Illusions - Los Vengadores

Capítulo 51 |El Salto Ángel|

—Damien está en Venezuela, a punto de conseguir el último suero —dijo Tony mirando directamente a la pantalla. ¿Cómo se me escapó esto?

—¿Cómo...? —Fue lo único que logré decir

—No lo sabemos, pero tenemos que partir inmediatamente —dijo Thor

—Todo esto es mi culpa —dije en voz baja mientras pasaba una mano por mi rostro

—Hey —dijo Steve susurrando en mi oído —Nada de esto es tu culpa —Luego alzó la voz y darle una instrucción a todos —Prepárense, salimos en cinco minutos

Salí inmediatamente del lugar con miles de dudas en mi cabeza, y sin dejar de culparme por lo sucedido, quizá si hubiese estado más concentrada en ello lo habría descubierto, pero ahora estamos contra reloj mientras él parece tenerlo todo demasiado fácil.

Luego de vestirme subí inmediatamente y quise montarme a la nave rápido pero algo o mejor dicho alguien me detuvo.

—¿Estás bien? —Preguntó Steve jalándome del brazo

—La verdad... no. Pero debo estarlo —dije para luego intentar alejarme de él

—¿Estás molesta conmigo? —dijo, por lo que dirigí mi mirada hacia él nuevamente y suspiré

—No —dije sosteniendo su cara con mis manos —No tengo porqué estar enojada, estoy enojada conmigo, y eso no es algo que tú puedas arreglar aunque quieras —Luego lo besé de una manera efusiva y necesitada, y él no sé negó a responderme el beso. En eso tuve una idea.

—Debo irme, deje algo, no tardaré más de cinco minutos...

[...]

Al llegar a la nave, me senté en el primer asiento libre y luego de despegar a penas fue seguro me levanté y fui hacia la sala donde habíamos guardado todos los planos Y empecé a revisarlo meticulosamente

—No tiene sentido —dije en voz baja mientras miraba las rutas confusas que marcaba el mapa

—¿No vas a escuchar lo que planeó el Cap? —Preguntó Tony entrando en la habitación

—Siempre es lo mismo, llegamos nos dividimos en varios grupos, cubrimos terreno y ya. Luego me enteraré —dije sin prestarle demasiada atención y usando mi dedo para crear líneas imaginarias sobre el mapa —Algo falta —dije en voz baja

—¿De qué? —Preguntó Tony

—¿Saben donde está exactamente? 

—No, pero pensamos que tiene que ser en alguna zona selvática porque...

—El salto Ángel... —dije en voz baja

—¿El qué?

—Los científicos que escondieron estos sueros les gusta hacer todo a lo grande. Primero Seattle, después Suiza, luego una cueva en Sudáfrica, tiene que ser un lugar especial en ese país —dije alternando la mirada entre Tony y el mapa —El salto Ángel fue una de las 7 maravillas del mundo. Debe estar ahí... Todavía no resuelvo un porqué más lógico de la escogencia de esos lugares, no me creo que haya sido tan... al azar —dije esto último más para mí misma que Tony

—¿Estás segura?

—No. Pero ¿Qué es lo peor que puede pasar? Ahora no tenemos un rumbo fijo

—Voy a avisarle a los chicos —Es la conversación más sería que he mantenido con Tony, y creo que mi postura ante todo esto es lo que la causó

Seguí mirando el mapa, trazando líneas con mis dedos, sin comprender todavía lo que sucedía. Hasta que una figura extraña llamó mi atención.