Capítulo 21 |Somos hermanas, nunca te dejaría|

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—Lo siento —dije y mandé a ambos agentes a un rincón de la habitación, y les lancé la mesa encima de ellos, para qué al menos por un rato no se movieran de allí. Salí de la habitación y por suerte no me encontré con nadie, subí al décimo piso y allí manipulé a uno de los pilotos del lugar para que en la nave más sigilosa que tuvieran me dejara cerca del hospital, por suerte si funcionó; nos montamos en un pequeño jet y cuando estuvimos a punto de despegar un agente que no logré reconocer intentó detenernos, pero ya era muy tarde, todo estaba saliendo como yo quería. El piloto me dejó en un lugar cercano, no quería ponerlo en riesgo a él también, así que con el control mental le dije que se devolviera y que al llegar a las instalaciones de S.H.I.E.L.D era libre de cualquier control que yo le haya puesto, y así hizo.

Caminé dos cuadras antes de llegar a mi destino, el callejón al lado del hospital, un sitio bastante curioso para mantener a alguien cautivo; llegué al lugar y la vi, estaba en la misma posición en la cual se encontraba cuándo el hombre me llamó desde su teléfono, el hombre me vio y sonrió, como si su plan se estuviese cumpliendo a la perfección.

—Emma, cariño, te estábamos esperando, llegaste justo a tiempo, un poco más y... —dijo mientras un hombre cortaba un poco la garganta de mi hermana, yo veía eso y me moría del miedo por dentro

—¡No! —grité desesperada —Ya vine, ahora déjala ir, de alguna manera que todavía no sé, esto es entre tú y yo

—Sabes, la quiero utilizar para un pequeño experimento, así como a ti —Cuando dijo eso quedé confundida, ya que era la primera vez que veía a ese hombre, al menos que yo recordara en este momento

—No, por favor, haré lo que quieras —No había tiempo para pedir explicaciones de ningún tipo, solo sé que tengo que salvarla

—Quizá recuerdes a mi amigo —dijo y señaló a un hombre que se encontraba detrás de Allison, era el mismo hombre que mató a mi padre por buscarme a mí, todo esto, está muy mal

—Tu... —dije mientras de mis manos impulsivamente salía un humo morado aterrador

—Hey, hey, calma, si tú le haces daño a uno de los míos, yo dañaré a tu querida hermanita —después de decir eso el humo se devolvió a su lugar de origen y yo me calme un poco —Él lo hizo por mis órdenes, así que si quieres culpar a alguien hazlo a mi —No había tenido tiempo de detallar a aquel hombre que había destruido totalmente mi vida, debía ser un poco más alto que yo, era musculoso pero no demasiado, aunque al verlo se podría notar que era el típico hombre rudo; vestía ropas negras, y su cara era aterradora, y no hablo simplemente de su expresión facial, su cabello era gris, pero no tanto por la edad, puede ser por distintas causas; tenía una mirada tan oscura, que podría si quisiera penetrar en tu alma de manera insensata

—Lo repito, haré lo que quieras si la dejas ir, me prometiste que la dejarías si yo venía

—Si, Emma... pero no deberías confiar tanto en las personas, ya que, resulta que yo no soy un hombre de palabra, toma esto como una lección de vida —De un segundo a otro salieron ocho hombres de las sombras, cuatro de la derecha y cuatro de la izquierda, con armas, me dio un escalofrío en el cuerpo al tan solo imaginarme lo que venía —Tranquila, solo te van a dormir, o al menos eso se supone, quizá a tu hermana si la maten, solo hay que adivinar cuál arma tiene las balas, y cuál los tranquilizantes —dijo mientras sonreía —Chicos, juguemos —Apenas dijo eso los hombres empezaron a disparar, pero, rápidamente pude crear dos escudos que nos protegerían de las balas y los tranquilizantes, uno para mi, y otro para mi hermana, me acerqué lo más posible a ella, mientras gritaba del dolor por todos los impactos a los escudos, y sentía la mirada sorprendida del hombre que me había llamado para que llegara allí. Al llegar a donde se encontraba ella uní los escudos creando un solo campo magnético, para no gastar tanta energía; en los ojos de mi hermana pude ver la desesperación de verme en ese estado, ya que, cada bala impactando en el campo, era como si impactaran en mi cuerpo también, solo que, sin dejar herida, y solo dolían durante el impacto

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