Todo comenzó con un plan [FINALIZADA]

Capítulo 9

Lynne entró a su dormitorio compartido y azotó la puerta de su habitación, Rico se mantuvo en silencio, sus cálculos matemáticos eran más importantes.

Sin embargo, era muy extraño que la siempre alegre Lynne se comportara de esa forma, había llegado sin saludarla y se había encerrado en su habitación.

Rico se puso de pie y tocó la puerta de su compañera, la primera vez no obtuvo respuesta así que insistió.

—Lynne… ¿Estás bien? – Rico jamás había visto a Lynne realmente molesta así que la situación le parecía cuanto menos curiosa.

—Déjame en paz Rico, no estoy de humor para hablar.

—¿Ocurrió algo malo? Confía en mí te sentirás mejor después de hablarlo con alguien.

—No lo entiendes, los malditos hombres son los culpables de todo lo malo…

Rico se alejó un poco de la puerta mientras intentaba reprimir sus ganas de reír, Lynne era bastante amorosa, ella solía enamorarse con facilidad y reemplazar a sus amores con otros nuevos en cuestión de días; Sin embargo, esa ocasión parecía diferente.

—¿Todo? ¿De qué estás hablando? Por favor, dime que no estuviste bebiendo otra vez, sabes que el alcohol libera al dragón que llevas dentro.

Rico cubrió su boca con sus manos, la situación le hacía imaginar a Lynne, recostada en su cama bebiendo, escuchando a Paquita y maldiciendo a todos los hombres.

—Tú no lo entiendes… - la voz de la chica sonó interrumpida por el llanto  —No es bueno… darle tu corazón… a un idiota.

Rico se quedó completamente impactada, Lynne estaba llorando como niña, Rico sabía que lo mejor era darle espacio para que pudiese desahogarse.

—Lo lamento, Lynne, estaré aquí si me necesitas.

Lynne presionó la almohada contra su rostro, nunca había estado tan molesta, se sentía tonta por confiar en Erwin.

Después de todo ella sabía desde el principio que aquel apuesto hombre de cabello rubio era un mujeriego.

Sin embargo, con el paso de los días ella había confiado genuinamente en que él quería cambiar por ella y ahora ella era una más de las chicas que esperan por siempre a que él las llame de nuevo.

—¡Erwin eres un idiota! – gritó contra el algodón.

Ella debía ser la mujer más estúpida del campus, ilusionada con un narcisista como Smith.

—¿Cómo pudiste hacerme esto con mi propia amiga?

Las lágrimas brotaban sin control de sus ojos marrón, tenía un dolor muy profundo en el pecho, sin saber por qué se sentía muy humillada.

En ese momento un pensamiento llegó a su mente, la sacudió por completo, normalmente nunca habría pensado en algo así, pero la situación era realmente descabellada.

—Hanji Zoe, se supone que eras mi amiga… - Lynne estrujó con fuerza la almohada que sostenía con sus manos.

[…]

Unas horas más tarde, Nana estaba en el sofá de su apartamento, intentaba memorizar algunas formulas matemáticas cuando alguien llamó a la puerta.

—Mierda… Justo ahora – la rubia se levantó con pereza y abrió la puerta.

—Hola Nana, lamento llegar tan tarde, pero… no tengo donde dormir.

Nana se sorprendió, eran casi las once de la noche y Petra estaba ahí con ropa deportiva y con el rostro completamente sonrojado.

—¿Qué ocurrió? ¿Estuviste discutiendo con Lynne por su ropa interior otra vez? – la más alta dejó entrar a su amiga y cerró la puerta.

—La verdad es que no lo sé, regresé de mis ejercicios nocturnos y Lynne no me dejó entrar a la habitación “Váyanse al diablo” gritó.

Nana pensó en que Lynne no era del tipo de chica caprichosa, lo que significaba que algo serio estaba pasando y pasaría muy pronto.

—Puedes quedarte aquí, no te preocupes, Hanji no vendrá a dormir esta noche así que puedes quedarte en su habitación.

—¿Crees que sobreviva? – Petra estaba asustada de dormir en la desastrosa habitación de su amiga.

—No te preocupes, creo que tuvo una crisis existencialista y limpió todo justo ayer…

Petra suspiró, temía que Hanji fuera capaz de dormir junto a una pila de material radioactivo o algo similar.

Saber que Nana apoyaba la salubridad del lugar era realmente relajante, Petra podría dormir tranquila y averiguar qué había ocurrido con Lynne a la mañana siguiente.