Después de hablar con kohichi en la colina decidimos volver a casa, mi abuelo estaba esperándonos con la cena después de todo estaba a punto de anochecer, llegue directo a cenar y decidí sentarme a un lado de kohichi, tome los palillos y empecé a saborear los trozos de salmón que había preparado tsukuyomi, al finalizar le agradecí a tsukuyomi por la comida.
- Muchas gracias tsukuyomi, estaba delicioso.
- No hay de qué, pero puedes decirme "tía".
No podía comprender el motivo pero había muchas posibilidades, tal vez quería que me agradara más y evitara pensar en peligros que ella podría envolver, tal vez por el hecho que sea tía de kohichi, de ser así me ganarían los nervios pero tal vez sea por el pasado.
No le tome importancia así que decido irme lo más rápido a mi habitación.
Al llegar procuro cerrar la puerta cuando siento la mirada de alguien detrás de mí.
- ¿Quién eres?
- Vaya princesa, ¿acaso no me recuerdas?
- Acaso, ¿tú eres el guardián que mato a mis padres?
- Así que me recuerdas.
No podía moverme, tenía mucho miedo como para voltear, mis piernas temblaban mucho junto con mis manos, sentía que este podría ser mi final, hasta que escucho un sonido como un gesto de dolor, y una voz aún más familiar, así que decido voltear.
- Hola compañero, no sé quién eres pero esta habitación está ocupada y en ella duerme una princesa así que espero que tengas corona para no manchar las cobijas de ella.
- Maldito mocoso, como te atreves a atacarme
- Soy el pecado original, mejor dicho soy el joven eclíptico, kohichi hyuga.
Al ver a kohichi atravesando el cuerpo del seguidor con su nueva katana, me empiezo a caer, me sorprendió que me cargara, me acostara y me tapara diciéndome en el oído.
- Dulces sueños princesa Osiris.
Dejando caer una sonrisa, algo que jamás había visto en él, al momento de irme a dormir sueño con ese maldito día donde perdí a mis padres y el origen de muchas de mis pesadillas.
Después de ser golpeada por un extraño seguidor del hielo, empiezo a abrir los ojos poco a poco, solo podía ver una lámpara en el techo de una extraña celda, al levantarme puedo observar a un sujeto con una extraña cicatriz en la mejilla, pero era una cicatriz en forma de estrella algo nada común, al voltear a mis alrededores no contaba con nada ni siquiera agua, así que intento destruir la celda para escapar y ayudar a mi padre, una chica de alrededor de doce años de edad con un cabello largo color azul marino, unos ojos rojos y una piel blanca me observa y pregunta.
- Hola ¿tú eres una princesa no es así?
Sin poder decir una palabra asciendo la cabeza indicando que sí.
- Muy bien retírate abriré esto para que puedas huir.
- Muchas gracias, me podrías decir ¿Quién eres?
- Soy scarlett la princesa de la luna, tu padre aún está en problemas, según nuestro informe el maldito guardián nivel dios solar kyosaky lo mando a matar ya que hacia un complot con nosotros los lunares para derrocarlo.
Sin más que decir decido despertar mientras grandes gotas de sudor y un corazón muy agitado salía y sentía dentro de mí así que decido ir a la sala para despejar mi mente pero solo podía recordar tres cosas.
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los guardianes ancestrales (historia)
ActionCon el paso de los años la humanidad a tenido una gran variedad de ayuda donde los mas grandes guerreros y héroes de las grandes historias tomaron crédito de los objetos ancestrales, objetos capaces de otorgar una inmensa cantidad de poder a todo po...