Capítulo 49

239 15 1
                                    

Narra Anna.

Ya está todo listo para cuando vuelva Nick. Escucho la puerta abrirse y cerrarse. Sus zapatos suenan en cada paso que da contra la madera del suelo, cada vez más fuerte, lo que significa que cada vez está más cerca de la puerta del dormitorio, que está entornada.

Cuando la puerta de la habitación se abre su esbelta figura aparece, y todo parece ir a cámara lenta. Cuando me mira mi corazón se acelera y apenas escucho nada solamente mi pulso, por un momento dudo si él puede escucharlo tan alto como yo.

Su sonrisa acompañada de sus blancos dientes aparecen al sonreírme y sus ojos tienen un brillo especial o soy yo que sé lo que puede pasar. Me levanto de la cama y me acerco a él.

-Hola- susurro cuando estoy a su lado y me acerco a sus labios.

Un beso lento, sabe a menta por un chicle que se ha debido tomar. Mientras nuestras lenguas se entrelazan sus manos van hacia mi cintura y las mías hacia su cuello. Sus besos bajan hacia mi cuello y yo echo mi cabeza hacia atrás para darle más accesibilidad. Poco a poco baja sus manos hacia mi trasero y lo levanta para que yo enrolle mis piernas en su cadera notando todo su miembro erecto. Un gemido sale en forma de susurro de mi garganta y Nick vuelve a mis labios y se empieza a movernos hacia la cama.

Me deja caer en ella y antes de volver a besarme se quita la camiseta y cuando empiezo a desatarme mi camisa, él me para y la abre rompiendo alguno de los botones, y mientras vuelve a mi boca me la va quitando lentamente, herizando cada vello de mi cuerpo al sentir el contacto de sus manos sobre mi piel.

Su musculado y grande cuerpo está sobre el mío, lo que me beneficia ya que puedo tocarle sin ningún tipo de barrera entre nosotros.

Mientras nuestras lenguas bailan una lenta y excitante danza sus manos recorren mi cuerpo, como cuando un artista da pinceladas, con dulzura pero decisión. Sus besos vuelven a bajar hacia mi cuello, se paran ahí un momento pero en seguida siguen su recorrido hacia abajo. Besos húmedos y lentos que continúan por mi vientre hasta mi ombligo y un poco más abajo, pero se para.

Se para y me mira a los ojos, una chispa de excitación y lujuria hace que sus increíbles ojos brillen más de lo normal. Cuanto más lo miro, más bellas se vuelven sus definidas facciones.

-¿Por qué paras?- pregunto cuando he recuperado un poco el aire, aunque mi voz ha sonado un poco ronca por la excitación.

-¿Estás segura?- durante dos segundos me mira directamente a los ojos, como pidiendo permiso.- Aún puedo parar.- miro el bulto que tiene en los pantalones por la excitación y no podemos esperar más, ninguno de los dos.

-Estoy segura. ¿Lo estás tú?- le pregunto un poco asustada por su respuesta.

Una sonrisa aparece en su cara y antes de que me dé cuenta ya me ha quitado la ropa interior y estoy completamente desnuda ante él. Y él no tarda en quitarse las únicas prendas que le quedan.

Desnudos uno frente al otro, es extraño, pensaba que llegado este momento me daría vergüenza y acabaría diciéndole que no, que no podía. Pero no, al contrario más bien, nunca en toda mi vida me había sentido tan segura de mí misma. Por lo que antes de que Nick venga a mi, prácticamente salto encima de él lo que causa que caiga de espaldas en la cama y yo encima de él a horcajadas.

Vuelta a empezar con la pelea de besos por ver quién gana, aunque en realidad ninguno pierde. Me separo de su boca para acercarme a la mesita de noche donde hay varios condones y se los acerco a él, Nick levanta una ceja y yo apartó la mirada de sus penetrantes ojos.

