Capítulo dieciocho.

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Jimin se detuvo a pensarlo por un buen tiempo, ¿Realmente tenía sentido subirlo?, después de todo Soo Man tenía razón, podía hacer que ese vídeo desapareciera en tan solo una hora al dar la orden, ¡Era amigo íntimo del presidente!, él no podía con eso, Junmyeon tampoco, ahora por su culpa la fortuna de sus padres peligraba, y a decir verdad le preocupaba lo que sucedería con los suyos, le había tocado las pelotas a Soo Man de la manera más fuerte, de seguro iría contra él, y que mejor venganza que atacando por donde más le duele, sus padres, claro está.

Aquello le provocó un mar de sensaciones terribles, la angustia, preocupación y dolor se colaban por su mente, imaginando así los puntos débiles que tienen sus padres, si los dejaban sin hogar, trabajo, incluso sin su vida, fue entonces cuando Jimin reaccionó, jamás estuvo solo, siempre estuvieron las consecuencias de sus actos detrás de él, sólo que no se dió cuenta, había arrastrado a la gente que tanto quería en todo aquel sucio juego, confió en las personas que no debía y empezaba a querer a la persona menos debida de todo ese campamento que le había puesto la vida de cabeza.

Ahora que Soo Man seguramente querría hacer algo contra él, no pensaba con la claridad de una persona normal, debía de hacer algo a cambio de la destrucción de su vida y seres queridos, lo menos que deseaba era que su mamá dejara de hacer lo que tanto amaba, desde que su papá empezó a hacer aquellos viajes largos y su vida había sido un caos antes de que él naciera debido a sus embarazos fallidos optó por descubrir algún talento con el que divertirse, cuando notó que era excelente cocinera decidió pedir un préstamo bancario y ejecutar su nuevo plan, abrió una tienda de repostería y se volvió famosa en la zona de lo buena que era realizando los dulces.

—¿Ahora que pasará conmigo?—preguntó Jimin mirando a Soo Man a la vez que bajaba el celular, rindiéndose por completo, subir aquel vídeo solo empeorarían las cosas de una manera drástica- no subiré nada, ya me di cuenta que no ayudará de mucho —dijo dejando el celular sobre el escritorio de Soo Man— yo haré cualquier cosa, pero por favor, te pido que dejes fuera de esto a Junmyeon, mis padres y los padres de él, juro que hablaré con Junmeyon y le diré que se retire de todo esto, por favor.

Soo Man puso esa sonrisa que tanto odiaba Jimin, llena de hipocresía, tan horrible, que le daba sensaciones no deseadas a nadie, era espeluznante a decir verdad, porque con esa sonrisa podías imaginarte que planes traía consigo, que podría pedirte a cambio o que podría hacerte, los vellos de tus brazos se alzan y tu espina dorsal siente un escalofrío más grande que el que sentiste al pasar por la casa de terror completamente sólo, esto no era miedo por su parte, se trataba de terror.

—Bueno, te lo diré hoy de una vez, ¿Vale? —comenzó a decir Soo Man mientras se paraba de su asiento sin borrar aquella sonrisa diabólica— yo sospechaba de ti hace semanas, por eso había estado pensando que pedirte, no sabes cuánto deseaba a que este momento llegara, debes sentirte el chico más afortunado de este campamento, así es —dijo acercándose hasta Yoongi, quien estaba parado justo detrás de Jimin, pasó su brazo por los hombros y le miró sonriente para luego soltarlo— pero no se me ocurría nada, mi mente no podía decidirse por algo, fue en ese entonces que le pedía ayuda a mi querido Yoongi, el mejor de aquí, quien es como un hijo para mi —comentó carcajeando— este chico jamás me decepciona, a que no crees que me dijo, es más, te doy el derecho de palabra Yoongi, vamos, dile que fue lo que pensaste para él.

Yoongi no quería que las cosas se dieran de esa manera, él no deseaba ser quien le dijera a Jimin lo que pensó, porque no lo entendería en ese momento, durante el tiempo que estuvieron juntos se dió cuenta que Jimin solo era impulsivo y obtuso, no pensaba las cosas con claridad y era incluso más obstinado que él en algunas ocasiones, por no decir que era casi siempre.

—Pensé que sería correcto que una vez estés en forma, cosa que pasará dentro de días porque solo tienes cinco kilos de más, te unas a nosotros, este campamento necesita más personal, yo te entrenaré para que te conviertas en uno de los mejores entrenadores motivacionales para los obesos que sigan ingresando aquí, cada vez son más los padres que piden de la ayuda del campamento y a veces tenemos que rechazar las solicitudes debido a los poco empleados que existen habiendo más cabañas disponibles y suficiente espacio para que todos puedan entrenar en sana paz sin invadir su espacio personal.

Jimin no quería creerse lo que Yoongi le había planteado, peor era creer que Soo Man estaba de acuerdo con eso, ¿Tenerlo a él dentro?, claro, sin comunicación todo es posible, de seguro le asustaba que una vez fuera hablara mal del campamento, con toda la razón del mundo estaría de acuerdo, sin embargo él se negaba a aquello, y que Yoongi fuera quien propusiera algo así le dolía en demasía, no sabía ni cómo reaccionar a aquello, solo sabía que no podía llorar en frente del enemigo, mostrar debilidad no estaba en su plan.

—¿Trabajar para ti? —preguntó dirigiéndose a Soo Man— ¿Acaso es la única manera de resolver todo?, si me convierto en empleado jamás podré seguir viendo a mis padres e incluso comunicarme con ellos, no estaría viviendo... además, yo no tengo el valor para maltratar a los obesos que entren en este lugar, no sirvo para esto, simplemente no, no puedo hacerlo y no lo haré, me niego rotundamente a aceptar esa propuesta de mierda, los dos son una puta mierda.

—¿Crees que todos pueden hacerlo al principio? -preguntó Soo Man enojado- lo hacen por las vidas de sus seres queridos, eso es lo que está en juego en estos momentos.

Campamento para gordos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora