Tom estaba sentado, apoyado de la pared, su vista estaba en la cancha a unos varios metros de él. Viendo como sus demás compañeros sufrían en plena clase de educación física, entre ellos Tord, Edd y también las divinas que andaban por ahí.
Una de las razones de el porqué no estaba participando en la clase, era porque estaba con el uniforme y no con buzo. Aunque no fuera por su aspecto casi cadaverico, el profesor demás que lo incluía en la clase, pero le dió miedo que se desmayase en media clase y fuese su culpa.
Así que lo dejó ahí y también que comiera su colación porque en verdad no sabía como aún estaba en pie, según Tom, estaba vivo como una lechuga.
Veía como sus demás compañeros morían lentamente, el "Gordis" nunca había sido tan duro hasta hoy, ni si quiera la clase anterior se podía comparar con la de hoy día.
Pero aún así se sentía inquieto, como se habían metido en este lío y todo por una apuesta estúpida. Aunque nadie lo crea, Eduardo era un inútil, pero bastante peligroso. Se habían equivocado en el pasado al meterse con ellos, no fue un acto inteligente. Era bastante obvio que el castaño con bigote de puberto los iba a acusar, si no hacen lo que el había dicho.
Debían planear algo rápido, pero sentía apenas sus dos únicas neuronas funcionar. A causa de todo esto se había olvidado de cosas básicas; comer, estudiar, dormir, pruebas, trabajos, su vida y Tord.
Tord...
¿Por qué había pensado en ese estúpido?
Ya no estaba tan molesto con él, siempre lo hacía enojar pero ya se había acostumbrado. Pero también lo hacía confundir bastante.
Sentía como esto fuera un sueño u mejor una pesadilla. No sabía si esto es en serio o no.
¿Cuáles eran sus sentimientos? ¿Cuáles eran los tuyos? ¿Acaso deberían hablar sobre esto? Se preguntaba.
Esto se veía como una comedia de amor pero una muy mala.
Su mirada se dirigió al noruego, éste corría junto a sus compañeros. Tom suspiró cansado, ¿qué podía hacer actualmente? Nada, era un fracaso total, no fue capaz de ganar una apuesta ni la más fácil, menos lo iba a hacer con este gran conflicto, tal vez lo empeoraria.
El británico sólo abrazó sus piernas y escondió su cara. Su cabeza estaba a punto de explotar, ojalá fuera literal, pero tristemente no era así. Quería dormir solo un rato y si pudiera, estar durmiendo todo un día entero. Sin preocupaciones ni nada. Lo único bueno era que en el lugar en que se situó, tenía la sombra y un poco de brisa de los árboles, curiosamente le daba aún más sueño.
Pero cuando sus ojos por fin descansaban y se relajaban, unos ruidos raros lo sacó de sus casillas...
-¡Tom, Tom, regresé!- Un chillido que era sencillo de diferenciar, nada más del pelirrojo. Por obligación el de ojos negros, tuvo que levantar su cabeza y observar como el narciso corría hacia a él, como si su existencia estuviera en riesgo.
-Que bueno que estas con vida.- No iba a desquitar su odio con el ser que demostraba que dios si existía.
Matt se apoyó en la pared, mientras que su aliento buscaba el aire perdido.- A-al salir de la oficina me vine corriendo hasta aquí...- Soltó jadeante.
-No me dig-
-¡Tengo buenas noticias!- Matt estaba realmente sobresaltado, pero aún así se veía emocionado.- Primero, el director era muy hostil, ¡pero nadie se molesta con Matt!- Dijo con orgullo y cierto descaro.
-Deja de ser un chupamedi-
-Él realmente se dio cuenta que yo, era un niño inocente, que hacía las cosas a presión social.- Realmente esto comenzaba a ser algo perturbador.
-¿Qué...?-
-Le dije que ustedes, mis amigos, me aconsejaron que no lo hiciera, pero que fueron otros chicos. Ustedes también están en la mira, osea los principales sospechosos.-
-¡¿Dijiste que la culpa es de Eduardo?!- No quería elevar tanto la voz, pero fue imposible.
-No necesariamente lo dije así...- Ya veía que lo iban a regañar.
-¡Santos gatos en una montaña rusa!- Ahora si que estaban en serios problemas. Eduardo no iba a tener compasión con ellos, oh no.
-Ey, pero los inspectores, no los van a molestar, ni tampoco el director tendrá que hablar con ustedes.- El pelirrojo en verdad se había puesto ansioso.
-¿No le hiciste caso a Edd? Sobre lo que te había dicho antes...- No quería imaginarse a Matt insinuarse a Hittler. Oh, lo acaba de imaginarse...
-No, lo hice de una manera bastante sana- Confesó.
-Bueno, ahora intenta decirselo a Edd.-
Que causalidad que justo Edd y Tord se dirigían hacia ellos.
Bueno ahora nada podía ser peor.
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Apuesta.《Tordtom》
FanfictionTom sabe que siempre pierde en hacer apuestas. Era una noche oscura y alegre con su grupo típico amigos, era su último año de instituto y estaban reunidos en la casa de Edd. -¿Que tal si hacemos una puesta?- Preguntó el de cuernos. -¿De qué?- Matt c...