CAPÍTULO 3. | Editado

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Ya ha pasado un día desde que mi papá me dijo que había sido apostada y que por culpa de esa apuesta ahora yo tendría que casarme con un hombre al que duras penas si había visto, y eso que solo por televisión y desde el viernes en la tarde después de la charla con mi padre ninguno de los dos había sido capaz de volver ha hablar del tema, pero ya era hora de que alguno lo hiciera y como al parecer mi padre no lo iba a hacer, tomé la decisión de que tendría que ser yo la que diera ese paso.

En este momento me encontraba desayunando sobre la isla de la cocina junto con mi padre, en donde se había instalado un profundo silencio y lo único que se podía escuchar era el golpe de nuestro cubiertos al tocar el plato.

-Papá...-. dije intentando llamar su atención, po que al parecer se encontraba absorto en la lectura de su periódico.

-¿Emm...?.

-Necesito hablar contigo.

-Dime Lisa- este ni siquiera se había molestado en levantar la mirada de su periódico.

-Papá necesito que me prestes atención- dije algo molesta por su actitud. Este se sobresalto un poco y de inmediato levantó su mirada del periódico y puso toda su atención en mi.

-¿Cuando?- pregunte.

-Cuando ¿que?.

-Se supone que me voy a casar, así que quiero saber ¿cuando?- esta pregunta había estado rondando mi cabeza todo el día de ayer, era algo que en cierto modo me causaba curiosidad.

- Te refieres a cuando te vas a casar- este hombre estaba haciendo que empezara a perder la paciencia.

-Si papá, me refiero a cuando se supone que me casare- repuse con un tono de obviedad en la voz.

-Pues ayer hable con Patrick y me dijo que...- mi padre no pudo terminar de hablar por que de inmediato yo lo interrumpi algo sorprendida.

-¿Como que hablantes con el tal Patrick y ni siquiera te habías molestado en decírmelo?.

-No quería arruinarte el fin de semana

-Tranquilo no importa, de todos modos ya está arruinado- inmediatamente después de decir eso me arrepentí -lo siento papá no quería decir eso ...

-No tranquila, tienes razón no tienes porque disculpar te.

- Sabes que papá olvida lo que dije, mas bien dime que te dijo ese- al pronunciar la última palabra puse un tono de voz algo disgustado.

-Dijo que vendría hoy a cenar, que quería conocerte y que ahí sería el momento indicado para comunicarnos los planes de la boda.

-grr- solté un gruñido de disgusto al escuchar tan nefasta noticia.

-Lisa no tienes porqué hacer esto, no te voy a obligar a casarte con ese hombre, por un error que yo cometí.

-No papá ya te dije que ese tema estaba cerrado, me voy a casar y es mi última palabra.

Mi padre soltó un suspiro de resignación al escuchar mi respuesta, y seguido de eso se levantó de su a asiento para darme un paternal abrazo y luego depositar un dulce beso sobre mi frente.

-Te quiero tanto hija, y lo siento mucho, nunca quise que las cosas terminaran así.

-Yo también te quiero mucho papá- le dije separándome un poco de èl para poder mirarlo a los ojos -papá necesito que me hagas una promesa.

-Lo que sea Lisa

-Necesito que me prometas que buscarás ayuda para tu adicción a las a puestas- mi padre se quedo mirándome algo pensativo.

-Claro hija, te prometo que lo haré, es mas en este momento voy a empezar por buscar un centro de ayuda- respondió mi padre regalando me una hermosa sonrisa.

-Gracias papá- le dije mientras volvía a abrazarlo.

(...)

Ya casi era hora de cenar y muy pronto llegaría el estúpido de Patrick, lo único bueno que le sacaba a esta situación era que al fin recibiría respuestas respecto a la boda.

Me levanté de mi cama dispuesta a tomar una ducha, tenía que estar lista para la hora de la cena.

Después de haber tomado una muy placentera ducha, que me ayudó a estar un poco más relajada. Me dirigí hacia mi armario que se encontraba en mi habitación y tome una falda que llegaba hasta mis muslos, una blusa blanca con casi nada de escote y una chaqueta de cuero, junto con unos hermosos tacones negros, que de seguro me quedarían muy bien. Tengo que aclarar que yo soy muy baja, así que los tacones eran cosas que siempre me había gustado usar.

Ha y aclaro, que no me vestía de esa manera por que Patrick iba a venir a cenar, no se confundan, ese tipo me cae muy mal.

Cuando ya estaba lista para bajar a cenar, escuche como el timbre de la casa resonaba por toda esta, y no tenía ni que preguntar para saber quién estaba detrás de la puerta.

N/A .

Hola a los que decidieron leer mi historia, se los quiero agradecer muchísimo.

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