Capítulo 45

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Narra Nick

Anna lleva toda la noche ingresada en el hospital, no se mueve y eso cada vez me da más miedo. No me he separado de ella y no me voy a separar, voy a ser y quiero ser al primero que vea cuando despierte porque va a despertar yo lo sé...

-Nick, ¿Y si vamos a casa te das una ducha descansas y vuelves por la tarde?- me pregunta Lucía que junto a Scott tampoco se han separado de Anna.

-De verdad, podéis iros a descansar, yo me quedo con ella, os aviso de cualquier novedad.- digo mientras entrelazó mi mano con la tibia mano de Anna.

-Cualquier cosa, da igual la hora.- dice Lucía señalándome con el dedo, yo apartó un momento la vista de Anna para mirarla y asentir, pero enseguida vuelvo a mirar a Anna.

Varias horas después.

Anna sigue sin reaccionar, los médicos han dicho que gracias al cinturón de seguridad, el golpe no ha sido lo suficientemente fuerte para matarla, pero podría quedar en coma. Yo sé que Anna es fuerte y está luchando por superar esto y volver conmigo, porque no voy a poder vivir sin ella.

-Hola- me giro y veo a María y a Robin quienes acaban de entrar por la puerta.

-Hola- acaricio la mejilla de Anna, no reacciona, las lágrimas quieren salir de mis ojos, pero si Anna está luchando para salir de esta, yo también tengo que ser fuerte.

-¿Cómo sigue?- pregunta Robin.

-Igual, podría quedar en coma...- se me corta la voz y aprieto los labios y los ojos para no llorar. Noto como alguien me abraza por detrás y con un suspiro vuelvo a abrir los ojos, y ver a Anna más pálida sin vida en una cama de hospital con cables enganchados a su cuerpo no es la imagen que me gustaría tener ahora mismo.

-No digas eso, Anna es un bicho malo y ya sabes bicho malo nunca muere.- Ya ni si quiera las bromas de Robin me hacen gracia, aunque esa haya sido una mierda se agradece el gesto.

-¿De verdad que no quieres ir a descansar?- me pregunta María.

-He dormido en el sofá, estoy bien gracias. ¿Se lo habéis dicho a sus padres?- pregunto.

-Sí, vendrán a las cinco de la tarde.- yo asiento y vuelvo a mirar a Anna, solo puedo hacer eso.

Cuando pasa una hora, María y Robin se van, y yo agarro la mano de Anna y digo en alto:

-Por favor, Anna, si puedes escucharme, haz algo cualquier cosa - durante un minuto me quedo quieto, solo se escucha su respiración lenta y rítmica, y la mía qué es todo lo contrario, agitada y arrítmica. Noto una presión en la mano, ella me ha apretado la mano, me ha escuchado.

Justo en ese momento entra una enfermera para revisar sus constantes y yo le digo.

-¿Es posible qué me haya escuchado y haya hecho algo que le he pedido?- le pregunto a la enfermera, está se gira extrañada.

-¿Ha apretado los ojos, labios, manos o movido una pierna ?- me pregunta.

-Me ha apretado la mano.- respondo con entusiasmo.

-Son espasmos naturales que da el cuerpo por estar tanto tiempo quieto.- me dice- Lo siento.- y se va, dejándome a solas con Anna.

-Anna,- vuelvo a hablarle- no puedes irte y dejar a este pobre tonto enamorado con el corazón roto.- digo y las lágrimas salen de mí como si nunca hubiera llorado.-Si despiertas, prometo que voy a cuidarte, te voy a hacer tan feliz como tú a mí, voy a enamorarte para que no puedas ni quieras irte de mi lado, nos casaremos, formaremos una familia, ya lo verás...- digo con la cabeza apoyada en la cama al lado de su mano.

Narra Lucía.

No me puedo creer lo que acaba de soltar Nick como si fuera lo más normal del mundo, prácticamente acaba de declararse a Anna, es su todo, su otra mitad, la que lo completa, y ella está en coma o podría estarlo por culpa de un gilipollas.

-Hola- dice Scott cuando entramos, Nick se quita las lágrimas de la cara y se levanta de la silla que ha puesto al lado de ella, de esa cama tan incómoda.

-Hola.- responde casi en un suspiro.-Voy al baño.- dice levantándose.

Cuando se va al baño, me giro hacia Scott y le pregunto

-¿Has escuchado a Nick?- el asiente y sonríe.-Que emoción- me giro y toda la felicidad que mi cuerpo emitía se disipa al ver a mi amiga en la cama de hospital.-Nick no se puede queda aquí todo el rato sufriendo, en un rato vienen sus padres, vamos a llevárnoslo a casa cuando estén aquí, ¿te parece?- le pregunto a mi novio.

-Vale- me responde sin mirarme, mirando el cuerpo pálido y casi sin vida de nuestra amiga, me acerco para acariciarle la mejilla, la cual está fría y pálida.

Durante el resto de la tarde lo único que hicimos fue acompañar el cuerpo de Anna que estaba en la cama y a Nick.

-Ahora van a venir los padres de Anna, ¿y si nos vamos descansas y vuelves mañana por la mañana?-le pregunto a Nick que no se ha separado de Anna en toda la tarde.

Él asiente sin ganas, nos despedimos de los padres de Anna, quiénes han llegado hace media hora, y volvemos a casa. El camino de vuelta en el coche Scott pone música, pero Nick se queda en silencio todo el viaje, como lleva todo el día, en silencio, apagado y sin vida.

Una semana después

Narra Nick

Ocho días lleva Anna en el hospital, en una cama sin moverse, sigo con la esperanza de que se va despertar, Lucía y Scott prácticamente me han "obligado" a dormir en el apartamento para dejar descansar a Anna. Yo voy por las mañanas y por las tardes y a las ocho después de pasar la tarde conmigo, Scott y Lucía vienen a recogerme y me traen a casa. Llevo ocho días sin ver el brillo sus ojos, su sonrisa, sin escucharla hablar ni reír.

No duermo bien, así no quiero vivir, sin ella nada tiene sentido. Aquí estoy una noche más en la cama que comparto con Anna, su lado está frío, y las lágrimas siguen saliendo lenta y dolorosamente de mis ojos. Cierro los ojos por décima vez para poder aferrarme a los brazos de Morfeo cuando mi teléfono suena. A desgana lo cojo.

-¿Si?- pregunto con la voz ronca.

-¿Nick?- pregunta la madre se Anna.- Siento la hora, acaban de llamar del hospital- me corazón se para un momento, las siguientes palabras van a hacer que salga corriendo hacia el hospital, pero para bien o para mal...- Anna ha despertado, nos han dicho que podemos ir a verla.- dice con una alegría que no había escuchado en nadie estos días.

Ya estoy vistiéndome, en menos de diez minutos he cogido un taxi y estoy en a puerta del hospital, donde me esperan los padres de Anna.

Vamos a su habitación y soy el primer en entrar. Me quedo quieto al verla sentada mirándome con esos ojos y sonríe, es en ese momento en el que me doy cuenta de que ya todo está bien, es una guerrera, una luchadora y sé que nunca voy a poder encontrar a alguien que me haga sentir lo que me hace sentir ella sin hacer absolutamente nada, tan solo con una sonrisa hace que quiera darle cada segundo de mi vida.

-Hola.- me dice con su voz ronca de no haber hablado durante varios días, me acerco lentamente, me pongo a su altura sin apartar la vista de sus preciosos ojos los que me miran con un brillo especial, abre la boca para decir algo pero la beso y no la dejo hablar.

Su sabor, la ternura con la que su lengua acaricia a la mía, lo he echado tanto de menos...

-Te quiero- le digo nada más separarme, ella sonríe y me da un casto beso.

-Yo te amo.- me dice mirándome a los ojos.

La Chica Del TrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora