Capítulo quince.

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Angustiado, así se sentía en ese preciso instante, todo había sido una estafa, ahora no sólo él corría peligro si no que también había arrastrado a su madre consigo.

-Las lágrimas no resolverán nada. -comentó aquel hombre viéndolo con mirada tranquila.

-¿Quién es usted? -se levantó del suelo aturdido y lo miró directamente a los ojos.

-Soy tu salvador, puedo sacarte de este gran lío si prometes trabajar para mi jefe.

Aquel hombre que medía aproximadamente dos metros de altura se veía intimidante, no irradiaba ningún tipo de confianza y por ello le daba más miedo que los otros que le perseguían.

-¿Existe una diferencia entre ellos y tu jefe? -escupió deliberadamente.

-Oh, si que la hay, muchos se arrepienten, otros simplemente se sienten afortunados, tú verás a cuál grupo pertenecer, yo estoy cumpliendo con el ofrecerte venir conmigo y librarte de estos matones.

¿Podría existir algo peor que aquello?, simplemente no, no existía algo peor que te amenacen con matarte a ti y a tu madre antes de ser violada por muchos hombres.

-¿Protegerán a mi madre?, sólo así aceptaré ir con usted.

-Por supuesto que si, mi jefe es un hombre de palabra, tendrás noticias de ella cada mes.

Entonces Yoongi aceptó ir con él, esperaba que su suerte esta vez no fuera tan mala.

Se adaptó demasiado bien a los pocos días, Yoongi sentía que Soo Man era una especie de hada mágica que le había salvado de todos sus problemas, sentía admiración y le respetaba más que a nadie en ese campamento, por ello logró convertirse en el favorito. 

-He llegado a sentir por ti un amor más grande que el que le tengo a mi propio hijo, si tan solo él fuera como tú...

-Señor... usted para mi fue mi salvación, realmente creo que no podré pagarle como se debe jamás.

-Espero que jamás me falles, con eso me basta y me sobra. 

-Así es señor, yo jamás seré capaz de ello.

-¿Cómo vas con Hoseok?, ¿Él progresa?, ¿Cuántos kilos ha bajado?

-Si señor, realmente se esfuerza, por el momento ya son diez kilos menos.

Soo Man logró sonreír, sabía que si Yoongi se encargaba de él los resultados serían estupendos en tan poco tiempo.

-Si que lo haces bien Min. -dijo levantándose de su lugar para propinarle palmadas amistosas en la espalda.

Su madre vivía bien gracias a ese señor, él tenía un techo en donde vivir y comida todos los días, a pesar de que a veces aquello podía ser un poco exasperante, volvía a la realidad.

Desde pequeño su vida había sido un completo asco, los maltratos de los niños en el preescolar y resto de su vida como estudiante lo volvieron una persona grande, ya nada le lastimaba realmente, aprendió a ser fuerte en la vida y juró no encariñarse con otras personas, no dejaría que se aprovecharan de él sin ningún tipo de trato, durante mucho tiempo se entrenó para ser mejor que los demás y cuando llegó lo que para él fue una gran oportunidad para volver a empezar desde cero en su vida, se prometió no dejarla ir por nada del mundo ya que eso sería estúpido, él sólo le hacía favores a los obesos del campamento, les ayudaba a adelgazar y los motivaba a ser mejores personas en el aspecto social, los hacía fuertes e irrompibles, cuando te dañan una vez no pueden hacerlo más, los remordimientos y pesares son pasajeros, o al menos eso era lo que creía Yoongi.

Cuando Hoseok logró adelgazar por completo y llegó a la figura soñada por Soo Man ambos le agradecieron, Yoongi se sintió feliz ya que nadie le había agradecido sinceramente por aquello, pero cuando Hoseok se confesó fue desagradable para él.

-Yo... realmente no sé como expresarte lo que me he guardado desde hace un tiempo para acá.

-¿Qué sucede?, no es necesario que sigas agradeciendo lo que hice contigo.

-No es eso... yo, creo que me he enamorado de ti, quiero reprimir mis sentimientos pero no puedo, realmente lo intenté con toda mi alma.

Para Yoongi eso le cayó como un balde de agua fría en la cara.

-¿De qué estás hablando?, creo que no sabes lo que estás diciendo, te daré la oportunidad de que digas que ha sido un gran error.

-No, no es un error Yoongi, yo te amo, de verdad, no quiero que me rechaces, sé que tú sientes lo mismo por mi, no lo niegues.

Yoongi sentía cariño por Hoseok aunque no se lo demostrara de buena manera, pero era un cariño de hermano, él era el hijo de Soo Man quien lo había salvado a él y a su madre de sufrir una gran tragedia, por ende su hijo es como un hermano para él, lo quería de cierta manera y el ayudarlo a adelgazar le fue satisfactorio en cierto punto a pesar de haber sido agresivo desde el inicio hasta el final.

-Hoseok, para mi eres como un hermano, ¿Estás entendiendo?, no acepto tus sentimientos, no es lo mismo que yo siento y si te soy sincero jamás sentiré, ahora aléjate de mi y vive una buena vida fuera de aquí. -dijo refiriéndose al campamento. 

Hoseok derramó un par de lágrimas, algo que para Yoongi fue natural, desde que entró en ese lugar se había acostumbrado a ver a las personas llorar.

-Me iré, pero volveré de vez en cuando. -dijo serio para luego irse.

Rechazar a Hoseok había sido tarea difícil.

Su vida en el campamento había sido ajetreada, pero cuando llegó Jimin fue otra cosa diferente.

En ese preciso instante miraba hacia la ventana, todos trotaban y el solo veía a una persona, a Jimin.

-¿Qué debería hacer? -dijo pensando en voz alta- ese chico me volverá loco, aún cuando sé cual es mi misión me es imposible no querer desviarme de ella sólo por él y hacer lo que no es correcto, ¿Pero cómo?, ¿cómo decepcionar al hombre que me lo ha dado todo?, todo por un chico estúpido como él...

Campamento para gordos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora