8. Risas

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-Ah... espera.- Murmuró aún somnoliento, levanto su vista y encontró a Tord.-¡¿QUE PASO ANOCHE?!- Gritó asustando aún más al mayor.

-Uh... nada por lo que tengas que preocupar.- Dijo con una sonrisa nerviosa y también parece que Tom le rompió el tímpano.

Tom lo fulminó con la mirada y luego se quejó de su dolor de cabeza.

Aún así Tord lo encontraba demasiado tierno.

-Voy a hacer el desayuno, arreglate y bajas.- El de cuernos se levantó de la cama y salió rápidamente de la habitación.

Tom estaba horriblemente confundido, ¿cómo llego ahí? ¿Acaso hizo un show mientras estaba borracho? O ¿Hizo algo indebido con Tord?

Sus mejillas se tiñeron rápidamente de un color carmesí al preguntarse eso, en verdad no recordaba mucho, lo último fue cuando estaban todos hablando en el grupo.

Y espera... ¿Por qué se pregunto si hizo algo indebido con Tord? Oh...

Quería gritar pero ya sabes, seria raro.

Mejor se dirigió al baño a lavarse la cara y mandar esos pensamientos a la mierda.

Ahora que se acordaba, no era primera vez que iba a la casa del noruego, hace unos meses tuvo que ir con Edd y Matt para hacer un trabajo.

Y luego obviamente bajo con cuidado las escaleras y fue a la cocina donde se encontraba Tord.

-¿Te di muchos problemas?- Preguntó sentándose en la silla del comedor.

El de cuernos lo pensó un poco.-Bueno... creo que un poco.- Le entregó una taza de café cargado al menor.

-Lo siento...- Murmuró y luego se mordió el labio inferior, hacia eso cuando se avergonzaba. Le dio un sorbo al café, el cual es sumamente cargado, en verdad no soportaba el café pero aún así lo aceptó con desagrado.

Tord se hizo igualmente se hizo un café, sacó un paquete de galletas de un mueble y las dejo encima de la mesa y se sentó al frente de su amigo.

-¿Y tu padre?- Preguntó Tom buscando algún tema de conversación, recién se había dado cuenta que estaba solo con Tord y que no había nadie más en la casa. Significa peligro.

-Trabaja.- Simplemente respondió, su padre era comandante del ejército y su madre murió hace varios años.-Hace mil años que no lo veo.- Aun así sonrió amablemente para él.

-Oh vale.- Hizo una pausa mientras pensaba alguna pregunta.-¿Paso algo interesante mientras yo estaba en otro mundo?- Murmuró aún seguía somnoliento y al parecer el café lo empeoraba por alguna razón.

-Creo... que lo único emocionante fue que Edd y Matt se fueron juntos y también oí por ahí que alguien se ahogó con el alcohol.- Dijo pensativo.

-Ya era hora de que Edd se acercara un poco más al mariquita.- tomó una de las galletas y comenzó a comer.

-¿Mariquita?- Se rió fuertemente del nuevo apodo del narciso.

-Perdón.- E igual se rió.

Sin darse cuenta, estaba tranquilo, la atmósfera era amigable y aunque estaban en silencio no era incomodo.

-¿Y has echo algo en la apuesta?.- Le recordó, sonriente.

Mierda, la apuesta, recién se acordaba sobre eso.-Uhm... no, pero tengo un plan en mente.- Dijo nerviosamente mientra lo miraba. ¿Por qué nervioso? Algo en el se derritió cuando ve a Tord sonreír. Dios, eso sonó muy gay, para ser verdad.

-Deberías ya comenzarlo, Edd cuando gana en algo, te lo puede restregar en la cara por meses.- Fuertes experiencia de la vida de Tord.-O talvez años.-

-Lo sé, perdón por el retraso.- Dijo el de ojos negros, pero por alguna razón se sentía feliz.

Al principio de su relación de amistad con Tord; era bastante difícil, no se soportaban, se odiaban, hasta llegaron a pelearse.

Pero al pasar de los años aprendieron a soportarse y hasta se hicieron buenos amigos.

-Ah, lo siento por gritarte, antes.- Lo dijo rápidamente y con notoria vergüenza.

-No te preocupes.- El acento noruego se le salio.- Y tengo que vengarme de Edd.- Recordó.

-¿Por qué?- Preguntó Tom el borracho curioso.

-Por que... Nos dejó a los dos, mientras que él se iba con su príncipe azul, mejor dicho princesa.- Dijo rencoroso, obviamente no le iba a decir a Tom que lo había dejado con el por que le gustaba.

-¿Y que vas a hacer?- Preguntó, ya se notaba que Edd estaba loco por Matt.

-Algo simple, el lunes lo verás.- Sonrió maliciosamente.

-Si necesitas mi ayuda, ya sabes.- Guiño, guiño.

Al pasar el tiempo, el café sumamente cargado y las galletas habían desaparecido.

Los dos amigos rieron. El británico sintió un dolor en su rodilla y se dio cuenta que era un pequeño corte, pero aún así dolía.

Tord se dio cuenta y fue a buscar un pequeño botiquín.

-Estabas tan borracho, querías irte solo y bueno te caíste.- Dijo intentando no reírse por lo recordado.- Anoche se me olvido y tenia mucho sueño.- Sonrió sin culpa.

-Desgraciado.- Murmuró pero aún así se rió.

La herida se veía más mal que ayer, también se había raspado un poco la otra rodilla pero no le importó.

Tord se agachó, humedecido un algodón con alcohol y luego limpio lentamente la zona a propósito.

El menor gimoteo y se mordió el labio inferior al sentir el ardor causado por el alcohol. Sus mejillas se tiñeron de rojo al ver lo que estaba haciendo el comunista por él y se avergonzó.

Tord le encantaba verlo avergonzado por alguna razón, terminó de limpiar la herida y sacó una curita, se comenzó a reír.

-¿Q-qué es tan gracioso?- Preguntó Tom.

El noruego rápidamente le colocó la curita, la cual tenía un diseño de "Hello Kitty".

-Ojala te mueras.- Dijo aún avergonzado y un poco molesto, pero aun así no se saco la curita.

-Gracias.- Sonrió feliz.-¿Quieres salir un rato?- Preguntó.

-Me parece bien, cuernitos.- Sonrió tímidamente.

Apuesta.《Tordtom》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora