CAPITULO XXV: INESPERADO

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Hagamos planes, claro siempre se realizan, es mejor si improvisamos, si le ganamos al destino, si a pesar de todo logramos hacer que ese día valga la pena

Kaito permanecía inmóvil, sin saber que responder–¿por-porque la pregunta? – Trato de fingir una sonrisa –me llego un rumor, me dijeron que te veías a escondidas con una persona con ese nombre, pero yo solo creeré lo que tú me digas–bueno la verdad es que.... Es –suspiro–sí, es verdad me veo con Len–¿solo se ven?–Meiko la verdad es que...te fui infiel hace algún tiempo–¿qué? Dime ¿quién esa chica y la mato?–no Meiko Len es...es chico– ¿qué?¿ahora me saldrás con que eres bisexual?– Meiko escucha, sé que no es excusa pero estaba aturdido, la monotonía me aburrió, quería darle algo de sentido a mi vida y lo conocí a él... ¿Recuerdas al chico que le daba asesorías?... Se trataba de el–¡entonces ¿querías dejarme por una aventura? ¡–no, si quería tener una aventura pero no te dejaría, quería que fuera solo algo pasajero–pero te enamoraste del ¿no? – No, Meiko no entiendes–¡¿qué quieres que entienda?! Ese imbécil es un aprovechado te sedujo cuando estábamos por casarnos–no, Meiko él no sabía nada, terminamos hace mucho, Miku le mostro el video de nuestra boda y me termino–¡¿pues qué querías que hiciera?!–ya estaba muy molesta.

–¿entonces si terminaron porque no lo has dejado? – Meiko no puedo hacer eso–¿te enamoraste del también?¿pretendes que acepte que tengas un amante y a mí al mismo tiempo? –no, te repito ya no tengo nada que ver con el–entonces déjalo –no puedo... Él está esperando un hijo mío... Es un doncel–¡¿qué?! – Él no sabía que era capaz de concebir, incluso trato de abortarlo –lo hubiera hecho–Meiko por favor también es mi hijo–un silencio reino en la sala.

–Meiko si existe un culpable aquí ese soy yo, te falle con la promesa de serte fiel y a ese pobre niño lo lastime mucho, después de que terminamos él se enteró que estaba embarazado, trato de alejarme pero sabes que nunca dejare a mi hijo–olvídate de tu promesa–¿qué? – está bien quizás él no sabía nada pero tenía la culpa al meterse contigo, te conozco no creo que lo hubieras obligado, si incluso conmigo que ya era prácticamente tu mujer respetaste que hasta que nos casáramos dudo mucho que a ese niño lo obligaras– tal vez tengas razón –¡olvídate de el yo soy quien te dará un hijo!– ¡que no! ¿No entiendes?–¡¡entiende tú, tengo mido perderte!!– dijo soltando un par de lágrimas.

–Meiko–la abrazo–no tienes por qué tener miedo, lo mío con él se acabó, solo nos une nuestro hijo, además sabes de la promesa que le hice a mi madre, aunque era muy pequeño lo dije enserio, eres mi esposa, no te dejare sola con esto, me hare cargo, siempre he respetado tus decisiones ahora te pido que hagas lo mismo–está bien acepto–gracias–la abrazo.

Al otro día en casa de Len –¿ya no necesitas nada más? –No es todo– bien regreso rápido–Tan salió de la casa y dejo a su hermano cocinando, poco después llamaron al timbre–¿qué? ¿Olvidaste las llaves? –abrió la puerta pero no se trataba de su hermana.

–Disculpa busco a Len Kagamine–soy yo–¿tu? – Lo miro de arriba abajo–¿ocurre algo? – Sí, yo soy la esposa de Kaito–ah... Con que tú eres Meiko– del mismo modo la miro de arriba abajo–¿qué? – nada, solo que tiene buenos gustos, realmente eres linda–¡no necesito de tus halagos! – Len la miro con algo de molestia.

–Estoy aquí para pedirte que te deshagas del engendro que llevas en el vientre–¡loca! No puedo hacer eso, tengo siete meses de embarazo, ya no es posible–claro que es posible, yo soy la esposa y yo seré la única que le dé un hijo–estaba a punto de atacar a Len pero–¡deja a mi hermano! – Rin corrió soltando las bolsas e interponiéndose entre ambos, ahora era la fobia la que la iba a atacar.

–¡no Rin! Está embarazada–ah... Bien lárgate de mi casa, o llamaré a la policía y para la próxima que te vea por aquí no me importa que estés embarazada, si por proteger a mi hermano tengo que ir a la cárcel lo hare con gusto– vaya, tu hermana te ama en verdad, lástima que sea el único amor que conozcas aparte del de tu hijo, si Kaito está contigo es solo por su hijo–le mostro el anillo de compromiso–ya que a mi es a la única a la que quiere– salió del lugar no sin antes mirar de reojo a Len.

–¿estás bien? –sí, vamos olvidémonos de esto– pero Rin no quería dejarlo así, llamo a Kaito y le conto lo ocurrido, al llegar a su casa Kaito la enfrento –¿a que fuiste a casa de Len? –Dijo algo molesto– solo a dejarle en claro a ese niño quien es la esposa aquí–¡no tenías que hacer eso! Les hace daño a ambos– se lo merecía– ya no quiso seguir peleando, si lo hacia la alteraría más y él bebe sufriría las consecuencias.

Los días pasaron, Kaito tuvo que repartirse para estar con ambos y cuidar de ambos. Esa noche se despidió de Len y volvió con su esposa, ambos gemelos cenaron y fueron a dormir, Len estaba profundamente dormido cuando una punzada en su vientre lo despertó, no le tomo importancia y volvió a cerrar los ojos, cuando estaba a punto de dormir de nuevo una punzada más fuerte lo despertó.

–Tranquilo hijo me lastimas– pero una punzada aún más fuerte lo hiso quejarse de dolor–¡oye enserio duele! – pero una vez más ocurrió, cada vez aumentaba la fuerza y con ello el dolor–tengo que avisarle a Rin–trato de levantarse pero el dolor se lo impidió.

–El teléfono–llamo a su hermana que dormía profundamente, despertó al ver de quien se trataba se extrañó –¿por qué me llamas? – Rin me-me siento mal... Ven rápido– Rin salió corriendo al cuarto de Len –¿qué pasa? –¡Rin me duele mucho... Creo-creo que ya va a nacer! – ¡¿qué?! Espera llamare a una ambulancia–también llámale a Kaito, dile que nuestro hijo ya viene–la rubia lo miro sin entender y después asintió.

Mientras en casa del peli azul él y su esposa dormían profundamente, Meiko se levantó para ir al baño poco después el teléfono de Kaito sonó–¿qué pasa Rin? –Kaito, Len se siente mal, tu hijo ya va a nacer–¿qué? – se levantó de un salto –ya llame a la ambulancia pero Len quiere que estés con él, no deja de gritar–claro voy para allá–ya llegó la ambulancia en cuanto sepa a cual hospital nos llevan te avisare– claro gracias– comenzó a vestirse con rapidez y nervio sismo.

–Kaito– lo llamo Meiko desde el baño– ¿qué? –KAITO–el peli azul seguía vistiéndose –¿qué? – ¡¡KAITO!! – ¡¿qué?! – dijo algo alterado y volteando a verla, estaba recargada sobre el marco de la puerta, levanto su mano y estaba manchada de un color rojo intenso.

–Kaito... Estoy sangrando... –dijo con los ojos llorosos–Meiko– no sabía que más decir.

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continuara♪♪♪

¿ENAMORARSE ES UN ERROR?.- (KAITOXLEN)(LENXKAITO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora