Capítulo once.

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Yoongi se separó de Jimin con los ojos muy abiertos y salió del lugar en el que se encontraban, el menor carraspeó e imitó la acción del otro chico, ninguno dijo nada al respecto a lo que había sucedido hace unos segundos, pero sus cabezas eran un caos total.

Jimin se regañaba por aquello, simplemente no había necesidad de besar los labios de su encargado cuando no quería relacionarse más con él en otro sentido, ya tenía a Junmyeon, él le ayudaría.

Por otra parte Yoongi deseaba que la tierra se lo tragara ahí mismo, ¿desde cuándo no podía controlar ese tipo de impulsos?, todo carecía de sentido para él, definitivamente las cosas tomaron otro rumbo y no lo pudo detener en ningún momento.

-Al parecer ya no hay nadie, salgamos de aquí antes de que nos encuentren. -dijo el mayor asomando su cabeza a través de la puerta verificando el perímetro.

Jimin hizo caso y caminó al paso del mayor por el gran lugar, sin percatarse de que alguien los observaba con detenimiento sin mostrarse.

Una vez fuera y lejos del gran edificio se sintieron mas seguros, pero lo que había sucedido segundos atrás permanecía en sus mentes como un mal recuerdo que no quería esfumarse.

-¿Que demonios hacías allí?

-¡Tenía que hacer algo!, has estropeado por completo mis planes. -chilló Jimin recordando el por qué se dirigía hacia Soo Man.

-¿Qué planes?, ¿Te estás escuchando?, todo lo que tenga que ver con Soo Man es delicado y sumamente peligroso Park, no quiero volver a verte ahí, esta es la primera y última vez que te saco de esta, para la próxima estas tú solo en esto. -dijo furioso.

-¡Usted me besó!, ¿por qué cometió esa falta?, si Soo Man se entera... estarás en graves problemas Min.

-¿Yo?, ¡tú has sido el que me besó!, eres un ser impulsivo... yo nunca haría este tipo de cosas.

Jimin se sentía ofendido, ¿Acaso lo estaba culpando de robarle un beso?, aquello era humillante, ¿Con qué objetivo le besaría?

-Eres un idiota Min Yoongi, no quiero que me vuelvas a tocar. -dijo el chico retirándose rápidamente, la vergüenza y rabia ocasionaba que sus mejillas se coloraran de un rojo intenso.

En el camino se encontró con Junmyeon, el cual lo tomó de las manos y se lo llevó lejos de cualquiera que pudiera verlos hablar.

-¿En dónde estabas?, creí que te había sucedido algo... luces extraño.

-Yo... ah, quería hacer algo por un amigo pero me surgió un inconveniente, ahora estoy muy frustrado.

-Yo puedo intervenir, dime lo que necesitas y correré de inmediato a hacerlo.

Ese tipo de comportamiento de Junmyeon provocaban que Jimin sintiera que lo utilizaba cruelmente sabiendo que tal vez seguía enamorado de su persona.

-Es arriesgado, no quiero meterte en problemas Junmyeon.

-Si tú tienes que ver con esto valdrá la pena, no quiero verte así Jimin, tu sonrisa es hermosa y si no logro verla me sentiré insatisfecho.

¿Cómo pasar de largo ante aquellas palabras?, era imposible, si tan solo pudiera corresponder a su amor... 

-Kim Namjoon corre riesgo, el es quien se encarga de mi amigo Kim Seokjin, no me dio detalles, solo quiero que pase algo para que Soo Man olvide el tema con ambos.

-Entiendo, ya sé lo que haré, si llegas a verlo dile que no se preocupe -dijo mirando al mas bajito directo a los ojos- tengo que irme, cuídate bien cariño.

Junmyeon depositó un beso en la frente del menor y se fue justo por donde Jimin había sido arrastrado.

Aquello ocasionó un escalofrío por todo el cuerpo del obeso -no tan obeso ahora- que no dejaba de pensar en lo heroico que era aquel chico cuando de él se trataba, había llegado hasta ese lugar con tal de saber cómo estaba y ayudarlo, lo trataba bien aún cuando él lo había rechazado, le causaba algo de dolor el saber que este tenía esperanzas con él.

Jimin caminó a paso lento por todo el campamento, cabizbajo y sin ganas de nada, ese día no cenó, se fue a su cama sin un bocado de comida y con miles de pensamientos en su cabeza, el más importante era, "¿Cómo empezar lo que sería el final de un campamento con un dueño tan poderoso?"

Esa noche Yoongi no llegó a la cabaña y para serles sinceros no le importó mucho.

Al día siguiente Jimin se levantó con dolor de estómago y unas ganas terribles de no pararse de su cama, deseaba mandar al diablo todo lo que era el entrenamiento de ese día y comer algo dulce.

Un sonido peculiar llamó su atención, se escuchaba la melodía de una canción que no lograba reconocer, provenía de las pertenencias de Yoongi, la curiosidad le llamó y fue hasta el lugar de donde venía la música para espiar lo que era.

Se trataba de un celular, para ser mas específicos el celular de Yoongi ya que a Jimin no le permitían tener el suyo allí.

Lee Soo Man lo llamaba, ni loco contestó, a él no le convenía atender una llamada que no era para él y menos tratándose de ese señor.

Cuando este dejo de insistir el lugar quedó completamente silencioso, el celular de Yoongi no tenía contraseña, lo cual le dio más intriga.

Sin respetar la vida personal del pálido, se dedicó a registrar el celular de este, revisó mensajes, fotos, contactos, llamadas, pero nada sobresalía de lo normal, su bandeja estaba vacía a excepción de la llamada pérdida.

Rendido dejó el aparato en el mismo sitio y se retiró al baño para darse una larga ducha, aquel día sería largo, lo presentía.

A primera hora era la misma rutina de siempre, trotar para después ir por el desayuno insípido que le servían en el comedor sin excepción alguna, si tan solo su madre estuviera en ese lugar haría la diferencia con la comida, al menos lo haría con amor.

Se encontraba nervioso, puesto que le harían una evaluación respecto a su peso y al juzgarlo le dirían cuántos días le quedan en el campamento, lo menos que deseaba es que fuera tan pronto, si eso sucedía significaba que debía apurarse con la recolecta de información para hundir aquel lugar y evitar más muertes y amenazas en contra de los obesos y empleados del lugar.

¡Había sido inevitable!, de un momento a otro su peso bajó de manera sorprendente y él no lograba comprender el cómo.

Ahora hacía una fila para entrar al cuarto donde sería pesado y evaluado, desde que se miró al espejo pudo deducir que pesaba al menos setenta y cinco kilos, pero nada era seguro.

-Park Jimin prevenido. -dijo la voz ruda de una mujer.

Jimin respiró hondo y después de unos segundos terminó por entrar, hizo lo que su mayor le indicaba y espero los resultados.

-Pesas setenta y tres kilogramos, por lo rápido que vas lo mas seguro es que te vayas de aquí dentro de un mes y quince días, sigue con tu dieta y ejercicios Park, estas a un paso de cumplir tu sueño. -dijo amargada.

Un mes y quince días, podía lograrlo, ¿cierto?

Campamento para gordos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora