Tiré su cigarrito contra el suelo, mi gesto le sorprendió y enfadó a la vez.
- ¿Que haces? - me preguntó cabreado, mientras expulsaba parte del humo que sus pulmones retenian - ¿Te pasa algo en la cabeza? - preguntó mirando al suelo y volviendo su mirada a la mia.
- No me gusta, Faruk - le contesté con cansancio, es que ya estaba harta, cansada de ver como tira su salud a la basura y la de miles de personas - A ti esto no te conviene - dije señalandolo.
- Tu no sabes lo que me conviene o no - sus ojos transmitían rabia.
- ¿No te cansas de esta mierda? ¿No piensas cambiar tu vida? Por ti, no por nadie, por tu salud, por tu futuro...
- Gracias a esta mierda, yo estoy aquí, esta mierda me ayudó a sobrevivir, a tener comida en la mesa todos los días - me explicó - No me metí aquí por gusto, era mi única salida o esto o morir de hambre - me costaba escuchar esas palabras, retiré mi mirada.
- No te sirve de escusa, no, porque ahora puedes dejarlo, puedes optar a una vida mucho mejor, halal, bendecida por allah. Lo haram no llega a ningún lado, esta casa, esos coches, esta ropa, este móvil - dije señalando todo a mi alrededor - No te llevarán a ningún lado.
- No es tan fácil dejarlo, sé demasiado, soy el capo y genero mucho dinero.
- No pienso dejar que mi hijo crezca entre drogas, armas y tonterias variadas - le interrumpí enerbada - Apartate de esto, sino, quién se apartará seré yo - sentencié con seguridad.
- Dame una semana, Amal, sólo una semana - susurró sujetando mi mano.
- ¡Faruk! ¿Una semana? ¿Quien te asegura que vivirás, quien te asegura que no pasará nada? Las cosas si las puedes hacer hoy mejor que dejarlas para mañana, porque nunca se sabe.
- Una semana Amal, entiendeme, no es tan fácil - dijo tranquilo.
- Sólo una semana - susurré, cuando me abrazo.
***
Estaba cocinando algo de carne cuando sus manos me rodearon. Su aroma único, llegaba hasta lo más hondo de mis sentidos. Abracé su cuello y besó mi mejilla, llevó sus manos hasta mi vientre y lo acarició.
- Seguro que se parecerá a mi - dice él con un tono bromista, arrugo mi frente y le miro con una ceja elevada.
- Lo dudo - digo volviendo mi atención a la sartén, cuando sus labios llegaron hasta mi cuello.
- Tu ganas - contesta, dejando su cabeza sobre mi hombro - Si se parece a ti, será muy guapo - susurró en mi oído, giré mi torso instintivamente y le miré a los ojos. Aquellos ojos eran mi debilidad, negros como el carbón, que pueden parecer neutros al principio, pero con el tiempo consigues encontrar mucho tras ellos. Expresaban tanto, brillaban aún siendo negros y aquellas largas pestañas eran la joya de la corona.
Despeiné su pelo con dulzura, acaricié su mandíbula y besé su mejilla.
- ¿Me ayudas con la comida? - le pregunté con una sonrisa. El me la devolvió y asintió, cogiendo una de las tablas de cortar para picar la cebolla.
- Yo de pequeño cocinaba mucho - me empezó a explicar con añoranza - No se me daba mal - dibujó una sonrisa mirándome.
- No lo dudo - contesté irónica - Amor, así no se cortan las cebollas - le regañé acercándome hasta él. Llevé mi mano sobre la suya y empezé a cortar verticalmente.
- No puedo más - dijo Faruk soltando el cuchillo sobre la tabla de picar.
Empujó suavemente mi cuerpo contra la isleta. Acarició mi pelo, respiré hondo y le dediqué una sonrisa sincera.
Un sonido muy fuerte nos hizo separarnos, Faruk se alarmó al instante. Miró para todos lados y vio entrar a muchísimos hombres enmascarados.
- ¡Policía, todo el mundo al suelo! - escuché una voz masculina como gritaba. Me sentí mucho más tranquila, aunque el susto me lo comí igual, Faruk me agachó con él, hasta que quedamos en el suelo. Mi pulso se aceleró descontroladamente y me mareé al instante.
Le pusieron una pulsera a Faruk y después de explicarle lo que pasaba, varios hombres ponían la casa patas arriba. Deseaba con todo mi ser que Faruk no tuviera nada en casa, pero desde luego el tenía demasiadas cosas comprometidas. Empezando por los miles de billetes que tenía en uno de los armarios y acabando por las armas que escondía en el sótano.
Estaba claro que de esta no se salvaría, estaba segura de que nada bueno pasaría.
Le dije que lo dejará, lo antes posible, que se alejara de aquel mundo, pero no me hizo caso.
- Una semana - salió de mi boca, mientras analizaba la expresión de Faruk. Se le veía ¿Tranquilo?... Sí, parecía estar tranquilo, parecía que nada de lo que pasaba le importara.
Acaricié mi abdomen y respiré hondo. Deseaba con todo mi ser que aquello acabase. Los policías, no paraban de sacar cosas y más cosas, colocando las más relevantes sobre la mesa. Todos lo teléfonos de la casa, el dinero, las llaves...
- Señor Faruk - se dirigió uno de los hombres a él - Queda usted arrestado - Faruk subió una ceja y sonrió irónicamente. ¿Qué estaba haciendo?.
- Leeame mis derechos - contestó, cruzadose de brazos.
- Tienes derecho a guardar silencio no declarando si no quiere, a no contestar alguna o algunas de las preguntas que le formulemos, o a manifestar que sólo declarará ante el Juez - Faruk asentía sin borrar la sonrisa - Tienes el derecho a no declarar contra si mismo y a no confesarse culpable - me lanzó una mirada cómplice y asintió al señor para que siguiera - Estas en tu derecho de designar abogado y a solicitar su presencia para que asista a las diligencias policiales y judiciales de declaración e intervenga en todo reconocimiento de identidad de que sea objeto.
- Esto era lo que quería escuchar - dijo Faruk señalando el punto tres en el papel - Quiero un abogado - los polis se miraban entre ellos incrédulos - Son mis derechos, así que quiero mi abogado.
- Iremos a comisaría y entonces le asignaremos un abogado.
- No, quiero mi abogado, aquí y ahora - le interrumpió, dejándome en shok - Mi abogado, no quiero ninguno de oficina - aclaró - No me moveré de aquí hasta que mi abogado aparezca, tomar asiento, no quiero que os canseis de pie - sentenció, sin apartar la mirada fija en uno de ellos, que parecía ser el superior.
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¡Volví! Por petición popular, esta historia tenía que terminar de alguna manera. Chicas estoy empezando una nueva historia "Mi Árabe" así que me costará más publicar capítulo, ya que la otra me la estoy currando bastante.
Más tarde os subo la segunda parte, he subido esto para que sepáis que he vuelto.
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INTERESES© - muslima_letters [Completa] [Editando]
Romance«No dejes nunca de luchar, esta vida no esta echa para cobardes» La vida de Amal, cambia de una día para otro, todo le iba mal, pero las cosas empeoraron cuando la enfermedad de su padre lleva a su hermano a meterse en líos de mafias, pero... ¿Puede...