Campamento para gordos.

Capítulo tres.

¿Acaso había escuchado bien?, ¿Compañero de habitación?, de seguro ya había acabado y pronto se iría ya que el chico que estaba frente a él más bien necesitaba un campamento para engordar.

-¿Y cuándo te irás?

El pálido le vió con ironía sin dejar de mirarlo de arriba a abajo, ocasionando que éste se sintiera incómodo.

-Ya veo, no te hablaron de cómo serían las cosas aquí, no te preocupes, hoy habrá una reunión para los de nuevo ingreso, puedes ir a oírla si gustas.

Jimin se sentía realmente incómodo con la situación, ¿Qué no sería lo típico?, hacer ejercicios, comer poco, hacer ejercicio y... ¿Ya había mencionado el hacer ejercicio?, bueno, eso.

-El primer día es para que logren establecerse, mañana empezará el entrenamiento, ¿Gustas de un recorrido por el lugar?, así matas el tiempo hasta que llegue la hora de la reunión.

-Mmh, por supuesto. –contestó intentando salir de toda la confusión en la que su mente se encontraba.

Yoongi daba pasos largos pero lentos, aun así, era difícil para el bajito lograr alcanzarlo ya que sus piernas obesas no le permitían dar los mismos pasos que daba el mayor.

-Este es el comedor –señaló Yoongi– aquí puedes entrar solo cuando te lo ordenen, tú no tendrás la libertad de escoger tus alimentos, de eso me encargaré yo, ¿vale?

Jimin asintió sin lograr captar quién era ese chico, ¿Sería su entrenador?, sacudió su cabeza negando, él no portaba lo suficiente como para ser entrenador.

-¿Tú...?

-Evita hacer preguntas, todas tus dudas serán aclaradas en ésta sala –dijo adentrándose en un salón grande, con una tarima inmensa y sillas alrededor de ella, muy exagerado para ser un campamento, pensó Jimin.

El lugar se encontraba lleno de tanto chicos como chicas obesas, todos sentados al lado de alguien con apariencia delgada.

-Debemos sentarnos, pronto llegará el presidente. –anunció Yoongi dándole paso a Jimin, el cual acató la orden tomando asiento junto a un joven que lucía igual de obeso que él.

El desconocido lo miró por un par de segundos para luego sonreír tímidamente y estirar su mano en modo de presentación.

-Mucho gusto, mi nombre es Kim Seokjin, ¿Cuál es el tuyo?

-El mío es Park Jimin –dijo aceptando su mano– me gusta tu cabello.

-Oh, muchas gracias por el cumplido –contestó el chico con un leve sonrojo en sus regordetas mejillas.

En eso las luces se apagaron, dejando todo a oscuras, las voces que se escuchaban dejaron de escucharse y la tarima fue iluminada con una luz blanca sumamente fuerte, muy exagerado, a decir verdad, en ella se encontraba un hombre entrando en la etapa de adultez avanzada, su cuerpo se veía no muy bien formado y en su rostro traía una sonrisa un tanto perturbadora para todos los que estaban ahí, hasta para los acompañantes que aún no se acostumbraban ver aquella sonrisa falsa.

-Mucho gusto, soy Lee Soo Man, soy la máxima autoridad en este lugar, mi meta es, a parte de volverme billonario con el dinero que me dan sus familiares, hacerlos adelgazar, que su figura sea tal y como la de sus compañeros de habitación, aquí tenemos reglas, si no las cumplen sus padres serán demandados ya que los hice firmar un contrato, cabe destacar que yo siempre gano las demandas, así que les conviene seguir todas las instrucciones del campamento, sus compañeros de habitación son solo eso, compañeros, ninguno puede desarrollar un lazo de amistad y mucho menos de amor ya que como consecuencia uno de los dos será expulsado, todos y todas tienen acompañantes de su mismo sexo, así prevengo cualquier tipo de relación que pase a mayores, tal como un embarazo, una vez pasé por eso y no creo que quieran saber que paso después, ustedes se preguntarán, ¿Cuál es la función de la persona que dormirá a mi lado?, bueno, ellos serán las personas responsables de motivarlos a adelgazar, ¿el cómo?, ustedes se darán cuenta más tarde, ninguno de ustedes tiene el derecho de quejarse ya que los términos fueron explicados a sus padres, en un futuro me agradecerán todos, si no es que terminan suicidándose –dijo con una risa, tal y como si fueran un chiste del cual todos pueden reír sin parar– mañana empezarán con su entrenamiento, yo no estaré aquí todos los días, pero cuando lo haga no tendré piedad con la persona que vea sin hacer nada, ¿Entendieron?

Todos gritaron un "si" al unísono, dejando a Park con la boca abierta.

¿En qué clase de campamento lo había metido su padre?, o peor aún, ¿Por qué tendrían ellos mismos que descubrir el método de sus acompañantes?, o era muy bueno, o era muy malo, y aquello asustaba mucho a Jimin.

Todos volvieron a sus respetivas habitaciones, cada uno con una expresión diferente, ya sea de terror o emoción porque al fin serían aceptados en la sociedad por ser delgados, o al menos eso creían, la cosa era cuestión de actitud y aceptación hacia uno mismo, pero su autoestima se encontraba tan baja que no eran capaces de poder notarlo.

Una vez dentro de su recamara, Yoongi habló audiblemente para sus oídos, con un tono exagerado y una mirada que asustaba al pobre de Jimin

-Soy el mejor en este campamento en cuestión de ayudar a adelgazar a las personas que se integran, pero vaya que tú... te ves como un caso distinto, jamás me había desagradado ayudar a alguien, pero existen casos de casos por lo que pude notar, estas muy gordo, peor que un cerdo, no sé si pueda dormir ésta noche sabiendo que un fenómeno como tú dormirá en la cama de al lado.

Sip, ahí estaba Yoongi diciendo el mismo discurso que usaba con absolutamente todos los chicos que "ayudaba" a rebajar de peso, por ello era el favorito de Soo Man, él era tan frío y descortés, no sentía nada al herir de tal modo a los obesos que pasaban por sus manos, nunca se inmutaba por ver las lágrimas de los jóvenes caer ni nada por el estilo, era un completo demonio.

Por otro lado, Jimin se sintió pésimo ya que nunca habían usado ese tipo de palabras con él, ya que siempre fue el gordito agradable de su institución.

Fue tan hiriente que su pecho se comprimió, sin embargo, no se permitió a si mismo llorar, podría ser gordo, mas no llorón, él era muy fuerte, o al menos eso creía.

-Le demostraré que no soy un caso difícil, cuando me propongo algo lo alcanzo, tenlo por seguro, adelgazaré e incluso tendré un cuerpo envidiable por todos, no seré como tú, no busco ofenderte pero pareces desnutrido. –contestó a la defensiva mientras se retiraba al baño con su ropa de cambio.

Por primera vez en mucho tiempo Yoongi se sintió ofendido, aquel niñato había dejado los honorarios de lado y se había atrevido a insultarle, lo cual en sus años de trabajo nunca había pasado.

En ese momento ya no sabía quién motivaría a quién a qué.