los guardianes ancestrales (historia)

Capítulo 20- keiko el herrero maldito.

A pasado mucho tiempo desde la última vez que el equipo estaba completo, pero era claro, nos enfrentamos a una amenaza enorme, tres guardianes nivel dios, me levanto de mi cama, miro a la puerta de mi cuarto donde miro una foto donde estábamos solamente, Osiris, Rafael y yo, me dirijo directo a la sala mientras tomo una taza de té y espero. hasta que llega Osiris recién vestida con su chaqueta blanca con franjas azules, su falda azul, sus mayas negras y su nueva mochila hecha por Fon.

- ¿estás listo kohichi?

- Claro

Con una simple sonrisa le digo y nos disponemos a partir, decidimos volar directo a la gran central, al llegar muchos recuerdos me llegan pero no poseía ningún tipo de rencor contra los científicos, después de todo braine ha sido de mucha ayuda.

Al caminar por los mercados entre cientos de puestos, a lo lejos, una sombra muy familiar aparece y al acercarnos era claro quién era.

- ¡Robert!, ¿Cómo estás?

- Hola chicos, la verdad no me puedo quejar, ¿Qué tal ustedes?

- Supongo que lo mismo, estamos....

Sin poder dejarme hablar, Osiris habla muy entusiasmada.

- Estamos buscando a un herrero para crear armas nuevas, ¿has visto alguno?

- Jejeje, lo siento pero me temo que no.

- Está bien, no pasa nada, dime ¿qué vienes a buscar?

- Busco algunos fármacos y sobre todo una corona provisional.

- ¿corona provisional?

- Así es, es un artefacto o accesorio que funciona como corona  sin embargo, estas tienen un límite, no son como las reales las cuales no tienen límite.

- ¿Entonces las coronas reales no tienen límites pero el cuerpo si?

- Exacto kohichi, oye tu poder era algo increíble después de todo, incluso el tuyo Osiris, pero mi pregunta es, ¿Qué paso con el otro chico que venía con ustedes?

Al momento de escuchar esto Osiris decide mirar al cielo mientras sonríe.

- Están entrenando para ser más fuertes y ganar nuestra misión.

- Está bien, me alegro que estén mejor, bueno chicos fue un gusto hablar con ustedes.

- ¡adiós Robert!

- ¡adiós amigos!

Decidimos caminar después de eso y por fin encontramos una herrería donde un joven de alrededor de veinte años estaba, un joven con una gran barba frondosa y un pañuelo amarrado en su cabeza atendiendo dicha herrería, sin pensarlo decidimos preguntar.

- ¿disculpa usted es keiko?

- Lo soy, ¿Quién me busca?

- Soy kohichi hyuga el príncipe solar.

- ¿Qué quieres?, la última vez que mi familia hizo un arma para los lunares ella desapareció, no pienso darle un arma a un descendiente de personas despreocupadas por sus armas.

- ¿Arma?, ¿hablas de esta?

En eso decido tocar el espacio libre con mis manos y como si sostuviese algo, la excalibur aparece.

- Es el orgullo de mi familia, el arma ancestral uno.

- ¿arma ancestral?

- Asi es, mi familia creo dos armas, dos armas muy poderosas que en manos equivocadas traería muchos problemas, la excalibur, una katana indestructible, que solo el portador puede cargar después de un contrato de sangre y que absorbe el poder del cosmos del portador para crear a su vez técnicas muy impresionantes.