¿ENAMORARSE ES UN ERROR?.- (KAITOXLEN)(LENXKAITO)

CAPITULO XXXVI: LO QUE SERA

es curioso como siempre nos la pasamos lamenrandonos sobre nuestra vida, evadiendo problemas cuando la respuesta a todo es tan simple...

Kaito, Len y Rin estaban sentados en la sala, esperaban con ansiedad a que Luka uy Gakupo llegaran con el pequeño Ren, los minutos se volvían siglos para ambos padres, hace tanto que no habian visto a su hijo.

El timbre sono los tres corrieron a abrir la puerta, era Luka acompañada del peliazul–aqui tienen a su hijo–dijo entregándoles al pequeño de cabello azul–¡Ren! –dijo en cuanto lo tuvo entre sus brazos– hijo mio–dijo el rubio conteniendose las lagrimas, pero termino por derramrlas todas.

–¡dejame! –dijo el peliazul y cargo a su hijo, sus ojitos celestes y su cabello, habia crecido un poco–papá –dijo el pequeño, lo cual hiso que los ojos de Kaito tambien se inundarán –mamá –dijo cuando Len le sostuvo la manita.

–ya sabes hablar–dijo con una sonrisa–gracias por rescatar a mi sobrino–dijo Rin con lagrimitas–no es nada, solo es mi trabajo, cuiden vien de el–claro–no se como pagartelo–ya, ya bueno me tengo que ir–te acompañó –dijo Gakupo y la siguio hasta la patrulla.

–gracias por todo–a ti también, ayudaste mucho–el cantante le dedico una media sonrisa–¿entonces... Eso significa que... Ya no podemos vernos? –Luka hizo una mueca, metió la mano en el bolsillo de la chaqueta –toma, es mi targeta, podrias llamarme o no se hablar un rato, ir por un cafe, algo–claro–dijo y tomo la targeta temblando –nos veremos entonc–Luka sonrio y volvio a la patrulla.

Los meses pasaron en un abrir y cerrar de ojos, Ren pronto cumpliría su primer año, Kaito vivia con Gakupo, ambos padres del pequeño habian planeado una pequeña fiesta para su hijo, el pequeño habia comenzado a dar sus primeros pasos, ya pronunciaba solo un par de palabras, estaba creciendo como un niño fuerte y sano, bastante educado.

Kaito llamo a la puerta y su hermano le abrio, entro, la sala estaba adornada con globos y cerpentinas– mira–dijo el rubio desde la cocina soltando al pequeño Ren, en cuanto lo hiso comenzó a dar unos pequeños pasos–¡woow! ¡Ren, impresionante! –dijo Rin aplaudiendole y atrapandolo cuando iba a caer, Kaito veia la escena desde la puerta.

–ah, Kaito no sabia que ya habias llegado–dijo Len tomando en brazos a su hijo–papá –dijo el pequeño y estendiendo los brazos a el, el peliazul lo cargo–llege hace un momento, a propósito Ren te tengo un regalo–dijo y lo llevo a la sala, le entrego una cajita, era una pequena medalla con su nombre grabado.

–es hermosa–dijo Len cuando la vio, la tomo y se la coloco al cuello al niño, la mirada de Kaito se desvio a los ojos de Len, el rubio miraba a su hijo, cuando sintio la mirada de Kaito volteo, sus miradas se cruzaron, de inmediato el rubio se sonrojo pero no aparto la mirada, el timbre sono.

–ah Miku–dijo Len al verla y se levanto–hola... ¡ah Ren que lindo estas! –dijo y corrio a abrazarlo, ella y el rubio habian hecho las pases, ahora trataban de llevarse como amigos, se disculpo por las tonterias que hiso su primo, y por todo lo que le dijo.

Kaito veia desde lejos como el ojiceleste conversaba con su hermana y Luka, lo estrañaba como nunca, se levanto y le coloco la mano en el hombro a Len–¿podemos hablar? – am... Claro–dijo y le entrego el vaso de refresco a su hermana, Kaito lo condujo fuera de la casa, caminaron como si no llevaran un rumbo fijo–ah... Kaito–en un momento–dijo el peliazul mirando al frente y sin aflojar el paso.

Era de noche y los grillos cantaban, las estrellas brillaban, Kaito se detuvo bajo un arbol–Len–dime– ya condenaron a Meiko... Le daran veinticuatro años en prision, mi divorsio con ella ya es prácticamente un hecho pero... Tambien queria hablar porque... Se que me equivique, que te hice mucho daño, no debi de aprovecharme de tus sentimientos, solo porque yo queria pasar el rato, te arrebate tu primera vez, te destroce el corazon y te lastime tanto–para Kaito –dijo–ya escuche suficiente, detente, no quiero hablar de eso–pero tenemos que hacerlo, apesar de todo siento que aun no me has perdonado–claro que si, si pude perdonar a Miku a ti tambien–me alegra oir eso–dijo con una sonrisa.