Capítulo 6

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—¿Qué es ese sonido? - Nana se recostó sobre su vientre en la cama.

—Los idiotas, han enloquecido por el viernes - Mike respondió y cerró la puerta de su habitación.

El equipo entero estaba en el patio discutiendo sobre la estrategia a seguir durante el juego.

—¿Y está bien que estés tú aquí? Es un milagro que llegaran a la final - Nana finalizó con una broma como de costumbre.

—Descuida Pixis no se arriesgaría a ir sin mí en la defensa - el castaño habló con confianza.

—Si yo fuera tu entrenadora, no te permitiría jugar hasta que demostraras ser responsable - la rubia se sintió orgullosa de la disciplina de sus chicas del basebol.

—Cariño, si tú furas nuestra entrenadora jamás me alejaría del campo de entrenamiento - él no mentía.

Nana sonrió y se recostó sobre su espalda —Te creo… Oye te agradezco por el regalo

Nana observó nuevamente la camiseta con el número y nombre de Mike grabados en ella.

—Oye, si vas a apoyarme mañana, tienes que hacerlo bien - él sabía que esa era una forma de demostrar que Nana era su chica ahora.

—Claro ¿y tengo que llevar esa cosa verde…? - ella se burló.

Mike y ella ni siquiera de habían besado, pero no era necesario para saber que tenían una conexión especial.

—Es el uniforme ancestral que nuestros antecesores vestían con orgullo desde la época de la post inquisición y… y… Solo póntela, tiene mi número en ella - el joven de gran estatura bromeó.

—Lo pensaré… - Nana respondió riendo.

—Oye idiota, Pixis quiere que bajes… - Nile subió a buscar a Mike.

—Ya voy - el castaño respondió de mala gana.

—Nana debo dejarte, te llamaré luego… Y deséame suerte

Nana sonrió y asintió —Claro que lo haré, porque ustedes necesitan suerte para ganar

Mike pensó en la excelente temporada que Nana había tenido con su equipo y sonrió.

Nana cortó la llamada y revisó las fotos que Mike le envió sobre como lucía el parque a la mañana siguiente de su travesura.

—“Los monumentos de calzones lucen bien” - ella comenzó a reír al leer otra vez el mensaje del castaño.

El viernes por la mañana, Hanji necesitaba huir de todo lo que la rodeaba.

Su investigación se había estancado, Nifa, Moblit, Abel y Kenji, estaban a punto de renunciar, pero Hanji nunca se había rendido.

Ella sabía que debía seguir adelante, de una u otra forma encontraría la solución.

—“Debe haber un detalle que estamos omitiendo”- la castaña se concentró en la pila de libros que tenía.

—“¿Carbono…? ¿Dónde está?”- intentó alcanzar un libro sin levantar la mirada, pero terminó tirándolo al piso.

—¡Me lleva…! - la castaña se agachó de malas para alcanzarlo y al hacerlo vio que había una persona sentada frente a ella.

—¿Adidas? - la chica susurró al ver los tenis.

Su expresión cambió de confundida a incómoda, ya sabía de quien se trataba y no sabía si quería volver a subir para verlo a la cara.

Finalmente la castaña volvió a su asiento y observó a Levi, él ni siquiera la había mirado, solo estaba ahí sentado en una cómoda posición.

Todo comenzó con un plan [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora