Jimin se sentía nervioso, daba vueltas por toda la cabaña que le habían asignado desde hace más de una hora, desde que Soo Man le había dicho que su primer chico llegaba en la tarde no podía pensar en otra cosa que no fuera el tal Jeon Jungkook.
Según lo que había leído, el chico tenía unos diecinueve, aquello quería decir que era mayor que él por un año, pero muy bien en aquel campamento debía actuar como su mayor y no dejarse tutear en ningún momento, cuando pensó en ello una gran sonrisa salió de la comisura de sus labios, el en todo momento tuteó a Yoongi.
Mentalmente se golpeó, su cabeza debía permanecer en la llegada del tal Jungkook y sin embargo se iba a tal extremo.
Se preguntó cómo estaría Yoongi y si hoy día también llegaría un nuevo ingreso para él, se puso celoso porque su tiempo había acabado por muy abrupto que fue.
Su cuerpo había cambiado tanto, físicamente ya no parecía el Jimin obeso de antes, pero por muy delgado y ejercitado que estaba no cambiaba el hecho de que se sentía igual que antes, aquel gordo aún se escondía dentro de él.
Con brusquedad se sentó en la cama y el llanto no tardó en llegar, las culpas llegaron solas, se culpaba por haber engordado, por comer como si no hubiera un mañana, por todo eso se sentía fatal, estaría con su madre tranquilamente y sin hacer alboroto, no odiaba a su padre, pero si le tenía cierto rencor, porque de seguro ya estaría fuera de Corea, dejando completamente sola a la mujer que había jurado amar por toda su vida solo por su trabajo.
—¿Jimin?, ¿Por qué lloras? —preguntó Yoongi cerrando la puerta de manera rápida a la vez que corría hacia el.
—¿Yoongi?, ¿Qué si alguien te ve?
—Me vale, ¿Qué te sucede?
Jimin pensó que aquel gesto era lindo, sin darse cuenta su corazón dio una voltereta expresando emoción.
—Es solo que todo esto es una mierda, no quiero pasar el resto de mi vida aquí, además de que este campamento es una basura, ¿De qué me sirvió todo si me siento como el mismo gordo de hace meses?
—Es algo normal, todos pasan por ese proceso, seria bueno tener psicólogos aquí, ¿Cierto?
Jimin esbozó una sonrisa y asintió.
—Si yo estuviera a cargo todo sería diferente... No te sientas mal, ¿si?, eres un chico hermoso Jimin y no lo digo porque ahora seas delgado, hablo de tu personalidad, tu hermosa sonrisa y aquel espíritu defensor de derechos que tienes dentro de ti.
Jimin no aguantó aquello, la manera con la que se había expresado Yoongi provocó ciertas sensaciones dentro de él que le fue inevitable abalanzarse hacia el contrario y robarle un beso, aquel acto no sucedía por primera vez, sin embargo sus corazones así lo sentían. Al sentir el roce de sus lenguas no pudieron evitar juntarse más y tener sus cuerpos completamente unidos, la calidez que transmitían los hacía sentir seguros en aquella cabaña que fuera de ella era todo lo contrario a seguridad, pero teniendo dentro al mismísimo peligro de todo el campamento como lo decían los demás, Jimin pudo pasar desapercibido, qué mas protección que Min Yoongi el mejor empleado de Lee Soo Man comiéndole la boca.
—Tú me gustas Park, me di cuenta de ello cuando noté que te habías ido de la cabaña. —confesó Yoongi separándose del menor mientras sobaba las mejillas ajenas con cariño.
—La verdad es que no me quiero enamorar, no quiero ser quien ame más para luego ser desechado y sufrir por años. —respondió bajo la mirada decepcionada de Yoongi— Pero a la vez quisiera experimentar el enamorarme siendo correspondido. —finalizó para luego sonreír y abrazarlo con fuerza.
—Experimentémos juntos entonces la segunda opción. —respondió devolviéndole el abrazo aún más fuerte.
Yoongi tiró hacia atrás a Jimin y se posó sobre él sonriente, hizo un recorrido de besos por su cuello hasta llegar a aquellos labios abultados, cuando se unieron jugaron un poco entre si, tan lento y delicadamente que sintieron que se fundirían en uno solo en cuestión de segundos.
Se sentían tan amados y tranquilos en aquel lugar, era justo lo que necesitaban y anhelaban, cuando sus miradas se conectaron tuvieron juntos un mismo deseo: salir de ahí y no tener que ocultarse de absolutamente nada, querían la libertad.
—No todo durará para siempre Yoongi, pronto podremos salir de aquí. —comentó entusiasmado.
—¿A qué te refieres? —preguntó sentándose, permitiendo que Jimin imitara su acción.
—Nosotros podremos ser libres y no saber más nada de este mugroso campamento. —habló juntando su nariz con la de Yoongi.
—Pero... ¿Cómo se supone que lo seremos?
—Soo Man, el morirá pronto, tiene una enfermedad terminal. —le respondió obviando la parte en la que Junmyeon le daba medicina falsa.
—¿Qué? —Yoongi lucía exasperado por saber más, su expresión era de tristeza y pánico.
—¿Qué es lo que te pasa? —preguntó Jimin empezando a enfadarse.
—Él no puede morir... Fue quien me salvó, no lo merece...
—¿Yoongi? —se levantó de su cama intentando calmarlo— vuelve a tus sentidos por favor. —pidió entre lágrimas mientras se aferraba a él, tomó sus mejillas y le besó desesperadamente.
Fue en ese exacto momento en el que Junmyeon observó todo aquel espectáculo, sintiéndose excluido de toda la situación, ya que así lo era.
Jimin se separó de Yoongi, el cual lloraba junto a él pero por un motivo distinto.
—Siento interrumpir su... ¿Emotiva escena? —preguntó mirándolos extrañado— ¿por qué están llorando?
—Jimin, debo irme, lamento que suceda todo esto. —dijo Yoongi retirándose, ignorando por completo a Junmyeon.
—¿Por qué lloran? —preguntó de nuevo Junmyeon sin acercarse a Jimin.
—Él no está de nuestro lado. —respondió decepcionado con un toque de melancolía, por primera vez había optado por sentir algo por alguien y resultaba ser quien menos debía, Yoongi era diferente, aunque quisiera lo mismo que él era de forma diferente, Soo Man se había convertido en alguien importante en su vida, y por más que fuera Jimin no creía poder llegar a ese escalón y poder derrotarlo, la ambición era más grande ahora, Soo Man afectó su vida en muchos aspectos y entre ellas se encontraba la amorosa, acabar con aquel campamento no sería suficiente ni siquiera matándolo llegaría a lo que ahora quería en verdad, apoderarse de los sentimientos de Min.
—Eso será un problema si te gusta de verdad, por cierto, feliz cumpleaños número dieciocho, Jimin.
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Campamento para gordos.
FanfictionCuando su padre llega después de un año sin verlo, se preocupa por su salud ya que Jimin es obeso, por eso decide enviarlo a un campamento, sin revelar a la madre del menor el método que suelen utilizar en los chicos que sufren de sobrepeso para que...