los guardianes ancestrales (historia)

Capítulo 11- un gato, un príncipe y un pasado.

De un momento a otro comenzaba a marearme y sentía una gran presión en el cuerpo pero mis ojos parecían mentirme, ya no estaba a las afueras del desierto cacnea, ahora me encontraba en un palacio con grande alfombras y marcos de metales preciosos sobre la estructura del palacio, es curioso pero no encontraba una explicación lógica ante tal evento, hasta que el gato apareció.

- Príncipe kohichi, me alegra verlo, tal vez no sepa quién soy así que lo diré, mi nombre es cesar, soy un subguardian de la familia real hyuga y también soy maestro de esta que alguna vez fue la familia más poderosa.

- ¿perdona gatito pero no sé porque venimos?, ¡Rafael está en peligro!

- No lo estará, se podría decir que se detuvo el tiempo ya que estamos en el mundo metafísico.

- ¿Qué es el mundo metafísico?

- Es un mundo donde los espíritus y almas conviven, aquí las leyes de la física no existen, por ende el tiempo ni el espacio existen.

- Significa que ¿podemos volver al pasado?

- No exactamente, solo podemos ver el pasado mas no afectarlo.

- ¿para qué me trajiste aquí?

- Quiero que observe al ser que destruyo a todo tu clan y motivo por el cual estas en la tierra.

Cesar me lleva a una sala donde se encontraba una pareja con dos pequeños bebes, una niña y un niño, cuando de pronto llega una niña de unos siete años de edad, con largos cabellos negros, piel blanca y con unos ojos que emanaban dolor, corriendo y gritando.

- Mama, julios está siendo atacado por un ser idéntico a mi abuelo.

No podía comprender quienes eran así que decido preguntarle a cesar sobre la situación por la que pasaba.

- ¿cesar que ocurre?

- Bueno lo diré de una manera muy sencilla estamos en el día de tu nacimiento.

- ¿quiere decir que ese bebe soy yo?, entonces ¿esas chicas son...?

- Así es príncipe kohichi esas son tus hermanas.

- ¿tengo hermanas?

Al terminar mi pregunta un joven de nueve años es lanzado por la puerta del dormitorio, un niño de pelo largo, piel blanca y ojos cafés, con una vestimenta algo extraña pues una gabardina azul, una camisa gris y un pantalón azul no se miraban muy cómodas para pelear, el chico grita.

- Padres es kyosaky, ¡corran y cuiden a mis hermanos!

El chico se presentaba muy herido y en su ojo derecho brotaban lágrimas de sangre, pero el daño era bestial el señor que estaba ahí frente al chico, que vestía con una capa roja y pintas de rey, le dice al chico tirado mientras es levantado por el rey.

- Hijo no seas ridículo, nuestros seguidores darán su vida por frenar los actos de mi abuelo el guardián nivel dios del sol, mientras tú y tus hermanos deberán irse del sol para ir a otras zonas, después de todo muchos reinos nos deben favores.

- Pero padre quiero luchar por mis hermanos

- Lose pero es lo mejor para ti.

El rey golpea a su hijo en el cuello y lo noquea enfrentándose el contra kyosaky despidiéndose de su familia y de sus amados hijos, lágrimas de sangre recorren sus mejillas y con una posición de batalla se dispone al combate, no podía creer que lograra ver y escuchar la escena de mi nacimiento y menos entender cómo era posible que yo fuera realmente un príncipe, con hermanos y sobre todo mis dudas eran mayores.

Cesar me pide acompañarlo a una sala especial donde podríamos entrenar de una forma muy especial, a pesar de la situación donde mis padres pueden llegar a morir incluso mis hermanos cesar me explica.

- No te preocupes príncipe kohichi, esta historia ya paso, solo podrás verlo, mejor vamos a la zona de la eterna meditación.

Mientras cesar me guiaba le pregunte.

- ¿eterna meditación?

- A si es, una habitación que la segunda generación creo para que los futuros reyes del sol lograran entrenar aquí.

- ¿Quién es la segunda generación, acaso es un reino diferente?

- No digas tonterías, la segunda generación hyuga, mi maestro gracias a él yo puedo hablar.

No podía creer la situación actual, pero si cesar decía la verdad no me podía preocupar por Rafael y menos por mi familia.

Llegamos a una habitación con figuras de oro con forma de dragones y gatos, cesar se detiene y me comenta.

- Príncipe kohichi ¿puedes generar una fénix?

- Claro cesar ¿Por qué?

- Invócalo, por favor joven amo.

- Ave fénix.

Con la unión de mis dedos después de abrir los brazos un fénix es lanzado desde mis dedos, cesar lo admira y después de verme a los ojos dice.

- Vaya tienes el espíritu de un fénix, pero ¿Por qué no le hablas?

- ¿Él puede entenderme?

- Claro, es un espíritu después de todo.

Cesar me pide que me enfrente al fénix, dejando atrás el miedo y comenzara a tener valor, a pesar de tener mucho miedo era verdad, no podía dejar que el miedo me controlara, así que decido atacar al fénix.

- Daga de viento

El fénix solo lo esquiva y se dirige a mí, logro evitar el ataque saltando sobre él pero él se mueve a una velocidad impresionante, cesar desde una zona alejada me grita.

- Príncipe kohichi ¿acaso no sabe otra técnica?

- Solo se técnicas tipo viento y el ave fénix.

- En ese caso ahí voy.

Cesar entra en mi cuerpo y comenta.

- Creo que es hora de que me convierta en tu maestro y en tu subguardian.

- Claro pero ¿aquí empezara el entrenamiento?

- No, necesitamos el libro de los hyuga, un libro que cada generación escribe para su sucesor, tu padre lo oculto en el reino lunar antes de la guerra.

- ¿guerra?

- No hay tiempo, primero iremos a vencer al terrestre del mundo físico.

- ¿te refieres a armando?

- Si, a ese mismo.

Cada vez me sentía más acomplejado debido a que no había poseído fuerza, ni habilidades pero cesar se sentía cómodo ante la situación, pero a pesar de todo yo deje el miedo y acepte.

- ¿Tienes algún plan?

- Claro, usaremos "arco cesar".

Cuando cesar habla de esa técnica aun no podía comprender a que se refería así que antes de preguntar primero me imaginaba como seria esto del "arco cesar".

- ¿Qué es un arco cesar?

- Como ahora soy tu subguardian te puedo dar acceso al arsenal de armas en que me puedo convertir pero por ahora tienes un poder del cosmos muy débil así que el arco será muy básico por ahora.

Mientras cesar habla de esto un aura morado y oscuro comienza a salir de mi cuerpo y se empieza a materializar generando un sentimiento algo incómodo.