Capítulo 22- kohichi, el príncipe eclíptico parte 1.

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Los golpes que provenían del anciano eran grandes golpes llenos de poder y sobre todo una fuerza incomparable que haría parecer los golpes de mis maestros como un simple insecto, cada golpe se sentían como un hueso más roto de mi parte, pero no podía rendirme después de todo la corona estaba en esta estructura.

- Maldita pasita.

- Niño tonto y afeminado, ¿no te das cuenta que estas peleando mal?

- ¿a quién le dices afeminado?

- Mira peleas como un solar y a la vez como un lunar, sin embargo tú no eres uno, tú debes elegir bien que eres.

- ¿Quién eres tú?

- Soy Octavio, soy el protector del templo de la luna y protector de la corona, mejor dicho, tu corona.

- Es algo extraño que tengas tanta fuerza.

- Más bien tú eres más fuerte que yo, solo te falta comprender las estrategias en combate y sobre todo comprender tu propio poder.

- Bien, que te parece esto, ahora braine.

El poder de braine se expande y sobre todo mi cuerpo cambio, mas todo cambio, regresándome a mi cuerpo normal.

- ¡no puede ser! Otra vez volvió a pasar lo mismo que cuando pelie contra armando.

- Tienes dos subguardianes y son fuertes más tú ya tienes un poder mayor, déjame explicarte algo, si logras sacarme usando solo tu cuerpo y no tus técnicas elementales te daré un regalo.

- ¿Tú qué opinas zarek?

- Acéptalo despues de todo, estamos muy lejos del resto del equipo.

- Acepto el reto Octavio.

Sin más decido correr contra él mientras corro con la excalibur en la mano, intento dar una estocada más es inútil él era demasiado fuerte dejándome dándole la espalda, Octavio a comparación de mi parecía un ser intocable.

El tiempo paso y cada intento era un acercamiento cada vez más al objetivo, al darme cuenta ya había comprendido a lo que Octavio se refería así que decido atacar mientras dejo mi cuerpo ligero para esperar cualquier tipo de ataque. Octavio grita:

- Aura esfera.

Este genera una esfera de poder lunar el cual logro esquivar y lanzarme de una patada, Octavio esquiva la patada mientras sonrió le grito:

- Se acabó.

- ¿de qué hablas?

Sin que se diese cuenta al dar la patada logro esquivarlo, doy una vuelta para contestar con otra pero esta vez mi cuerpo llego a la altura de su cuello, era de esperarse pues él había logrado esquivar mi ataque.

- Lo ves niño, aun eres débil.

- Lo sé pero me temo que se acabó.

Al estar en el aire decido quitarme la bufanda y lo tomo con esta del tronco de su cuerpo, logrando llevármelo conmigo y moviéndolo hasta la puerta, logrando cumplir con mi parte del trato.

- Vaya lograste cumplir lo cometido.

- Solo me pediste que te sacara.

Mientras digo esto una sonrisa me es mostrada, no lograba entender como comprendía con el paso de la batalla lo que significaba pelear y estudiar a la vez.

Mientras Octavio solo reía, comienza a indicarme que lo acompañe a una sala donde se encontraba un par de medallones de plata una con una luna y otro con un sol negro.

- Veras joven hyuga en esta habitación están los medallones que se crearon cuando tu naciste, si eres merecedor de uno de estos la corona real aparecerá frente a ti.

- Básicamente si me acerco la verdadera corona se iluminara.

- Exactamente.

Decido caminar hasta los pilares donde estas estaban, cuando de pronto algo raro pasaba ambas coronas reaccionaban a mí y comenzaban a brillar.

- Joven hyuga por lo que veo al igual que a la joven "takara" ambas coronas actúan con usted.

- ¿Quién es takara?

- La princesa del eclipse, tu gemela, ¿Qué acaso no sabes nada de tu familia?

- La verdad solo sé que un tipo raro y poderoso quiere matarme.

- Bien el joven de luz puede explicarte unas cosas.

- Disculpen chicos pero vengo de otra dimensión, kohichi en mi dimensión no sabe nada de nada.

- ¿creí que dijiste no saber nada de mí en tu dimensión?

- Si bueno, realmente no es algo que me guste hablar mucho, de hecho yo pertenecí al equipo ancestral.

- Chicos, esa platica puede esperar.

Octavio tenía razón un poder muy abrumador se acercaba a la tierra, era un poder tan grande que si nos juntásemos todos incluyendo a julios perderíamos a lo grande.

- Es kyosaky.

- ¡kyosaky ya viene!, no estamos preparados, además no me despedí de FON.

- No es tiempo para eso kohichi, en mi dimisión no era tan fuerte.

- ¿No?

- No, tu tranquilo.

El momento había llegado, kyosaky había llegado a la tierra, mis piernas temblaban asi que tomo las coronas y decido ponérmelas.

- Zarek ve con el equipo y preparen todo lo necesario para escapar, Octavio y yo intentaremos detener a kyosaky.

- Claro kohichi, sé que estarás bien, después de todo en mi dimensión paso algo similar.

- Cuídense y sobre todo dile a Osiris que revise bajo mi cama y se lo entregue a FON.

- Claro.

Mientras zarek decide correr Octavio decide mirarme y comienza a hablar, mientras teníamos al mismo kyosaky enfrente de nosotros.

- ¿desde cuándo dije que te ayudaría a pelear contra kyosaky?

- Si le decía que pelearía solo dudo mucho que me dejase ir.

- Tienes razón, mucha suerte.

Mientras veo a Octavio muy confiado decido caminar y mirar de frente a kyosaky.

- Así que la leyenda del pecado original era cierta, creí que morirías al llegar a la tierra.

- ¿tú eres kyosaky?

- Así es, soy el todo poderoso kyosaky, entrégame la corona del eclipse y te prometo no matarte.

- ¿para que la quieres?

- Me convertiré en el guardián nivel dios galáctico y gobernare la galaxia.

- Eso no tiene sentido, además paso, eres un chico muy feo y apestas a apio.

Al pasar unos segundos un golpe me atraviesa el cuerpo, mi vista comienza a nublarse pero como no hacerlo después de todo yo había muerto. 

los guardianes ancestrales (historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora