Jimin había salido ese día más temprano de lo normal, quería trotar por un buen tiempo, ni siquiera tenía apetito así que ese día prefirió obviar la parte en la que se suponía debía desayunar.
No tenía un plan bien estructurado y estaba confiando en muchas personas que a penas conocía bien, uno de sus defectos era dejarse llevar por la supuesta bondad de los otros, era algo que no podía controlar desgraciadamente, como cuando tenía doce años y conoció a la primera niña que quería compartir con él de sus dulces.
Era una total estafa, aquella niña de dos coletas y vestido rosa solo fingió querer ser su amiga para después humillarlo frente a toda la clase, acusándolo con la maestra de haber robado los caramelos de su bolso.
Se sintió tan mal por ello que fingió estar enfermo por una semana para así no ir al colegio.
—Hey Jimin, ¿Crees que podamos hablar a la hora del almuerzo? —preguntó Seokjin pasando por el lado del más bajo— es algo que me tiene inquieto.
—Claro, estaré allí, ahora si me disculpas debo seguir trotando, aquel de allá —dijo intentando señalar con los ojos discretamente a un sujeto a lo lejos— nos tiene el ojo montado en este preciso momento.
—Vale.
Jimin apresuró el paso dejando atrás al mayor, desde hace días no hablaba con Junmyeon y era uno de los tantos puntos que también le preocupaba, ni siquiera se había dado la molestia de buscarlo para decirle que se encontraba bien.
Después de trotar por bastante tiempo decidió ir por una rápida ducha a los baños públicos, en él se encontró con Taehyung, aunque ya no le tenía la misma confianza después de lo que le había dicho Yoongi, aún se mantenía positivo y creía en sus palabras.
—Me he enterado de una noticia terrible, Soo Man ha descubierto a un infiltrado, al parecer su nombre es Kim Junmyeon y proviene de una familia prestigiosa, al pobre no le tocará fácil, entrar aquí por su propia cuenta teniendo mucho que perder no fue la decisión más inteligente que pudo tomar.
Jimin no pudo evitar poner su cara de espanto ante Taehyung, el cual le devolvió una mirada de preocupación.
—¿Qué ha sucedido?, ¿Acaso lo conocías? —preguntó acercándose a él de manera tranquila— me preocupa tu cara...
—Y-yo... no, no lo conocía pero es lamentable, ¿lo matarán?
—No lo creo —dijo negando con su cabeza sin dejar de ver la cara del contrario— de seguro dejarán a su familia en la ruina, a menos que él decida colaborar diciendo todo lo que sabe, a que ha venido y si tiene cómplices, pobre muchacho... no tiene ningún ser que pueda sacarlo de esta.
Jimin no pensaba con claridad, estaba cegado por una sola cosa y era el cómo sacar de esa situación al primer chico que confesaba sentir algo por él, su mejor amigo, el que quiso entrar al campamento con tal de hacerle compañía.
—Debo irme, tomaré la ducha en la cabaña. —dijo retirándose del lugar queriendo hacerse una gran bolita y no aparecer más por mucho, mucho tiempo.
Camino a la cabaña no pudo evitar llorar, la tristeza y rabia que corría por todo su cuerpo no se comparaba con otras emociones que había sentido antes.
¿Y si jamás lo volvía a ver?, Junmyeon era su mejor amigo, aquel que tanto lo apoyo, aquel que tanto quería, imaginaba lo mal que debía estarla pasando por su culpa, cada vez que a su cabeza le llegaba una triste imagen del chico siendo encerrado en un lugar feo y sin color, pasando frío y siendo amenazado sin parar con hacerle algún daño a su familia o incluso a él mismo.
Cuando llegó a la cabaña se metió en el baño sin darse cuenta de la presencia del pálido, dentro su llanto empeoró pero fue cubierto por el ruido de la regadera abierta, pensó y pensó en qué consecuencias tendría el aceptar toda la culpa por Junmyeon.
Fue en ese momento de desesperación que recordó aquel día.
Era un día normal, bueno, lo que se podía llamar normal en ese campamento de adolescentes obesos, todos hacían ejercicio en diferente máquinas acompañados por sus cuidadores, siendo insultados y maltratados mentalmente.
Jimin se encontraba solo por suerte, solo se dedicaba a mirar por la ventana a las chicas hacer yoga con su entrenadora o bueno, al menos eso intentaban.
—Muévete cerdo asqueroso, no quiero que estorbes mientras yo estoy pasando. —gritó un chico a Jimin, era uno de esos cuidadores, solo que ese no era Yoongi.
—No le grites ni lo insultes mucho menos, ¿Acaso tú estás a cargo de él?, vete para el carajo antes de que yo me moleste aún más y te de lo que te mereces, bastardo.
Jimin se sintió culpable, no quería que Junmyeon se metiera en problemas por su culpa.
—Imbécil, ¿Acaso quieres que te recuerde las reglas?, ¿por qué mierdas lo defiendes? —preguntó cabreado a Junmyeon.
—Es mi maldito trabajo hacer lo que me venga en gana con este sujeto, no él tuyo, ¿Entiendes? —vociferó aquello, lo cual era mentira, Jimin quería que la tierra se lo tragase, agradeció al cielo no ser famoso por ser el obeso del que Yoongie está a cargo.
Una vez las cosas se calmaron Jimin salió junto a Junmyeon, percatándose de que nadie los oyera decidió darle su sermón.
—¿Estás loco?, ¿Cómo se te ocurre defenderme así?, puedes meterte en un problema enorme Kim. —dijo molesto.
—Jimin basta, te ves adorable enojado. —respondió dulcemente.
—Estás loco, muy loco.
—Jimin —dijo cambiando su semblante de divertido a serio— por favor prométeme que si algún día llegan a descubrirme no harás nada con tal de salvarme, por favor.
—Yo lo siento, pero no puedo.
—¿Sabes lo egoísta que eres?, si no puedes corresponder mis sentimientos al menos has eso por mi, no tienes idea de lo infeliz que seré si me entero que algo malo te pasó, Jimin me gustas y mucho, eres un chico de sentimientos nobles, me he enamorado de la sonrisa que me mostraste desde el primer día de clases, de tu manera de pensar, de tus gestos, todo, amo todo de ti, eres hermoso como sea, delgado, obeso, no me importa, me enamoré de tu alma bondadosa, por favor, prométeme que no harás nada estúpido si se enteran del por qué estoy aquí.
—Yo... yo lo prometo, no haré nada estúpido.
Jimin lo prometió, no haría nada estúpido, armaría un plan digno de aplaudir.
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Campamento para gordos.
FanfictionCuando su padre llega después de un año sin verlo, se preocupa por su salud ya que Jimin es obeso, por eso decide enviarlo a un campamento, sin revelar a la madre del menor el método que suelen utilizar en los chicos que sufren de sobrepeso para que...