Capítulo 23

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Hanji observó su rostro en el espejo, a pesar de que ahora era una nueva persona no se sentía tan diferente, vestía medias con agujeros por debajo de unos shorts ajustados y las camisetas negras que los demás empleados usaban, pero eso era todo.

—"Si usas el delineador así... Tendrá el mismo efecto, pero te verás más femenina" — Yelena le había aconsejado.

Pasó el pincel por sus párpados y observó el resultado, era la misma Hanji, igual de enérgica, pero mucho más segura.

Sonrió y suspiró, la noche anterior había soñado con la persona que se había quedado con su corazón y había logrado agitar un poco su nuevo mundo.

En su sueño se encontraban en una banca en el parque, Levi sujetaba su mano mientras la observaba como si fuese la mujer más perfecta de la tierra.

Ella le había dicho lo mucho que lo amaba y lo había extrañado y él le había jurado que jamás se alejaría de ella.

Por alguna razón, al despertar no había parado de llorar hasta que el sol volvió a salir, por  un momento pensó en ir a buscarlo, pero ¿Qué haría? ¿Suplicar para que la tomara una vez más, por qué...? ¿Por un poco de lástima?

Eso no sucedería, después de un largo debate mental, su fuerza de voluntad ganó y decidió ni siquiera ver sus redes sociales, solo se torturaría viendo su fingida vida feliz.

—¡Hanji! — Anka gritó desde el interior  —Los de la mesa diez están listos para irse.

—¡¡Ya voy!! — la castaña se armó con su máscara de sensualidad y se dirigió a los ebrios chicos que parecían tener una acalorada discusión.

—¿Se marchan tan temprano? — la castaña se acercó a los muchachos que tenían pinta de deportistas.

—¿Quieres que nos quedemos? ¿Nos darás un show privado? - uno de los jóvenes se incinuó.

Hanji sonrió coqueta —De hecho esta noche habrá un show lésbico

Los hombres de la mesa la observaron perplejos y emocionados deseando que fuese verdad.

—¿Hablas en serio?

—¡Claro que no! Si quieren marranadas, tienen que caminar cinco cuadras más - Hanji señaló en otra dirección con su puñgar y puso un trozo de papel en la mesa.

—Son $320 — dijo mientras los chicos aún se quejaban de su broma.

Un par de ojos claros observaban la escena sin perderse ningún detalle, el hombre de cabellos rubios aún no confiaba en la capacidad de la chica nueva.

Sin embargo, a menudo se encontraba a sí mismo disfrutando de ver la forma en la que la castaña se libraba de las situaciones difíciles o incómodas.

—¿Cuánto daremos cada uno? ¿Quién trajo una calculadora? Usa la de tu celular, imbécil — los chicos aún no podían pagar.

—Cariño, son $320 y ustedes son cinco, por ende les toca a $64 cada uno, no es tan difícil - Hanji se plantó impaciente.

Los muchachos pagaron la cuenta y le dejaron su tan anciada propina, el dinero que ganaba ni siquiera se acercaba a lo que gastaba en un mes en su antigua vida, pero hora era libre y la libertad no tenía precio.

La castaña le mostró el billete de $20 a Anka y la chica la felicitó con su pulgar, —Mañana no tendré turno doble así que podremos ir a embriagarnos un rato ¿Qué te parece?

Hanji se emocionó al escuchar la propuesta, —Deberíamos llevar a Zeke, tal vez así supera su cara de estreñimiento — se burló al ver al hombre tras la barra con los brazos cruzados y su expresión mortal.

Todo comenzó con un plan [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora