Lena estaba algo nerviosa. ¿A dónde la estaba llevando Arthur? Sin embargo, le dio el voto de confianza... Algo que ella no hacía muy a menudo. Ni siquiera Abigail, su padrino o en efecto su padre; se habían comportado tan amables con ella. Una completa lástima, aún guardaba en el fondo de su gélido corazón la minúscula esperanza de que creerían las fechorías de Matheus, quién permanecía en libertad a pesar de lo que ella asegura que hizo. ¿La única forma? Consiguiendo pruebas contundentes, y para eso ya tenía a alguien que la iba a ayudar en el procedimiento.
Luego de ejercitar su mente divagando de un lado a otro con sus problemas, los chicos caminaron cerca del vecindario del susodicho en cuestión; ¿lo peor para Lena? A las afueras se avistaron a la señorita Venus y el chihuahua chillón. Estaban en un intento —porque esa mujer era una buena para nada— de realizar yoga. Crabbits se tensó inmediatamente, ¿por qué el Australopithecus estrella la trajo hasta estos lares? Arthur al percibir la tensión en la rubia, le apretujó la mano.
—No creas que vamos a la boca del lobo. En realidad nos dirigimos hacia el castigo que me impusieron mis padres. ¿Cómo puedes pensar que te traería por aquí sin avisarte? —La miró de soslayo, ella solamente estaba con la vista fija en el pavimento—. Lena, no te dejes llevar por tus sentimientos. Que ese imbécil y su estúpida mujer no te hagan temblar. ¿Vale?
La mencionada levantó el rostro y dedicó a su compañero una expresión llena de tranquilidad, luego de exhalado un suspiro. Éste le correspondió el gesto seguido de un guiño. Pasados seis minutos aproximadamente de caminata llena de risas y cotilleos usuales; arribaron al destino: La sala de reunión terapéutica. Se ubicaba en un edificio no muy grande, demasiado modesto a decir verdad.
Al entrar, el señor Pines saludó cortésmente a los jóvenes, dándole a Lena una grata bienvenida. A los pocos minutos llegó la misma chica huraña de la que Arthur se había burlado en la primera sesión.
—Qué belleza. Ahora traes a tu noviecita para que te defienda... ¡Gallina! —bramó Candace.
Lena observó la situación con detenimiento, sin inmutarse. El mariscal de campo pasó de largo con la muchacha del cabello cobrizo y rizado; fijó sus profundas pupilas como el océano en los adictivos ojos marrones cuales granos de café pertenecientes al delicado rostro de su Gladiadora.
—Bésame —exigió entre dientes. Quería asquear a Candace y sabía que con Lena podía lograr su cometido. La boxeadora no encontró cómo reaccionar. Fue un Déjà vu en cierto modo, como cuando le ordenó a Abigail que la besara cuando Arthur la presionó. ¡Las vueltas que daba la vida! Éste era su karma luego de haber usado a su hermanastra.
—¿Qué te qué, ah? —inquirió balbuceando cada palabra, desconcertada. No se ubicaba en el tiempo y espacio.
¿Cómo llegaron a tal punto? Los "enemigos en tregua" intercambiaron un sin fin de palabras, ¡no lograban ponerse de acuerdo!
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Se dice de mí ® │Completa
Fiksi RemajaSe dice que Lena Crabbits es lesbiana porque fue expulsada de un instituto para chicas. Es una boxeadora muy gruñona. Se dice que Arthur Coleman es el chico más candente y rudo en todo Cronick High School. Es el capitán del equipo de fútbol american...