Sentí una mano que acariciaba mi brazo, su tacto era suave, bastante agradable y a la vez molesto "¡¿Es que una no puede dormir tranquila?!".
Abrí los ojos, flojamente, con la intención de decirle cuatro cositas a la persona que me estaba despertando de mi profundo sueño. Vi a Faruk, que me dedicó una dulce sonrisa.
- No pretendía despertarte - susurró rápidamente, mientras no paraba de fijarme en la venda de la mano.
- ¿Es muy tarde? - pregunté esquivando su mirada que estaba fija en la mía.
- No, bueno... Sí - dijo enseñando sus perfectos dientes y soltando una carcajada - ¿Para ti que es tarde? - frunció el ceño.
- ¿Apartir de las 11? - dije elevando mis manos e intentando adivinar la hora. El negó con la cabeza y sonrió.
- Son las dos del mediodía - soltó haciendo que me levanté rápidamente de mi lugar - Tranquila - dijo echando mi cuerpo de nuevo hacia mi postura - Descansa, que te veo cansada.
- Es muy tarde Faruk - me levanté nuevamente y miré la habitación en la que nos encontrábamos.
- ¿Tienes que hacer algo? - preguntó curiosos de forma sarcástica.
- No he rezado ni el Fajr, el Duhur ya ha pasado y pronto será Al-Asar - dije apartando las sábanas y poniéndome de pie. Visualicé mi cuerpo, y recordé que lo único que llevaba puesto era el albornoz del baño. Giré mi mirada hacia Faruk, que seguía con el ceño fruncido y con el móvil en las manos - ¿Que tu no piensas rezar? - pregunté.
- Ya he rezado - me calló - No quería despertarte, te veía muy cansada y preferí que siguieras durmiendo - informó levantándose, "¿Faruk rezando? ¡El fin del mundo esta cerca!" - Mama te ha traído ropa y se ha llevado la tela - dijo señalando una maleta rosa. Di las gracias a Allah, porque no tenía ropa y porque aquello hubiera colado.
- Esta bien, gracias - respondí entrando en el baño. Me eché una ducha rápida, no me gustan nada las duchas rápidas, soy más de tomarme mi tiempo y gastar agua. Me purifiqué y me puse una camiseta larguísima, que supongo que era de Faruk. Dejé el pelo secar al aire y salí en busca de ropa modesta para poder rezar.
Rebusqué en aquella pequeña maleta, había varias prendas, entre ellas una jelaba estilo Arabia Saudita, perfecta para rezar. Para mi suerte, pude entonces también un velo negro.
Rezé.
- ¿Vemos una peli? - me preguntó Faruk, desde la cama, señalando la televisión que había frente al sofá.
- Sí - respondí entusiasmada.
Faruk adelantó mientras yo me colocaba un pijama en el baño. Salí y la película estaba ya puesta, sólo faltaba darle al play.
- Siéntate - dió varios toques sobre el sofá y vi que la mesa estaba repleta de comida basura.
- Dejame ver tu muñeca - dije acercando mi mano a la suya - ¿Te sigue doliendo? - el negó con la cabeza - Deja que te cambie la venda -.
- Vale - me dedicó una sonrisa.
***
No podía más con aquella película, quería hacerme la fuerte y no demostrar el miedo que aquella peli de terror me estaba haciendo sentir.
- Ven anda - dijo Faruk, llevandome hasta su pecho - No temas, sólo es ficción - susurró alado de mi oído.
Subí mis pies sobre el sofá y presente más atención al pulso de Faruk, que a la película. El parecía estar disfrutandola, pero yo si no son de romance, no me gustan. Llevé mi mano hasta el cuenco donde había chucherías y me zampé unas cuantas.
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INTERESES© - muslima_letters [Completa] [Editando]
Romansa«No dejes nunca de luchar, esta vida no esta echa para cobardes» La vida de Amal, cambia de una día para otro, todo le iba mal, pero las cosas empeoraron cuando la enfermedad de su padre lleva a su hermano a meterse en líos de mafias, pero... ¿Puede...