Capítulo 7 |El Desastre|

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Un año después

Ha pasado exactamente un año desde el cumpleaños de Emma, es decir, hoy vuelve a ser su cumpleaños, cumple 17, pero al igual que el resto de las chicas no estaba muy emocionada por ello, simplemente le parecía un día normal y ya, aunque si estaba feliz por algo, ya tenía 1 año y dos semanas y media en ese lugar que le había parecido una infinidad, y dentro de otros 3 días regresaba a casa, donde la esperaba su padre, y quizá su hermana, eso era lo que más la alegraba, pero las cosas no sucedieron como ella planeaba.

Ese día empezó como un día normal, con una chica que no se separa de su guitarra, al menos que fuera para comer o que le negaran el acceso con su mayor tesoro, desayunó y luego fue a clases de música, donde ya se destacaba por ser una de las mejores guitarristas del lugar; luego fue la hora del almuerzo donde almorzó con sus amigas, que ya pasado tanto tiempo, las consideraba más bien unas amigas cercanas, pero sabía que lo más probable era que no las volviera a ver cuando se fuera, pero para ella eso valía la pena.

Luego del almuerzo, en su tiempo libre, ella se iba a dirigir a su cuarto cuando la directora la llamó, ella emocionada fue a su oficina por el tan esperado regalo de su querida hermana. Luego de que le entregaran el regalo, Emma fue a su habitación corriendo como si algo la persiguiera, y abrió esa caja como si su vida dependiera de ello, aunque, quizá la desconfianza que ella tenía hace un año le hubiese servido en ese momento, ya que al abrir la caja, ella vio que no era un regalo de su hermana, más bien era un regalo de algún desconocido, que no quería hacerle ningún bien, ya que dentro de esa caja, había una bomba; afortunadamente no era letal, era una bomba de gas, que la dejó inconsciente al instante, no tuvo tiempo ni de avisar a las demás chicas, o gritar algo que alertara a cualquiera que estuviese cerca de lo que estaba a punto de suceder. Y de un segundo a otro, el reformatorio fue atacado, por alguien desconocido para cualquiera, este desconocido lanzó la misma bomba que le había puesto a Emma en esa caja, pero esta vez al centro del reformatorio, el humo recorrió toda la casa, hasta dejar inconsciente a cualquier guardia de seguridad y cualquier chica que pudiese estar por ahí. Los hombres fueron muy inteligentes, demasiado, hicieron parecer a ese lugar la escena del crimen de un robo, rompieron cosas, incluso robaron cosas; aunque ese no era su objetivo, el objetivo principal de esos desconocidos, era la castaña que se encontraba inconsciente en su habitación, que hace unos segundos había estado feliz por el hecho de su regalo, y de por fin regresar a casa.

Se llevaron a esa chica que hace unos segundos disfrutaba del olor dulce de la casi libertad, hacia una especie de bunker, el cual al parecer estaba casi vacío, excepto por tres chicos y su jefe, a ese lugar, al parecer ellos se acababan de mudar, ya que todo estaba muy desordenado y no tenían demasiadas cosas, además, tampoco poseían de demasiado dinero, pero eso era lo que menos les importaba. Emma fue escogida para una especie de experimentos que al parecer el desconocido le realizaba a cierto tipo de personas, pero no se sabe mucho de él, lo único que se puede decir, es que tiene una sed de poder insaciable, y que Emma sería uno de sus primero peones que estratégicamente iba a mover en un gran ajedrez para poder hacerle jaque mate al rey y ganar esta partida de poder, o al menos eso creía, así que mientras ella seguía inconsciente le hicieron algunas exámenes que no pudieron entender, al igual que había pasado con el médico de Emma hace un año.

Sin ser esperado por ninguno de los presentes Emma despertó, y estaba consciente de todo lo que había sucedido, nadie entendía lo que pasaba, se suponía que el humo la debía dejar inconsciente una hora como mínimo, pero ella a los 15 minutos que habían pasado, ya había despertado.

─¿Dónde estoy? ─preguntó la castaña asustada por no entender lo que sucedía, y quien gracias a los efectos del humo, era incapaz de utilizar sus poderes, estaba muy debilitada

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