Capítulo veintidós.

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—Muchas gracias Junmyeon, ni yo tuve tiempo de recordarlo... —respondió Jimin aceptando el abrazo que le daba su mejor amigo.

—Siento que tengas que pasarla aquí y mucho más que sea yo quien te diga que Soo Man desea que hables con tus padres y les des la noticia de que decides quedarte aquí a ayudar con los demás obesos.

—¿De verdad?, no creo si quiera poder hablar con mi madre acerca de ello, le partiré el corazón diciéndole que no quiero volver a casa.

—Te prometí que no sería para siempre, hoy la medicina llegará a manos de Soo Man, hará efecto inmediatamente, cuando se lo lleven al hospital, debo correr a sacar el medicamento, si lo descubren estoy más que jodido.

—Estamos juntos en esto y... Yoongi se verá muy afectado al recibir la noticia.

—Jimin, el puede gustarte todo lo que quieras pero no por eso vamos a tirar todo el plan por la borda, una vez muera Soo Man su sucesor será Hoseok y no Yoongi, investigué a Hoseok y fue muy poco lo que pude encontrar, debo decirte que esta enamorado de Yoongi así que debes tener cuidado, el chico se ve indefenso pero uno nunca sabe.

—Está bien Junmyeon, ¿sabes que pasó con los nuevo ingreso?, aún no llega el que me corresponde.

—Les están dando la bienvenida, ¿estás preparado? —preguntó con algo de angustia hacia el muchacho.

—Sólo le trataré bien, sabes de sobra que yo no puedo simplemente insultar a un chico que pasó por la misma situación que yo, es incorrecto, sé más que nadie lo que se sufre.

Junmyeon sonrió, se sentía aliviado de que Jimin no hiciera exactamente lo que Soo Man le ordenaba, ese era el Jimin que conocía, del que se había enamorado profundamente.

—Debo retirarme, pronto llegará tu chico. —Junmyeon se fue y dejó completamente solo a Jimin, este no dejaba de pensar en la llegada de Jungkook.

Después de unos quince minutos aproximadamente, un chico atravesaba la puerta de la cabaña, era mucho más alto de Jimin, pesaba ciento quince kilogramos, el menor le dio la bienvenida, Jungkook no parecía nervioso y a Jimin le daba una vibra sumamente extraña, no era como cuando conoció a Seokjin u otro obeso de ese campamento, lucía como una total farsa delante de sus ojos.

El semblante de Jimin cambió, lo sabía, aquel chico no transmitía lo que haría alguien obeso entrando en un nuevo entorno completamente desconocido, había visto los rostros de los que entraron con el mismo y no se comparaba al que tenía en frente, ese rostro era de una persona decidida y llena de confianza.

—Seré tu responsable a partir de hoy —dijo Jimin sin cambiar su rostro, el cual expresaba seriedad— puedes ponerte cómodo hoy, sin embargo mañana tendrás que empezar tu pequeño infierno, toda esa grasa no se bajará por si sola, pedazo de mierda andante.

Jungkook sonrió y aplaudió, tal y como lo esperaba Jimin aquello era parte de una prueba, el más alto se quitó la papada falsa mientras se sentaba en la silla más cercana del lugar.

—De verdad esperaba quitarme toda esta mierda rápido, aunque por el dinero haría lo que fuera. —dijo con una sonrisa llena de cinismo. 

—¿Piensas cambiarte aquí?, ¿es en serio? —preguntó con enfadado mientras se cruzaba de brazos.

Jungkook solo rodó los ojos quitándose la camisa para luego deshacerse de el relleno que le habían puesto, Jimin por su lado no dejaba de observarlo, el contrario tenía un cuerpo estupendo, lo llegó a envidiar un poco al momento de ver como se quitaba sus pantalones y botaba otra parte del relleno, Jungkook tenía unas piernas torneadas que eran dignas de ver.

 —Si alguien te pregunta por mi y que tal lo hice dices que se veía creíble que alguien como yo luciera obeso, yo por mi parte diré que casi me sacas una lágrima de lo mal que me trataste, ¿bien?

—¿Te mandó Soo Man? —preguntó Jimin curioso.

—Quién más si no. —respondió más que obvio.

Jimin rodó los ojos y salió de la cabaña fastidiado con la personalidad del mayor, simplemente tenía ciertos límites y si se quedaba allí por más tiempo seguramente terminaría dándole un golpe para cerrarle la boca.

Algo llamó su atención, se trataba de Hoseok hablando con Yoongi, se encontraban muy cerca y aquello provocaba ciertos celos en él, sabiendo que a Hosek le gustaba el pálido no le inspiraba confianza cuando estaban unidos.

Para Jimin, Hoseok lucía muy normal, a diferencia de Yoongi quien manifestaba con su rostro estar pasando por un gran duelo, parecía tenerle más afecto a Soo Man que el propio hijo y le era perturbador en distintos aspectos.

Yoongi cruzó miradas con Jimin y dejó hablando solo a Hoseok, se acercó a él lo abrazó con mucha fuerza, para luego besarlo sin importar las consecuencias que le traería hacer aquello.

—De verdad lo necesita. —dijo Yoongi mientras se separaba de Jimin. 

—Las personas nos están mirando, ¿eso no es malo?, estamos rompiendo las reglas.

—Desde que entraste a este campamento has acabado con cada una de ellas, ¿ahora te preocupas por ello?

—Es cierto, al diablo las reglas. —respondió tomando a Yoongi del cuello de su camisa para atraerlo a él y besarle.

Ellos tan ajenos a lo que sucedía a su alrededor, Hoseok miraba la escena indignado sin poder creérselo y Junmyeon a lo lejos no podía si quiera mirarlo, por ello se retiro a otro lugar.

Un mensaje de texto llegó al mismo tiempo al celular de Hoseok y Yoongi, el pálido detuvo el beso y se dedicó a leerlo, algo malo había sucedido.

Soo Man había muerto hace minutos, esta noticia llevó a que Hoseok y Yoongi corrieran juntos a la misma dirección, dejando un poco desconcertado a Jimin, quien tenía sospechas de que podía tratarse aquello. 

Fue Junmyeon quien terminó afirmando la sospecha de Jimin, Soo Man había muerto y unos accionistas del campamento hicieron una junta, como nuevo presidente según el testamento tenían a Hoseok, pero Soo Man muy claramente dejó en claro que su mayor deseo es que si Hoseok no podía manejar el negocio por su propia cuenta que fuese pasado a Yoongi, quien debía recibir clases de administración si algo así sucedía.

Hoseok aceptó el cargo, más por obligación que por gusto, durante tres días se acercó a Jimin, el cual aún no tenía trabajo, él pudo darse cuenta de varias cosas, entre ellas estaba que Jimin en realidad no era un mal chico, todo lo contrario, había sido extorsionado por su padre por hacer cosas tontas, y en cierto punto pudo comprenderlo, cuando el entró en ese campamento aún siendo hijo de Soo Man vivió un infierno e hizo de todo por querer que aquello acabara.

—Acabemos con esto Jimin, expongamos al mundo lo que mi padre hizo, no quiero que este campamento siga adelante. —le soltó de repente Hoseok a Jimin después de dar una vuelta por todo el lugar.

—¿Me estás hablando en serio? 

—Solo debes prometerme que me dejarás mostrarte que Min Yoongi no es alguien a quien debes aferrarte, ustedes dos no tienen nada en común, mientras tú quieres salir de aquí y ayudar a los demás él quiere permanecer aquí y hundir a todos tal y como lo hizo mi padre.

Jimin se sentía timbrado, desde que Soo Man había muerto todo cambió, Yoongi ya no estaba presente y por más que le pidiera a Hoseok información sobre él no lograba sacarle nada y eso le ponía de mal humor.

—Sé que te gusta Yoongi, pero no por eso tienes que decir todo eso con tal de mantenerme alejado.

—Yoongi está estudiando administración de empresas, no ha dejado de recrear los planes que tenía mi padre, por eso no te ha dado la cara, él tomará el puesto de presidente porque era el deseo de mi padre si yo me negaba a tomarlo.

Campamento para gordos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora