Nada se les fue regalado ni devuelto con la facilidad que se les fue quitado, a pesar de que ellos vivían con la regla del "intercambio equivalente" latente en la piel y dulce en el paladar, pero ahora enfrentándose al destructivo e interesado mundo real no podían caber en su propia decadencia al verse comprometidos en la desaparición del joven. Pero aunque se piense que el mundo se detuvo en seco, no fue así, tan solo ellos pudieron contemplar que aunque un niño muriera en agonía entre el fuego y el acero, nadie se detendría el tiempo suficiente para llorar aquella tragedia que luego sería olvidada. Desde luego, si la mitad de los humanos en la tierra desaparecieran, la otra mitad solo asentiría con la cabeza antes de seguir haciendo sus cosa , a no ser que hayan sido tocados por el caos, allí lagrimas y rechinar de dientes era claro escuchar, ardiendo junto a la frase anteriormente nombrada. Tres semanas y media intentaron detener el mundo, dando vueltas cada maldita piedra de cada maldito lugar que el sol y la luna pudieran cubrir con su manto, alertaron los trenes y a cualquiera que pudiera dar cuenta de ello, a los policías y a los ciudadanos se les dio incluso una foto del pequeño que poco a poco quedaba en el olvido al verse en una serie de desapariciones infantojuveniles que a decir verdad, eran todos iguales al menor desaparecido en un primer lugar. Nombres y fotos fueron escritos en paredes de cemento, todos buscaban a alguien entonces era de esperarse de que todos se fijaran en su dolor y no en el ajeno. Pero al cabo de horas y horas de quemarse las pestañas frente a un computador buscando una forma de que a sus brazos regresara aquel pequeño rubio, Roy Mustang comenzaba a pensar que se les estaba acabando la paciencia y él mismo tenía ganas de destrozar con sus propias manos a aquel monstruo sin corazón que tuvo el descaro de entrometerse en su propio hogar para secuestras a un chico que deliraba de la fiebre. Es decir, vio el video más de 100 veces en los últimos días y lo único que escuchaba era la tierna voz de aquella criatura que le preguntaba a aquel monstruo "¿Mamá...?" era claro que no tenía idea de qué era lo que sus ojos le estaban mostrando. El hombre frustrado se cubrió el rostro con las manos mientras suspiraba, esto no era simplemente un error o una víctima elegida al azar, era claro que estaba atacando a las personas que lo rodeaban en búsqueda de darle algo que le destruyera la cabeza a la noche, estaba ensañado en hacerle daño y... lejos de pensarlo mejor, lo había conseguido. Su corazón dolía tanto que poder conciliar el sueño a la noche resultaba ser algo utópico, Riza estaba peor que él en todos los sentidos, estaba destruida por completo. Su actitud normalmente imperturbable estaba por los suelos, con la cabeza gacha no hacía más que morderse los labios mientras su mente le mostraba qué cosas pudiera estar haciendo un hombre adulto con un niño asustado y enfermo que había secuestrado, coronado todo la repentina falta de algunos niños en sus hogares daba a todo eso un aire enfermizo que mantenía silenciosas las calles. Ellos solo pensaban que se trataba de una especie de juego mental, ocultaba su trabajo usando otros niños como escudo, era un hombre horrible y detestable. Pero en aquella ruidosa oficina en la cual no paraban de llegar llamadas de niños perdidos y pistas faltas, que confundían todo el protocolo para ellos "lo vimos correr en una plaza" "lo llevaban por un tren rumbo a las afueras de..." "Juro que lo vi robando mi mercado" "Trató de secuestrar a mi perro" las personas no se tomaban tan enserio aquella mala noticia que rondaba a su alrededor, era triste pero no había nada que hacer habían llamadas ilustrativas, otras que nada que ver y finalmente la nada misma. Pero pese a ese ruido sordo que mataba lentamente a todos en aquel frío lugar, la lluvia era algo con lo que no se podía luchar y el desastre que se desataba fuera con las marchas de protesta contra aquel cuyo rostro estaba marcado por la tragedia y Cicatriz era su nombre. Cumplido recientemente el día 21 de aquella endemoniada odisea, que poco tenía que ver con musas y dioses griegos, una llamada dio como resultado la ubicación total de los desaparecidos en aquella cacería humana que se daba en las calles de aquella antigua ciudad.
-Los encontramos, vengas pronto, es una carnicería- se escuchó la voz rota de un hombre que fungía el papel de vigilante cuya dramática escena había descubierto ayudando a un perro que había quedado encerrado dentro de un depósito abandonado, pero la imagen fue otra, ese animal se estaba alimentando de ese desastroso juego de órganos y sangre corriendo por canaletas internas. Al instante comenzó a llamar a los perros estatales para que se encargaran de lo que sea que hubiera ocurrido con esas pobres almas infantojuveniles que se habían perdido en la nada, en un grito mudo de histeria colectivo que nadie escuchó. Vidas que pasaron a ser simples números en una planilla y cuya familia nunca podrá reclamar lo que quedaba de aquellos delgados cuerpos. Roy dejó caer su taza de café antes de ponerse la chaqueta con rapidez, tomando el brazo de Riza sin decir nada, casi arrastrándola tras en el remedio. Ella no se resistió en ningún momento, temiendo que lo que Roy pudiera decirle terminara por destrozar su alma joven que aún la vida muchos golpes no le había dado. El cuartel pareció quedarse en silencio pero había ruido, todos hablaban, ellos no lo escuchaban. Sin cuidarse de la lluvia se metieron en el auto negro sin darle muchas vueltas al asunto, al conductor le dieron una instrucción clara y concisa "Queremos llegar lo más rápido posible" el auto se puso en camino. Riza sujetaba con fuerza la mano enfundada en guantes mojados de aquel hombre, divagando acerca de su poca eficiencia estando mojado, ella se mordió los labios antes de tratar de calmar su respiración errática. Roy estaba demasiado enojado como para hacer algo, por lo cual miraba por la ventana tratando de adelantar el tiempo que se volvía una mochila de acero sobre la piel, respiraba rápidamente intentando no hacer ningún comentario, ambos estaban destruidos por completo.

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Etéreo
Fiksi PenggemarUn macabro plan sin vuelta atrás da lugar a que el joven Edward Elric se convierta en algo que le trae pesadillas, en un niño de nuevo. Este accidente debe mantenerse oculto de todo el mundo por la magnitud del problema, por lo que Roy Mustang y Riz...