CAPITULO 6. | Editado

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Capitulo 6

La alarma de mi celular había sonado hace mas o menos unos diez minutos, pero me negaba rotundamente a levantarme de la cama y abrir los ojos, quería seguir imaginado que esto no estaba sucediendo y que todo hasta ahora había sido un simple sueño, pero no podía seguir engañandome, esta ahora era mi realidad.

Pensé por unos momentos levantarme pero algo sobrenatural me mantenía sujeta a la cama y me pedía a gritos que no me levantara.

Bendita seas pereza

Pero como todo en el mundo mi pereza tenía que llegar a su fin porque la humanidad es cruel y había inventado el instituto para evitar que yo durmiera hasta tarde.

Me levanté de la cama resignada y me dirigí al baño, me sepille los dientes, tome una ducha e hice mis necesidades, luego salí y me vestí con una blusa algo suelta, unos pantalones ajustados, unos zapatos altos y una chaqueta de cuero, todo esto de color negro, deje que mi cabello rojiso callera sobre mis hombros y me maquille un poco, tome mi mochila con mis cosas en ella y salí de la habitación hacia la cocina para poder comer algo antes de ir al instituto.

Cuando llegue a la cocina, me encontré con el tarado de Patrick, al verlo puse cara de disgusto y me senté al frente de él en la isla de la cocina, tomando un tazón de cereales que la cocinera me había entregado.

-Buenos días ¿no?- dijo Pactrick en tono de reproche.

-Para mi no son buenos, no soporto tú presencia- replique -oh sorry ¿heri tus fragiles sentimientos?- dije en tono burlón mientras ponía una mano en mi pecho dramática mente.

-Pus vete acostumbrado a ella, por que de ahora en mas tendrás que verme todos los dias- contesto Patrick con la mandíbula apretada.

-¡No me voy a acostumbrar a ella, entiende que te odio, te odio por obligarme a hacer esto, por obligarme a vivir contigo, por arrebatarme mi vida, que creíste ¿que caería rendida a tus pies en cuanto te viese, y olvidaría el hecho de que para ti soy una maldita apuesta! Pues no- dije gritando mientras me levantaba de mi asiento de golpe -Eres un pedazo de mierda, pudrete.

-¡Me importa un carajo lo que tu digas, tu harás lo que yo diga y si digo que te acostumbres a mi presencia lo harás y punto!- grito. Se notaba que estaba más que enojado y eso me hacia sentir estupenda, por que si iba a tener que pasar el resto de mis días con este haría que fueran lo más miserables posibles.

Rodeando la isla para detenerse frente a mi, en ese momento empecé a sentir como la sangre hervía en mi interior.

-¡Y si no lo hago?, que inbesil, que me harás, ya me has destrozado que no lo ves, estupido de mierda, me quitaste todo inbe...- no pude terminar de hablar por que en ese momento sentí como me encestaba en la cara un fuerte bofeton que hizo que cayera de golpe al suelo.

-No me vuelvas a retar o será peor - grito mientras daba media vuelta.

Pero ni crea que esto se quedara así.

Me levanté rápidamente del suelo y lo empuje por la espalda haciendo que perdiera un poco el equilibrio.

-¿Y tu quien te crees para pegarme?- espete en tono severo mientras Patrick se giraba con cara de enfado para tenerme de frente.

-¡Soy tu dueño, me perteneces y puedo hacer contigo lo que me plazca y sino me crees mirate a en un espejo- dicho esto Patrick giró de nuevo dejando me con la palabra en la boca.

Antes de salir de la casa para ir me al instituto, me mire en el espejo y entendí a que se refería Patrick, tenia la mejilla colorada de la bofetada tan fuerte que me había dado Patrick, no podía creer que se haya atrevido a golpear me, pero ni crea que por eso yo le tendré miedo, por que este juego divinamente lo podemos jugar los dos, ademas debía demostrarle que no importaba si volvía a pegarme yo seguiría en pie.

APOSTADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora