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Día de tartaletas en Muzes

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Día de tartaletas en Muzes. Abigail estaba en la cocina haciendo lo que más pasión le generaba: Hacer postres. Max y Lex degustaban las exquisiteces de la castaña, mientras aguardaban a que Arthur o Antoine llegasen al local. Necesitaban reconciliar al "Dúo dinámico", la escuela no era la misma desde aquella pelea. Las conclusiones eran muy confusas, donde la mayoría de la población estudiantil especulaba que Antoine cometió un grave error al enamorarse de su mejor amigo, el cual no era para nada homosexual, y sentía celos de la lesbiana solitaria. 

¡Vaya, qué errado estaba todo Cronick!

Lena por su lado, decidió ir a Muzes ese día, para así tratar de remediar las cosas entre la pareja estrella, al igual que Lex y Max. Luego de hablar con Arthur la noche anterior, por el tono en que se oía el rubio, concluyó en que no quería hablar del tema Antón por el momento. Por ende, decidió mejor ir con la guardia baja a hablar con Antoine. Estaba en la barra, nadie había pedido un café caliente en lo que iba de la tarde, hasta que llegó el castaño.

—Lena, ¡un late de vainilla para Antoine!

—Ya voy, Abs.

Manos a la obra. Antoine ni se percató en saludar a la rubia, aún tenía suficientes problemas con su "novio". La charla del día anterior le hizo entender que estaba a kilómetros de ser como ella, así que prefirió mantener distancia con la boxeadora. Lena comenzó con la rápida preparación del café, realizaría un arte late con un mensaje para Antoine. Cremó la leche e hizo el "dibujo" que era un mensaje: «SOS» Junto con una corona que se asemejaba al "Rey Arthur". La originalidad de Lena era una sorpresa enlatada. El castaño recibió el café.

Se sonrojó y bajó la mirada cabizbajo, luego volteó a ver a su cuñada. Lena le sonrió, y le hizo la seña de que en diez minutos se avecinaba su descanso; Antoine asintió.

Cumplido el tiempo, Lena se quitó el delantal y salió, no sin antes recibir improperios por parte de Lex y elogios por parte de Max. Rodó los ojos y llevó al castaño hasta la parte trasera de Muzes, Abigail los siguió.

—Abi, ¿también quieres hablar conmigo? —interrogó el mencionado.

—Pues, no creía necesaria mi intromisión en ustedes... Pero lo he comentado con Lena —ella asintió—, y creo que es justo hacerles una reconciliación. ¿Podrías explicarnos a ambas qué está pasando entre ustedes?

—Además, ya he dicho en muchas oportunidades que yo —enfatizó llevándose las manos al pecho—, no le atraigo en lo más mínimo a tu novio el cavernícola. Abigail me dice que odia a los bisexuales, y no sé si te diste cuenta... Pero el día en que fue el primer partido, me cambié en el camerino de los hombres y a Arthur no le pareció impresionante u algo de otra galaxia  el  ver mi cuerpo en ropa interior. 

—Está cambiado —se limitó a decir.

—Será por él mismo, yo no tengo nada que ver ahí —alegó Lena ya fastidiada—. ¿Podrías simplemente aclarar ambos sus sentimientos? Tú sabes más que las dos sobre el tremendo orgullo del Australopithecus estrella. Es la comida que nunca será capaz de tragar. Se le nota.

Se dice de mí ® │CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora