Capítulo XX

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Capítulo XX

No es real... - Se reproducía una y otra vez en mi mente por varios minutos sin siquiera darme cuenta de que el tiempo corría y yo era probablemente la persona más buscada en todo A.L.S.K

¿Como era posible? Los ataques, el lugar, la comida... ¿Las personas? No, no, ellas debían ser reales – Pensaba casi con desesperación – tenían que serlo. Ben, nuestro cocinero estaba justo frente a mi, en una cámara hiperbarica, dormido y lleno de cables... pero era real.

La sensación del oxigeno entrado a mis pulmones se bloqueó por un momento, era como tener un ataque de pánico, algo aparentemente imposible para un infectado como yo. Las ventajas de todo este asunto, supongo.

- ¿De que demonios hablas? - Pregunté negándome a creer tal cosa, pero dentro de mi lo sabia...

- ¿Ves esto? - Preguntó mientras se acercaba y golpeaba con sus nudillos el vidrio de la cámara donde se encontraba el cocinero del coliseo.- Es una cámara hiperbarica. - Lo se... ni idea como, pero lo se. - Esto es muy parecido a lo que ocupan para mantenerlos en criogenia, donde estuviste dormida 93 años. - Tragó saliva con pesar.- Estos en cambio, están diseñados de una manera muy diferente.

- Seguimos dormidos.-

- Si, pero sus mentes continúan trabajando. - Siguió explicando.- Toda actividad cerebral es monitoreada. Las programan y enlazan para que todos ustedes vean lo mismo.

- El coliseo... - Mencioné como si hubiese descubierto el fuego, el lobo solo asintió.- ¿Por que me cuentas esto? ¿Acaso no eres el enemigo? - Se limitó a sonreír a la vez que chequeaba si había señal de alguien a las afueras de la habitación.

- Difícilmente soy tu enemigo, lobita. - Continuó sonriendo.-

- ¿Eso que significa? - Pregunté con desconfianza. Él solo suspiró y mantuvo silencio por unos segundos.

- Significa que tienes que confiar en mi. - Explicó finalmente mientras caminaba hacía mi acorralándome contra la fría pared metálica.

- Jamás confiaría en un lobo. - Dije con una leve pizca de humor.

- Extraño.- Reprochó él con un acento irresistible para cualquiera.- Especialmente cuando eres una loba tu misma.

- Exacto.

- Las manadas de lobos son la prueba viviente de la lealtad pura.- Explicó él.- Jamás abandonan a su alfa.

- Lastima que no eres parte de mi manada.- Finalmente decidí dar el primer golpe, mi rodilla en su estomago hizo que se retorciera en dolor por una par de segundos, dándome tiempo a girarme e intentar abrir la puerta. Con seguro, sin seguro, con seguro, sin seguro... Algo imposible de realizar ya que no importaba que tanta fuerza utilizara para abrirla, una especie de imán la volvía a atraer. Por lo que podría llegar a admitir, era pánico en mis entrañas me volteé a encararlo nuevamente.

Mirada fija y la palma de su mano alzada en mi dirección, fue esta la escena que pude contemplar por algunos segundos, hasta que giró la mano y el seguro de la puerta metálica sonó con fuerza al encajar y sellar el lugar... desde al menos un metro de distancia.

- Yo siempre seré parte de tu manada, Lilith. - Dijo intentando recomponerse del duro golpe en su estomago.

- ¿Como diablos has hecho eso? - Pregunté, esta vez sin ocultar el absoluto pánico que sentía por dentro.

- Los pros de nuestra especie, querida. ¿No lo sabías? - Me dió la espalda y pasó ambas manos por su cabello, exasperado por la situación.

Dentro de mi, podía sentir que algo no encajaba, que estaba ante alguien importante en mi vida, pero lamentablemente no lo recordaba. Claramente él no podía dar muchos detalles, ya que trabajaba para A.L.S.K... y yo era un sujeto de prueba sin mucha importancia.

- Por supuesto que no.-Continuó diciendo.- te borraron la memoria.-

- Dices, ¿Que podemos mover cosas con nuestras mentes?- Pregunté con completo asombro.

- Digo que podemos hacer mucho más que eso.- Me observó por unos segundos, mientras al parecer debatía algo en su mente. - Necesito que confíes en mi. - Dijo finalmente con voz calma.

- Me entregaste a ellos. - Expuse y él alzó su mirada con cara de culpable.- Me cazaste, ¿No es así? - Dije mientras sentía que mi mandíbula se apretaba.- ¿Como podría confiar en ti?

