14. Cometido

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Se separaron rápidamente.

Se miraron por unos segundos a los ojos.

Se sonrojaron los dos.

¡¿Que mierda acaba de suceder?!

Tom era un caos, estaba tratando de tomar aire de una manera no tan llamativa, además de que sus neuronas se estaban quemando, su cabeza era igualmente un caos, si, también estaba en llamas, era algo así como:

¡Tord me besó!

Tord me besó.

Tord me besó...

¡MALDITA SEA TORD ME BESÓ!

y un destrozo mental.

Esto no podría estar pasando, no.

No solo era el paso de una persona, no, luego se escucharon varios pasos más y ahí se dio cuenta que era el maldito grupo que ya había salido del baño.

Aunque los pasos que escucharon entre el beso no parecían venir del baño.

Además, ¿cuanto rato había demorado con Tord? ¿O acaso sus compañeros eran flash?

Ni si quiera tenia tiempo para saber del tiempo...

Y de pronto se acordó de lo mas importante.

¡LA APUESTA, MALDITA SEA!

Ni si quiera se digno a mirar a Tord.

Esto esta jodidamente mal.

muy mal, la puta madre.

Entro al baño corriendo dirigiéndose al final donde estaba la puerta de los vestidores y abrió la puerta.

Dándose cuenta de que no había nadie y que solo estaba él, ojala que Tord no lo siguiera más.

-Santa mierda.- murmuro.

Todo esto por la maldita culpa de Tord.

¿Ahora que podía hacer? Sus nervios están en un estado limite, ni si quiera podía pensar bien.

No, no tenia tiempo, ni si quiera para tomarse un minuto para pensar.

Tom suspiró pesadamente.

No iba a perder de esta manera.

Rápidamente se encerró en uno de los cubículos de los vestidores, temblando como gelatina sacó todos los materiales que necesitaba de su mochila.

Sentía su cara arder, escuchaba sus latidos de su corazón a la perfección, su cuerpo y sobre todo sus manos temblaban, ni hablar sobre ese no molesto ardor en sus labios.

Lleno las botellas con el alcohol, rápidamente metió las pastillas cloro y finalmente cerrando la botella.

¿Ahora que iba a hacer? Por el maldito Jehova, ya no tenía escapatoria.

Dejó las "bombas" atrás de la puerta de los vestidores, aunque nadie lo crea las paredes eran bastantes delgada, Tomó y arreglo su mochila, este era su fin.

Se apoyó en la fría pared de los vestidores, solamente para relajarse un poco. Pero sintió esa parte de la pared ceder.

Desconcertado, alterado, se volteó de golpe y rápidamente. Deslizó su mano por esa parte de la pared. Sinceramente nunca hubiera pensado que le ocurriera esto.

¡Era una jodida puerta secreta!

¿Acaso esto era una señal de que su mala suerte había acabado?

Se volteó por última vez, viendo como las botellas poco a poco comenzaban a inflarse por los gases.

Se metió y cerro la puerta.

Apuesta.《Tordtom》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora