi nada igual, pero sin duda, aquellos ojos podrían intimidar a cualquiera; Al igual que su físico de contextura gruesa y repleto de músculos.

- ¿Donde demonios crees que vas, niña? - Espetó furioso, alzando las cejas mientras mantenía el ceño fruncido en todo momento.

- ¡Suéltame, idiota! - Le insulté, mientras intentaba alejarlo, pero el solo reafirmó su agarre.- ¡Déjame ir!

INITIUM (#1 La legión de los infectados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora