—Lleva esos tomates…
—Bien… ¿Necesitamos algo más?
—Déjame ver… la sal, eso será todo – Isabel sonrió y salió de la casa.
Hanji se acomodó la camisa, tomó el cesto con los tomates y la sal, y siguió a la pelirroja.
El sol la cegó durante unos segundos cuando expuso sus hermosos ojos color chocolate a la luz del mediodía.
Con su brazo intentó acomodar nuevamente aquella camiseta fresca, pero atrevida; Isabel, había modificado una de sus camisetas del basebol, había cortado las mangas, pero el agujero era muy grande para el gusto de la castaña.
—“Calma, en verano todas vestimos así” – Isabel había dicho, pero la verdad era que tal vez no estaba muy cómoda con andar por ahí mostrando el sujetador del traje de baño que la pelirroja le había regalado.
—¡Hanji, por aquí! – Furlan gritó y la castaña se dirigió hacia la pareja con una sonrisa en los labios.
No pudo evitar girar para ver a Levi bajo el árbol charlando con un chico de aspecto casi pandilleril.
Mordió su labio inferior, bajo ese contexto, los tatuajes de Levi comenzaban a cobrar significado, uno que a la castaña no le gustaba tanto.
—Creo que este filete no va a ser suficiente… - el chico rubio interrumpió los pensamientos de Hanji.
—¡Oye, Levi! – el chico más alto silbó con fuerza y Levi giró su rostro rápidamente.
Hanji reprimió un suspiro al ver al sexy chico de cabello negro, sin camisa caminando hacia ellos, era algo digno de ver.
—Vamos a necesitar más carne…- Furlan explicó la situación cuando el azabache estuvo con ellos.
—Era más que suficiente hasta que alguien invitó al puto barrio entero… - Levi giró para ver a la menor del grupo.
—Hermano, teníamos que celebrar tu regreso – la chica utilizó su pose más tierna.
—Como sea, iré por más… Hanji vamos – comenzó a caminar sin esperar la respuesta.
—Anda, nosotros nos encargaremos… Ten las llaves de mi Jeep – el rubio se despidió de la castaña, ella corrió tras el malhumorado.
—Creo que debí quedarme con los chicos, necesitaban mi ayuda – Hanji le entregó las llaves de la camioneta.
Intentó hacer el menor contacto posible, ya que cada roce de su piel parecía enviar electricidad a su cuerpo entero y era lindo, pero molesto.
—¿Querías quedarte sola con esas criaturas empalagosas? – Levi conocía a sus amigos y sabía que podían ponerse intensos a veces.
—Supongo que ninguno está acostumbrado a las demostraciones de cariño…
Las palabras de Hanji abrieron un abismo de recuerdos reprimidos en la insana mente de Levi, de pronto había vuelto a ser aquel niño pequeño con la cabeza bañada en las lágrimas de su madre.
Una incómoda sensación de ira comenzaba a formarse en el pecho del muchacho que intentaba concentrarse en conducir.
—¡AMO ESA CANCIÓN! – Hanji gritó y le dio volumen a la radio.
Normalmente a Levi le habrían molestado los arrebatos de la castaña, pero ese día haría cualquier cosa por mantener su mente ocupada.
…
—¿Terminaste? – el azabache preguntó después de varios minutos de escuchar la desentonada voz de Hanji y sin haberse movido del estacionamiento.
—Lo lamento… - ella rió – Vamos por esa comida, es temprano, pero ya estoy muerta del hambre.
Hanji había comenzado a provocar más que deseo dentro del pecho de Levi, así que decidió que esa tarde comprobaría si ella era solo un capricho pasajero.
—¿Quieres licor? – Levi sonrió con malicia.
—¿De qué clase de alcohol estamos hablando?
—Del mejor…
Mantener a Hanji expectante era, entre otras cosas, lo que mejor sabía hacer el chico de cabello negro.
Y sin revelar sus intenciones caminó hasta el supermercado y fingió ignorar a la castaña por un buen rato.
Hanji se despistó durante dos segundos dentro del supermercado y en ese tiempo Levi ya había hecho todas las compras.
—Oye ahí estás, eres rápido… - Hanji corrió a encontrarse con su novio falso — Pensé que compraríamos alcohol y…
—¿Bromeas? ¿Pensaste que el mejor licor era comercial?
—Eeeh yo… - por alguna razón la chica se sintió avergonzada.
—Deja que yo te muestre, te perdonaré esta tontería porque solo llevas una semana aquí
Hanji se cruzó de brazos con molestia, cómo iba a saber algo como eso, hasta ahora lo único que había hecho era ver la televisión, visitar a Furlan en la secundaria en la que daba clases de Francés y “dormir” con Levi.
Al llegar al estacionamiento, Levi puso la comida en la hielera y volvió a cerrar el Jeep de su amigo.
—Pensé que iríamos por alco…
—Si
—¿Iremos a pie?
—Si
—¿Es clandestino o algo así?
—Si
—¿Podrían arrestarnos si nos descubren comprando eso?
—Si – Levi quiso medir la reacción de Hanji.
El alcohol “artesanal” no era prohibido y menos cuando el jefe de la policía era el heredero del negocio familiar, pero Levi quería saber cómo reaccionaría su chica.
—¡Genial! Quiero añadir a mi lista de cosas por hacer “Algún delito o vandalismo”
Levi sonrió al ver el entusiasmo que ella demostraba, pero sentía un poco de pena por sí mismo al ver que ella no tenía ni idea de lo que una vida criminal significaba y él si.
—Espera aquí… - Levi entró a lo que parecía un callejón y desapareció de la vista de la chica.
—¿Qué le pasa? ¿Para qué me trae hasta aquí si no me iba a dejar entrar…? Debí quedarme en el auto.
La castaña se apoyó en la pared hasta que escuchó el murmullo de las personas y un poco de música tropical que le recordaba en el paraíso caluroso en el que estaba.
Caminó una cuadra hasta que llegó a un pintoresco mercado, los ojos de Hanji se iluminaron al ver tantas cosas para investigar.
Sin temor a perderse se internó en las calles de aquel mercado que con cada paso parecía más curioso y extenso.
Ella recordó que Isabel le había hablado de ese lugar, se suponía que irían juntas el domingo, pero no hacía ningún daño irse adelantando.
Un vestido de playa llamó su atención, ella recordó lo hermosa que lucía Isabel en la fiesta que avanzaba en casa y aprovechando que estaba en una situación tan fuera de lo normal, se atrevió a comprarlo y ponérselo en el momento.
—Te queda muy hermoso – dijo la chica que los vendía, cuando la castaña salió del probador improvisado.
La castaña sonrió y se observó en el espejo, tal vez no estaba tan mal cambiar un poco su estilo varonil.
Por el espejo vio pasar a una mujer con un hermoso sombrero playero color rosa, le llamó la atención porque sin darse cuenta había tirado sus anteojos.
—¡Disculpe! – la castaña tomó los anteojos y corrió tras la chica.
—¿Si? – la mujer giró para ver a Hanji.
—Se le… cayeron sus gafas – la castaña observó a la mujer frente a ella, tenía mucha más edad de la que ella creía.
No pudo evitar pensar que después de Nana, esa era la mujer más hermosa que había visto, piel blanca, cabello negro y ojos color gris.
De hecho… lucía muy familiar, demasiado, Hanji no sabía decir por qué, pero parecía que ya había visto a esa mujer.
—Te lo agradezco, linda… - la mujer sonrió, tomó sus gafas y se marchó.
Hanji volvió milagrosamente a la calle por la que había llegado, pero antes de poder salir del mercado alguien la tomó con fuerza de la mano.
—¿Dónde mierda estabas, tonta? – Levi estaba furioso.
—Lo siento, quise ver qué había aquí y… - entonces lo vio… aquellos ojos de color gris.
—Oye Levi ¿Tienes hermanos? Es que acabo de ver a…
—Cierra la boca y larguémonos de aquí – el de cabello negro no puso atención a lo que la chica de los anteojos decía y caminó de prisa hasta el lejano estacionamiento.
Después de todo, quién podría concentrarse viendo esas hermosas caderas en ese delgado vestido amarillo.
Para cuando volvieron a la camioneta Hanji ya había olvidado su encuentro, y cuando llegaron a casa Levi ya había vuelto a su actitud de siempre… O tal vez no.
En la casa había muchas más personas de las que ellos imaginaron, parecía que el barrio completo estaba ahí, la música a todo volumen invitaba a bailar y el clima invitaba a meterse a la piscina como los demás.
Lejos de molestarse, Levi saludó a varios hombres igual o más tatuados que él, y también a varias chicas, parecía que era ley en ese lugar que las mujeres fueran bronceadas y hermosas.
Hanji descubrió un par de cosas en el transcurso de la tarde, tanto que le darían material para investigar por semanas si lo deseara.
Primero, Levi no fumaba cerca de Isabel y no permitía que nadie lo hiciera, incluyendo a su mejor amigo rubio.
Segundo, el azabache parecía ser una especie de líder o jefe de los jóvenes de ahí, y eso no era necesariamente bueno, Hanji comenzó a desear saber qué era lo que ocurría ahí, todos lo respetaban mucho.
Tercero, la comida rodeada de gente tan cálida sabía mucho mejor, esa fue la carne más deliciosa que había comida, y la compañía de Isabel y sus amigas era refrescante y energética.
Y finalmente, El alcohol ilegal tenía un efecto raro… muy raro, pero sexy en Levi.
—Oye, cuatro ojos ven aquí…
Hanji escuchó a su novio falso llamarla y como toda buena novia ficticia, la castaña dejó a Isabel y a sus amiga y se acercó a Levi.
—Ven aquí… - él la tomó de la mano y con un tirón la obligó a sentarse sobre sus piernas.
Hanji estaba tan impresionada que no supo qué hacer, ese no era el Levi que ella conocía, su mano masculina acariciaba su pierna mientras la otra atraía su rostro al de él.
Se sintió muy avergonzada cuando Levi la besó tan intensamente como en una de sus últimas sesiones de sexo, pero frente a todo el mundo.
-¿Levi qué…? - ella intentó hablar.
Él le dio un vaso repleto de licor y atrajo su rostro nuevamente para que no pudiera terminar de hablar, pero esta vez susurró contra su oído.
—Cálmate, solo finge para mí… Por cierto, no debiste ponerte este vestido – el de cabello negro recorrió el cuello de la chica con su lengua, mientras acariciaba sus pechos sin ninguna atadura.
El rostro de Hanji se tornó de color rojo e instintivamente giró para ver quién se había dado cuenta, pero a nadie parecía importarle, tal vez porque en su mayoría eran hombres quienes gozaban de la fiesta.
Sabía que necesitaría alcohol en su sangre así que bebió el vaso completo, tenía que aprender a confiar en alguien que no fuera ella misma.
Era obvio que Levi estaba muy ebrio, como jamás lo habían visto y no porque hubiese perdido la consciencia, sino porque por primera vez en una vida entera, parecía relajado y hasta cariñoso con su chica falsa, además no podía ocultar lo mucho que le gustaba.
Él jamás había demostrado sus sentimientos frente a nadie; Sin embargo, esa tarde no había tenido sexo con ella frente a todos porque ella misma lo había evitado.
—Levi… Basta… Cálmate… Me duele… - Hanji se quejó entre gemidos.
—Cierra la boca cuatro ojos… - dijo y siguió besando los labios hinchados de la chica.
De pronto, la noche había caído y la fiesta continuaba, Levi no había dejado de beber y Hanji tampoco así que sus ánimos seguían tan encendidos como en la tarde.
—Juro por Dios que después de esta noche no podrás caminar el resto de las vacaciones – el azabache dijo y mordió un trocito de piel bronceada, demasiado cercana al área más sensible de su pecho derecho.
La castaña gimió, se sentía como en un sueño, uno de esos eróticos de los que no quería despertar, en algún momento había perdido su ropa interior y ni siquiera podía recordar cuando había sucedido.
La mente de la chica tuvo un segundo de lucidez suficiente como para pensar que tal vez no había ingerido solamente alcohol, era imposible que su cuerpo reaccionara así sin psicotrópicos.
Podía sentir a Levi estimulando sus pezones y un irracional deseo sexual, pero no podía hacer nada, no podía negarse y tampoco quería hacerlo, decidió que esa noche haría todo y luego se ocuparía de arrepentirse.
Se sentía muy bien, estaba confundida, pero no podía sentir miedo a pesar de que poco a poco todo se volvía oscuridad… De hecho estaba demasiado oscuro y no podía moverse.
De pronto su conciencia volvió casi por completo y de golpe, en el momento en que su cuerpo se sumergió por completo en agua fría.
—Tranquila, te tengo, no vas a ahogarte… ¿Te sientes mejor? - Levi sonrió.
Hanji miró a su alrededor y no quedaba prácticamente nadie ahí, salvo dos chicos inconscientes, tirados en el piso.
—¿Qué mierda pasó? – Hanji sujetó su cabeza, era extraño, se sentía mucho mejor, pero aún tenía esas malditas ganas de tener el sexo más salvaje de su vida.
—Acabas de experimentar tu primera vez con el licor de los Ramírez – Levi sonrió.
—¿Licor…? LSD quisiste decir
Ella no pudo terminar porque los endemoniados besos de Levi habían vuelto a apoderarse de su cuello.
En el momento en que sintió a Levi dentro de ella se dio cuenta de que estaba completamente desnuda en la piscina, de hecho estaba teniendo sexo totalmente desnuda en un lugar donde cualquiera podría verla.
—Esto… es… una… puta… locura… - ella intentaba hablar.
Por alguna razón, Levi no podía controlarse, no había podido hacerlo en toda la tarde, Hanji tal vez no lo sabía, pero esa sería la tercera vez que él vaciaría sus ganas y sus fluidos dentro de ella en ese mismo día.
Todo comenzó porque odió ver la forma en la que el imbécil de Jimmy la estaba mirando, todo el mundo sabía que debía respetar a Isabel, pero Hanji era nueva ahí, además nadie creía que Levi Ackerman tuviera una relación seria.
Así que él debía demostrar de una forma más placentera que violenta, que esa chica bronceada era suya.
Pero cuando el cuerpo de la castaña estuvo sobre el suyo, no pudo contenerse, ni siquiera su estúpida costumbre de jamás demostrar sus sentimientos había podido evitar que tuviera sexo con ella dos veces, una en el baño y la otra en el piso de la cocina.
Para su suerte la fiesta había sido un éxito y todos estaban más interesados en gozar y embriagarse con el alcohol legendario de la familia Ramírez, que en espiar a Levi Ackerman.
Todo fue demasiado confuso para la castaña, pasó muy rápido y fue como si alguien más estuviese dentro de su cuerpo.
Para cuando el nuevo día llegó, la castaña ya había hecho todas las cosas que jamás esperó haber hecho, tener a Levi dentro de zonas que jamás imaginó que se sentirían dolorosamente bien o haber actuado de esa forma tan indecente cuando la boca del pelinegro rozaba ese lugar tan mágico.
La peor parte era que, con su consentimiento, la cámara del smartphone de Levi había grabado todo y ninguno de los dos lo recordaba.
Tenía un terrible dolor de espalda y se sentía agotada, algo no andaba bien, pero no sabía decir qué era, se levantó de la cama sintiéndose sudada e incómoda.
Un fuerte impulso agitó su cuerpo completo y acabó en el baño con el rostro dentro del inodoro, era la primera vez que su cuerpo reaccionaba de esa forma al alcohol.
—Mírate, eres un maldito desastre – Levi se apoyó en la pared y miró con desagrado a la chica.
—Me siento terrible… ¿Qué me hiciste? – la castaña preguntó con lagrimas en sus ojos.
—Nada que no quisieras… Y que no disfrutaras – abrió la llave de la ducha y ayudó a Hanji a entrar para que pudiera refrescarse.
—Calma, la primera vez es la peor – el de cabello negro intentó animarla.
—¿De qué hablas? – Hanji puso su mano en su espalda baja, sentía dolor.
—Del licor adulterado… - Levi dejó caer el agua tibia y comenzó a humedecer el cuerpo de la chica poco a poco.
—Debo lucir terrible… - Hanji se quejó, por una extraña razón le avergonzaba verse tan mal frente a él.
—Descuida… He visto peores
—Has embriagado a más chicas y las has traído aquí… Eres un enano idiota – su rostro bronceado reflejaba el dolor que sentía.
Levi sonrió, era increíble lo mucho que podía cambiar esa chica, podía pasar de una violenta mujer que resistió horas sus embestidas a una pequeña chica mareada y débil.
—Te traeré algo – salió de la habitación y la castaña se quedó en silencio.
Poco a poco comenzó a sentirse mucho mejor, el agua había relajado sus músculos y el dolor comenzaba a aminorar.
—Hanji, voy a entrar – Isabel llamó a la puerta.
Hanji se cubrió con sus manos lo mejor que pudo —Te traje esto, es el coctel de borracheras legendario de la familia Church.
Isabel no pareció notar que Hanji estaba desnuda e incómoda.
—Bébelo, es una mezcla de analgésicos y unas hiervas… Te harán sentir mucho mejor.
—Te lo agradezco…
—Oye la fiesta fue un éxito, te juro que jamás creí que algún día vería a mi hermano bailando pegado a una chica – Isabel se miraba al espejo mientras hablaba, sin mirar a la chica en la bañera.
—¿Qué hice qué…? – Levi casi se cayó de su silla cuando su amigo rubio le dijo lo feliz que se veía acariciando las caderas de Hanji con la música lenta.
Furlan dejó salir una sonora carcajada al ver la vergüenza disfrazada de furia en el rostro de su amigo.
—“Desearía haberlo visto” – Hanji pensó.
—¿Por qué lo dices? Seguramente soy solo una más de las que vienen aquí… - Hanji murmuró y bebió la infusión que le habían preparado.
—¿De qué hablas? Mi hermano jamás ha traído a nadie aquí, es demasiado exigente con el orden… creo.
La pelirroja miró hacia el dormitorio, la ropa de Hanji estaba tirada en el piso y no solo la del día anterior sino toda, hasta a ella misma le asombraba que su hermano no hubiese enviado a dormir a Hanji al jardín.
—Pero cuando él vivía aquí seguramente… - Hanji quería respuestas.
—¿Cuánto tiempo llevas saliendo con él? Parece que no tienen mucha comunicación…
—Mi hermano no vivía aquí, si no te lo ha dicho es mejor que no le preguntes… Baja cuando te sientas mejor
La pelirroja evitó todo contacto visual y salió huyendo del lugar, dejando a la castaña con miles de preguntas.
Levi apoyó su barbilla en su mano mientras pensaba en todo lo ocurrido el día anterior, creía haber tenido el control, pero él también había perdido toda noción de sus acciones, al menos por un rato.
Tal vez era real lo que temía sentir por Hanji, y eso era malo, muy malo, necesitaba deshacerse de esos sentimientos ridículos de una vez por todas.
Alguien llamó a la puerta y Isabel saltó desde las escaleras para ser ella quien abriera la puerta.
—¡¡Hola…!! - Isabel enmudeció.
—Llama a Levi, por favor
—Herma… Levi… - Isabel dijo con inseguridad, no sabía si debía llamarlo o fingir que no estaba ahí.
El de cabello negro se inclinó y vio a Isabel muy nerviosa, algo no andaba bien, no tenía el menor deseo de lidiar con estupideces así que se levantó y caminó hacia la puerta.
—¿Qué demonio suce…? – los ojos de Levi se abrieron con sorpresa.
—Hola hijo…FINALMENTE actualicé...
¡¡¡Uf por favor díganme que leyeron el manga de este mes y que están tan asustados como yo !!!
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Todo comenzó con un plan [FINALIZADA]
RomanceLos chicos más populares del campus hacen una inusual alianza para lograr un objetivo ¿Qué podría salir mal? (Mundo Universitario. Una historia en su mayoría sobre los veteranos)