- Todo lo que he hecho... - Comenzó a explicar.- Cosas horrendas, Lilith. He asesinado, he mutilado personas, me he revelado contra el sistema que nos gobierna, he cazado y maldecido las vidas de inocentes... - Se detuvo y me observó con los ojos vidriosos acordé a los míos. Mi garganta se apretaba y solo quería salir huyendo del lugar.- Entregué a la mujer que amo, con el único fin de mantenerla a salvo. - Y finalmente, me paralicé.-

- ¿Que? - Dije con la voz entre cortada.

- Soy el infectado vigente más temido de todo el mundo, Lilith. La gente me ha apodado "El lobo" "El sabueso de A.L.S.K" y aún así, dejando de lado toda mi reputación, todo lo que he hecho.... lo he hecho por amor. - Su mano elevó mi barbilla.- Por ti, mi lobita.

Me encontraba en shock, durante segundos que parecían horas estuve ahí apresada contra el metal contemplando su rostro que lucía totalmente confiado y sincero, a diferencia del mio. Hasta que una alarma ensordecedora de momento, comenzó a sonar.

- Todas las unidades, Alerta de fuga: sujeto 2322, generación B. - Escuchamos a una voz interpersonal hablar por un altavoz y el movimiento fuera de la habitación se comenzó a notar.

- Lilith, escuchame. - Tomó mi rostro.- Debo llevarte ahí. - Me alejé de él.

- ¿Que? ¡No! - Grité horrorizada tras semejante traición... o eso parecía.

- Escuch-- ¡Escuchame! - gritó finalmente para que dejase de forcejear.- Debes volver ahí y hacer lo que planeaste en la generación A. - Lo miré confundida.- Se la alfa que eres y libera a tus amigos. La única forma de hacerlo, es de adentro. ¡Rebelión, Guerra! - Miró por la ventanilla en caso de que alguien viniera.- Ansel se comunicará con ustedes pronto, les dará una misión, ordenes, pero Lil... Haz lo contrario. - enfatizó.- Bajo el coliseo está el arma que necesitan para escapar, A.L.S.K intentará que se arme una guerra entre ustedes, une fuerzas.

- ¿De que hablas?

- Hay algo enterrado bajo el coliseo, No lo busques. - Enfatizó.- Será liberado por Ansel y créeme, es la respuesta a todas tus plegarias. - Lo miré con seguridad, un sentimiento que creía perdido.- Vuelve ahí, ayuda a tus amigos... Eres la única que puede salvarnos del fin.

- ¿Que cosa? ¿Has perdido la cabeza? - Pregunté algo molesta, era casi como si intentara tomarme el pelo.

- Lilith. -Dijo tomando de los hombros, con una dura línea en sus labios, reprimiendo un deseo de gritarme. - Sigue el juego, no comentes nada a nadie. A.L.S.K los vigila de cerca, esto es de suma importancia, ¿Entiendes? - Preguntó con las cejas alzadas, a lo que yo asentí.- cuando sea el momento. Lo sabrás. - Asentí, casi avergonzada por mi comportamiento.- Oh, y Lil, debes saber que tienes un traidor en tus filas. No te fíes de nadie, cuando la guerra comience, solo ahí sabrás quienes están contigo.

Tras un par de minutos de serias dudas, llegué a la conclusión que no tenía demasiado que perder.

- De acuerdo, confiaré en ti. No me falles. - Dije con mucha dificultad, confiar era una paso muy grande...-Ni siquiera se tu nombre pero...

- Soy Balthazar Rousseau – Me sonrió – Y jamás te he fallado, lobita.

Todas las unidades, paciente 2322, generación B. Lilith Raven ha escapado. Repito, Lilith Raven ha escapado.

- ¿Raven? - pregunté en un hilo de voz.

El sonido de pasos recorriendo todo el lugar se comenzaba a incrementar. Balthazar me miró con tristeza y supe que debía entregarme.

- Solo hazlo parecer convincente. - Él asintió y se acercó tanto, que pude sentir su respiración en mi rostro.

- Lo siento, lobita. - Mientras me continuaba mirando, llamó por su radio.- La tengo, la llevaré a su cámara en este instante. - Dijo sumiéndome en una vasta oscuridad, pero iluminada con las respuestas que se puede decir había logrado obtener.

Así es, el maldito quebró mi cuello.

INITIUM (#1 La legión de los infectados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora