Capitulo 34

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-¿Está todo listo?

Llevo mi mano a mi oído y hago una mueca de dolor. El grito de Cuns casi me rompe el tímpano.

Exagerada

Sal de mi cabeza Laic

Bien, bien. Pero una costa antes...

¿Si, hada chismosa?

Deja de pensar en Jos todo el rato.

No puedo verle y recordarlo es lo único que puedo hacer.

¿Hablarle?

No se ha acercado a mi desde...

-¿Klia?

El llamado de Sam me trae de nuevo a la realidad rompiendo mi conexión mental con Laic.

-¿Si?

-Ya los carros están preparados - añade mientras me ayuda a levantarme del columpio en el que Nat me había sentado hacia ya una hora. ¿Cómo lo se? Laic no para de quejarse.

-¿La comida? - pregunto mientras me apoyo en ella para levantarme y empezar a andar sin saber muy bien en donde piso.

-Lista - bajamos lo que parece un escalón y luego otro.

-¿Mantas? - noto como una hierva roza mi pierna y por un instante me asusto.

-Listas - me tropiezo con una rama y si no fuera por su agarre me voy de boca al suelo.

Ella se ríe y seguimos caminando Dios sabe donde.

-¿Yuntars? - paramos y noto como otros brazos más firmes y fuertes me pasan por debajo de las axilas y me elevan.

Suelto un gritito y luego noto algo duro debajo de mi trasero indicándome que estoy sentada. Los brazos son retirados de mi cuerpo y la persona se va dejando solo su aroma y dandome la pista que necesitaba para saber quien es.

Jos

-Listos - mi abuelo es quien responde en lugar de Sam y lo hace a mi lado derecho -. Son diez en total dos en cada carro y cuatro llevando a la guardia. Espero que no te importe que sea tu guardia personal.

Por el tono que usa deduzco que esta sonriendo por lo que le sonrió de vuelta sin mirar a ningún lugar en específico. No siquiera sé donde demonios estoy mirando. Solo veo negro, negro y más negro. Esto es frustrante.

-Tranquilo abuelo - le susurro moviendo mis manos delante de mi para darle a entender que no sé qué hago. Él capta el mensaje y toma mis manos. Una la deja en mi regazo y la otra la coloca sobre lo que parece al tacto una barra de metal -. Estoy muy contenta de compartir estos momentos contigo, aunque no lo parezca - hago una mueca y lo escucho reír. - ¿Crees que podrías hacerme un favor? Es algo ridículo y sin nada en especial, pero...

-¿Qué quieres Klia? - su pregunta me corta y me hace sonreír nervioso sabiendo que si no me hubiera sagrado hubiera empezado con mi diarrea verbal.

-¿Podrías describirme lo que ves? - pregunto en un susurro y notando como mis mejillas se vuelven rojas.

Él se queda en silencio unos minutos. Asimilando lo que acabo de decir antes de hablar.

-Estamos sentados en un carro. Tiene la base rectangular y una lona circular como techo. La pequeña tabla en la que estamos, esta entre la comida y la barra en la que están colocando ahora mismo a los Yuntars. Uno a cada lado. Su estiras la mano puedes tocar el trasero de uno, aunque no te lo recomiendo - Le oigo reír y no puedo evitar reírme también -. Tu mano esta apoyada sobre el separador. Es donde se colocan las correas para dirigir a estos animales. Nuestro carro va el segundo, en el primero van Will y Nat con las cosas de aseo y la ropa, y en el tercero dos Clins de los tres que nos han ofrecido Asthor y Cuns. El tercero creo que está dormido dentro del carro que es el que lleva las mantas. Jos y Ryan están divididos junto con los cuatro guerreros que Asthor y Cuns han hecho llamar. Ryan y Jos están a nuestro lado, dos de los guardias van con Will y Nat y los otros dos con el último carro. Jos y Ryan van en Yuntars mientras que la otra guardia solo uno lleva un animal. El otro lo lleva Sam que es la que va a la cabeza de todo asegurando el paso - Toma aire y yo aprovecho para escuchar a la persona que tengo al otro lado por si, por una casualidad, es Jos. Pero no oigo nada -. Y ahora mismo vamos a ponernos en marcha. Asthor y Cuns están en la colina más alta despidiéndose de nosotros moviendo las manos. Sam a empezado a moverse y ahora mismo Will quien lleva las correas. Mira ya nos toca - el carro empieza a moverse bruscamente y si no fuera por que estoy agarrada me habría caído. Eso me hace soltar un gritito y luego una risa. Noah también se ríe -. Y ya no se que más explicarte. El paisaje apenas se ve. Son todo árboles y árboles. Eso sí, enormes como ellos solos. Hojas por aquí y allá, plantas fosforescentes, setas gigantes, animales no muy mundanos... Lo que uno se acostumbra a ver en Naim.

Naim: la ciudad detrás del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora