...
Silencio.
Calla, calla ya que no es necesario que diga nada para saber que esta dolido. Solo tengo que visualizarle, analizar su expresión -neutra y tranquila-, mirar sus ojos -oscuros y tristes- o simplemente escuchar su respiración, algo acelerada.
Y aunque me muera de ganas por meterme en su mente y saber que es lo que piensa, no oso ni a mirarle fijamente. Esta echo añicos y todo por mi culpa; sinceramente, si empezara a odiarme, si me pidiera que me fuese lejos, que le dejara en paz, le entendería. Entendería que después de todo lo que le estoy haciendo decida que me aleje de él.
Sí, tengo mil cosas por las cual reprocharle, echarle en cara... Desde el día que me echó, hasta el día que se presentó en mi trabajo; y aun así siento que no tengo derecho a decirle nada, ni siquiera, puedo preguntarle el porque de todo, porque me porté como una niña de siete años, una niña rencorosa, caprichosa y maléfica -una que solo piensa en si misma, egoísta hasta la saciedad y con déficit de empatía-, esa fui yo durante todo este tiempo. Fui una imbécil que no estuvo a su lado, sabiendo que volvería a caer en sus adicciones. En vez de comerme el orgullo, como él tantas veces había echo, me tomé el lujo de echarlo de mi vida como él lo hizo de la suya. Y tiré todo por la borda, sin luchar, sin defenderme, sin haber hablado las cosas antes. ¿Infantil? Sí, yo diría que sí; mucho de echo. Me la paso diciendo que soy sabara' (paciente), que creo en Allah, en su misericordia, en sus pruebas; y como una autentica pecadora hui de lo que Dios me había dictado, me había escrito. No hice frente a mis problemas, no ayude a la persona que quise por puro egoísmo y me arrepiento. ¿Dónde esta la paciencia de la cual me pavoneaba?
En cuanto a él, pff, no sé que decir. Sé que tiene sus razones, conozco a Faruk lo suficiente y sé que su comportamiento tiene explicación. Pero es imposible defenderle frente a ese arrebato, esa humillación. Me tiró a la calle, en plena lluvia, sin importarle lo que le quería decir, sin darme opción a hablar, sin explicarme que fue lo que pasó.
Y si hablo de nosotros... Para empezar ya no sé si existe un nosotros. Es difícil hablar de nuestra relación en este momento. Todo pasó muy rápido, tan rápido que ni cuenta me di de que las cosas habían cambiado radicalmente. Los meses han pasado muy lentos, eternos, infinitos; pero Alhamdulilah' (gracias a Dios) los he superado y me he valido por mi misma. El tema con mi familia se quedó de la misma forma y sonará raro, pero ya me dan igual, no me importan mas. No han estado ni en las buenas ni en las malas, se salvaron el pellejo a mi cuesta y sin más me dieron la espalda. Di mi vida por ellos, me sacrifiqué y ellos a cambio me demostraron lo poco personas que son. Me jodieron la infancia, acabaron con mi adolescencia y me vendieron en bandeja de plata a un mafioso, para salvarse el culo. ¿Si siento impotencia? Mucho mas que eso, algo así como; vergüenza, sí totalmente, eso es lo que siento. Pero ya da igual, ahora solo importa él.
Salgo de mis cavilaciones y visualizo la escena, seguimos igual, los dos mirando a la nada y pensando en todo. Suspiro desprendiéndome de esa carga y acaricio mi panza, el dolor ha reducido y mi respiración se ha calmado.
«¡Háblale! Es lo único que te queda en esta vida, él y vuestro hijo».
Abro la boca con la intención de hablar, y no sé que decir. Sinceramente, no sé que decir. Chasqueo la lengua y respiro hondo nuevamente; rezo mentalmente con no trabarme o liarla, y decido hablar.
—Fa- Faruk— tartamudeo, colocando mi mano sobre su muslo y captando su atención. Me mira, más bien fulmina, pidiéndome con la mirada que me calle, que no hable y le haga mas daño. —Hablemos, discutamos, dialoguemos...— pido suplicante —...Necesito que me dejes las cosas claras, necesito que me explique que hice, necesito que...
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INTERESES© - muslima_letters [Completa] [Editando]
Romance«No dejes nunca de luchar, esta vida no esta echa para cobardes» La vida de Amal, cambia de una día para otro, todo le iba mal, pero las cosas empeoraron cuando la enfermedad de su padre lleva a su hermano a meterse en líos de mafias, pero... ¿Puede...