-No te puedes imaginar lo que me pone eso.- y en un segundo su cuerpo vuelve a ponerse en encima del mío y su boca vuelve a la mía.- Pero no hay prisa, vamos a disfrutarlo.- dice despacio y pasando su lengua por mi cuello.

Y con eso sus besos y los movimientos de Nick se ralentizan, pero eso hace que me excite más, es como si estuviese a punto explotar sin apenas haber hecho algo. Sus manos bajan tocando mi piel hasta llegar a mi clítoris. Empieza a masajearlo delicadamente con sus dedos y un gemido ronco trepa por las paredes de mi garganta.

-Eso es, gime para mí.- susurra en mi oído para luego morder el lóbulo de mi oreja derecha. Mis manos sin pensarlo agarran su miembro y hacen un poco de presión, al principio tengo miedo de hacerle daño pero cuando una especie de rugido sale de su garganta, sé que lo estoy haciendo bien.- Enana, como sigas así no voy a aguantar mucho más.- nunca pensé que escuchar una voz ronca me excitara tanto.

-Ohh - un grito callado con un beso sale de mi cuando lentamente pero con decisión introduce un dedo suyo en mi. Empieza a moverlo lentamente en círculos y mi pelvis lo acompaña para dar más placer.- Eso es acostúbrate y prepárate para un nuevo asalto, ¿lista?- introduce otro dedo y esta vez da vueltas en la otra dirección.

Noto como si cada vez estuviese más caliente y la excitación cada vez es mayor. Ahora mismo solo estamos él y yo, casi estoy a punto de llegar cuando para en seco y saca sus dedos. Lo miro extrañada y él sonríe de manera pícara.

-¿Pensabas que solo tú ibas a disfrutar?- se acerca a la mesita de noche y coge un condón, se lo pone con velocidad y coloca su miembro a la entrada de mi vagina.- ¿Estás lista?- asiento y lo beso cerrando los ojos para notar más todas las sensaciones pero él no se mueve.- Quiero que habrás los ojos, quiero que me mires, esto es importante para los dos, así que si te duele o quieres parar solo tienes que decirlo.- me mira con la mirada llena de excitación y lujuria, pero dulzura.

-De acuerdo.- digo segura de que él lo hará lo más cuidadoso posible y que parará si yo le digo que pare.

Empieza a introducir su miembro, este es claramente más grueso que sus dedos. Pienso que no va a entrar pero cuando va por la mitad para, me mira como preguntándome si puede seguir y yo le miro sonriendo, esto es exactamente lo que quiero. Sigue entrando y empieza a ser un poco molesto.

-Me duele un poco.- le digo.

-Es normal, es tu primera vez.- me dice con una sonrisa amable.- Me voy a quedar unos segundos para que te acostumbres y luego voy a moverme como lo he hecho antes, ¿te parece bien?- yo respondo con una afirmación y hace exactamente lo que dice, durante unos segundos está quieto y después empieza a mover su pelvis en círculos.

Como antes una descarga eléctrica pasa por mi columna hasta llegar a la zona donde estamos unidos y él parece notarlo porque un gemido sale de sus labios. Cada vez estoy más excitada y prácticamente pierdo la noción del tiempo y del lugar donde estoy.

Cuando una ola de calor recorre mi cuerpo y esté empieza a temblar, noto como me corro, he llegado al clímax, pero él no para, lo que hace que el orgasmo se alargue y que segundos más tarde él llegue también.

Nunca en mi vida había sentido tanta felicidad, acabo de compartir el acto más íntimo que existe con la persona que amo. La persona por la que pararía una bala, la persona con la que quiero vivir toda la vida, crear una familia.

El cuerpo exhausto de Nick cae a mi lado y me abraza, cosa que yo también hago.

-Te amo- digo casi sin pensarlo.

-Yo también te amo, enana.- y besa mi frente para luego caer en los brazos de Morfeo una vez más, está vez cansados, felices y desnudos.

La Chica Del TrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora