Soul Mate (LuKun)

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Kun era bastante inteligente, callado y sabía mantener las cosas en orden cuando él no podía hacerlo y debía salir corriendo a la universidad. Sabía cuando Yukhei estaba teniendo un mal día y con el entrecejo fruncido se acercaba para brindarle cálidos abrazos por la espalda y murmurar palabras enamoradas.

Teniendo una familia bastante solvente con la que apenas lograba comunicarse por la faena de sus actividades de artes escénicas, pasaba la mayor parte del tiempo solo en su departamento de soltero. Su madre siempre había cuidado de él indirectamente, por lo que cuando el se negó a llevarse a alguien de servicio para que se ocupara de sus necesidades, lo primero que pensó fue en el regalo más... ¡Y no exageraba! MÁS caro que había.

Un Soul Mate gato.

Se lo obsequió en las festividades de año nuevo, mientras mantenían una cena con parientes cercanos y la abuela Wong que repetía una y otra vez la misma anécdota. Kun ingresó en la habitación con un pijama negro y la mirada insegura, siendo llevado de la mano por uno de los mayordomos de la casa. Yukhei recuerda que el jugo salió por su nariz cuando su madre le dijo que ese era su regalo y debía llevárselo cuando se fuese de vuelta a su piso en Beijin.

Pero estar con Kun era mucho más divertido que estar solo, sobre todo cuando veían películas los fines de semana y el robaba besos del minino que lo miraba enojado y luego volteaba el rostro al lado contrario totalmente sonrojado.

Kun era dulce... más dulce que cualquiera que hubiese conocido antes.



La cola de Kun se balanceaba de aquí para allá, serpenteando emocionada mientras pasaba hoja tras hoja del libro que le había obsequiado Yukhei para que se entretuviese en las tardes solitarias. Pataleo preso de la lectura y rodó sobre su estomago, usando sus codos de suporte mientras sus ojos formaban medias lunas y la sonrisa dejaba al descubierto sus profundos hoyuelos.

Una historia de amor era el mejor estimulante para su gatuna imaginación donde de vez en cuando... soñaba que Yukhei lo quería para siempre. Los humanos eran seres que lo complicaban todo con sus extrañas formas de amar, guardándose las palabras porque aparentemente eran innecesarias.

La puerta de la entrada se abrió y las llaves tintinearon, la señal que le indicaba que era hora de cerrar el libro y dejar sus fantasías para volver a la realidad y cenar con su amo. Bueno... si comparaba a los príncipes de ese libros con Yukhei, definitivamente podía asegurar que se divertía más con el más joven.

Mil veces más.

Camino con las calcetas aun puestas y bajando los shorts que usaba cuando el calor le llegaba a parecer insoportable. La camisa celeste le quedaba un poco larga y la sujetó con sus manos, el mismo entusiasmo nervioso de todos los días lo invadía y las ganas de abrazarse al cuerpo de Yukhei comenzaban a hacerle picar las extremidades.

Era tímido, pero definitivamente disfrutaba dar un poco de amor de vez en cuando.

Abrió la puerta de la habitación y miró hacia afuera con los ojos brillantes para luego sentir como si una daga le apuñalara el corazón. Afuera estaba su amo con otro chico casi tan alto como él, la sonrisa bobalicona de ambos le irritó demasiado y su cola se encrespó cuando un beso aterrizó en la mejilla de Yukhei.

¡Inaceptable!

Su nariz se arrugó y sus manos permanecieron en puños, lentamente enterrando sus uñas en las palmas hasta hacerle doler la piel. Ninguno lo notó mientras parecían integrarse en una ceremonia de cortejo.

Maulló bajo cuando su corazón no dio para más, regresando a la habitación totalmente dolido y cerrando la puerta con pestillo para que nadie pudiese verlo mientras se perdía bajo las sábanas, escondiendo el dolor incluso de sí mismo. Estaba llorando, maullaba desconsolado mientras agua salada bajaba por sus mejillas a cantaros.

Tocaron la puerta varias veces, pero la vergüenza no le permitió moverse, sintiéndose tonto por comportarse así cuando él era el mayor, el cuidaba de Yukhei y debía cerciorarse de que todo estuviese bien. Bueno... diciéndolo así sonaba más como un elfo doméstico que como un Soul Mate.

Pasaron unos pocos minutos antes de que la puerta se abriera y los pasos pesados de Yukhei se acercaran a la cama, tocando para encontrarlo y luego abrazarlo sobre los edredones.

"Ni siquiera sé porque hay edredones si hace demasiado calor" murmuró el menor, descubriéndolo "no me frunzas el ceño."

"Estoy bien" afirmó mordiendo su labio y mirando hacia el techo.

La mano de Yukhei acarició su mejilla y luego sus labios se estamparon sobre su frente "tus orejas están hacia abajo y tienes la nariz roja, Kun."

"¡Déjame mentir en paz!" el reclamo solo logró que Yukhei sonriera nuevamente, retirando el resto de sábanas que los separaban para unir ambos cuerpos en un cálido abrazo "no te quiero... no te quiero."

"Si me dices que no me quieres, también estaré triste."

"Uhm, no te creo" murmuró gruñón, pero su cola comenzaba a enroscarse en el brazo de Yukhei con cariño, intentando que no se fuese con el chico de antes.

"¿Debo hacer meritos para recibir un beso de bienvenida, entonces?" la risa burlona de Yukhei resonó por toda la habitación mientras colocaba sus manos a los costados del cuerpo contrario y comenzaba a hacerle cosquillas sin parar.

Kun se retorcía inquieto bajo Yukhei, riendo bastante alto hasta que las lágrimas cayeron nuevamente – pero esta vez por otra razón – y tuvo que rogar para que se detuviese antes de que se hiciera pis.

Yukhei permaneció sobre Kun, abrazándolo por la cintura y acomodándose entre sus regordetas piernas. Sentía los dedos del mayor acariciando su cabello y su cola envolviéndole la pierna derecha, el ronroneo de su pecho se escuchaba claramente con su oreja pegada a la zona. Si, Kun era su oasis de paz.

Alzó su rostro y el minino ya estaba mirándolo con los ojos brillantes como estrellas y las mejillas sonrojadas. Acercó sus labios a los contrarios para depositar un beso suave, sintiendo como se movían dulcemente unos sobre los otros y deslizando la lengua despacio para rozarla con la contraria que tímidamente le correspondió la caricia.

No se atrevió a meter su mano más allá de la suave cintura del minino que suspiraba entre sus brazos, ávido de un poco más de amor. Y si, Yukhei estaba dispuesto a darle todo su amor hasta quedarse seco.

El chasquido de los labios separándose y un maullido bajo antes de que ambos abrieran los ojos para mirarse fue lo único que se escuchó en la habitación.

"Siempre que vuelvo a casa deseo que estés en la puerta, esperándome para darme un beso de bienvenida, que me abraces y cenemos juntos" susurró haciendo que la piel del mayor se erizara "eres mi amor perfecto, Kun. Eres mi alma gemela."

La sonrisa de Kun volvió a aparecer y asintió "yo siempre esperaré por ti."

"Es un trato, entonces" dijo Yukhei, acariciando sus mejillas antes de volver a embriagarse en los dulces labios de su Soul Mate... de su amado Kun. 



Dedicado a: 

junmyeonperfection

DearDream28_

Y para mi porque comencé a amar a esta preciosa shipp xD 

Finalizando este one shot, solo nos queda uno por subir y es el MarkRen, así que estén pendientes de  esta y una actualización con shipp sorpresa que será el cierre de los pedidos anteriores. 

Cuando suba una actualización donde diga pedidos abiertos, dejen sus comentarios, si no lo ponen ahí no podré comprometerme a hacerlo - se me pierden los pedidos entre tantos comentarios Dx - 

Les dije que el final se acerca... así que sigamos compartiendo increíbles historias aquí hasta ese entonces <3 Las amo un mundo. 

Este libro de pecado ha terminado #3 en el ranking de NCT Dream. 🔥

Lemon CreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora