Capítulo 17

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El muchacho de ojos negros estuvo en la ducha lo que para Hanji fueron dos horas completas, cada vez que el agua de la ducha dejaba de caer y todo quedaba en silencio, parecía que una nueva arcada aparecía, después de vaciar su estómago Levi volvía a bañarse una y otra vez.

Hanji no se había atrevido a moverse, estaba sumamente nerviosa pues la noche había llegado a su fin y la iluminación matutina rápidamente se apoderó de la habitación.

El sonido de la ducha se detuvo una vez más y esta vez Hanji tuvo el valor de sentarse, nerviosa comenzó a retorcer sus dedos mientras intentaba descubrir si Levi seguía con vida o no.

Para su infinita sorpresa, la puerta se abrió y un muchacho de baja estatura y piel muy pálida apareció con una toalla cubriendo su cintura.

—¡Hanji! – dijo en un tono que la chica jamás había escuchado en él, sonaba nervioso.

—¿Estás bien? – la chica preguntó antes de que él pudiera decir algo más.

—Si, yo… Digo, no… eh, creó que no estoy muy bien – se sentó en la cama junto a la castaña, pero dándole la espalda.

Ella no sabía qué hacer, la situación era extraña —¿Te gustaría que te trajera algo…?

—¿Tienes hambre? Mi madre ya debe estar en el jardín delantero, creo que te llevas bien con ella… Ve a saludarla – el muchacho la interrumpió.

—Pero tú…

—Quiero dormir unas horas… Solo, ve a conocer a mi familia y no digas nada estúpido.

El muchacho se recostó sin mirarla, sin importarle que la humedad de la toalla estropeara el colchón.

—Bien, como digas – la chica se puso de pie y con molestia se vistió y salió de la habitación.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Levi, con el rostro completamente pálido observó la puerta del baño mientras la habitación menguaba sin parar.




—Hanji, ¿Dormiste bien? – tal como lo dijo Levi, Kuchel estaba en el jardín roseando con agua sus amadas plantas repletas de flores de colores.

—Si claro, siento que he dormido por días.

—Entiendo, sé que no cenaste, debes estar hambrienta – la mujer se quitó los guantes y se los dio a una mujer que Hanji ni siquiera había notado.

La mujer mayor condujo a Hanji hasta la cocina   —Preparare unos huevos, mientras tanto puedes beber un poco de chocolate tibio.

Kuchel dio la orden y una de las mujeres con traje de mucama sirvió una taza de delicioso chocolate a la invitada.

—Es raro que Levi no esté ejercitándose ¿Estará bien? - la madre miró hacia el exterior

—“No sabe que Levi ha estado fuera" – Hanji pensó.

—La verdad es que no lucia nada bien – Hanji decidió que no mentiría, pero tampoco debelaría muchos detalles.

Kuchel suspiró con preocupación, y la castaña se preguntó por qué los amigos de Levi temían a esa amable mujer.

—Tal vez quieras llevarle unos analgésicos más tarde

—Estaré encantada – la castaña respondió y en ese momento la puerta se abrió.

—¡DELICIOSO OLOR A HUEVOS POR LA MAÑANA! – una voz rasposa gritó desde detrás de Hanji.

Kuchel se sobresalto  —¡Kenny! Creí que dormías

—¿Dormir? Como puedo dormir con ese puto aroma, apréstate y sírveme treinta me los tragare todos.

Un hombre mayor de aspecto muy rudo se situó cerca de Hanji. —Agrega tocino a esos huevos, los hombres necesitamos de una buena nutrición.

—Berta, dile a Levi que baje a desayunar con su tío – el hombre tomó a Hanji por el hombro y ella lo observó sorprendida.

—Un minuto, tú no eres Berta ¿Y esta quién es?

—¿Ya terminaste tu monólogo? – Kuchel se mantuvo con sus brazos cruzados   —Ella es Hanji, la novia de Levi

—¿Novia? ¡Sabía que ese muchacho no era maricón! Soy Kenny y puedes llamarme Kenny – el hombre celebró y ofreció su mano grande y fuerte como un roble a la chica.

—Un placer conocerlo, soy Hanji – la chica sonrió con seguridad y presionó aquella mano tosca que la apretó con más júbilo del que podía soportar.

El hombre era fuerte, la carne le ardió al sentir el apretón, pero no se quejó, no era su estilo; sin embrago, se puso nerviosa al notar que Kenny la observaba.

—Espera, ¿Qué edad tienes? ¿Quince? – Kenny se acercó   —Levi no es gay, pero es pedófilo como su amigo.

—Tengo más de veinte… - Hanji comenzó a reír.

—Eso es un alivio, y dime ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Por qué no nos habían presentado?

—Eh, yo… - Hanji no pudo responder

—Ese muchacho es un maleducado, te dije que me permitieras educarlo a mí – el hombre miró fijamente la espalda de su hermana.

—A penas llegó ayer – Kuchel giró y miró a su hermano, estaba furiosa.

—Pareciera que intentaron mantenerte escondida de mí, yo no soy un monstruo, ¿Cómo dijiste que te llamas?

—Hanji Zoe, soy originaria del norte

Los ojos de Kenny brillaron con emoción —Un minuto… ¿Zoe dijiste? ¿Conoces a un tal Howard?

—Es mi padre… - la chica no sabía si debía o no decir la verdad   —¿Cómo supo que…? 

—Te he investigado niña…- dijo en tono siniestro y luego comenzó a reír  —Es broma, son científicos de la compañía farmacéutica más poderosa del país, además ese cabello y el color de tus ojos eres idéntica a él.

—¿QUÉ? Acaso creen que los viejos no leemos revistas de ciencia y eso – el hombre se defendió al ver el rostro de las mujeres presentes.

—Lo que digas… - Kuchel le dio la espalda nuevamente

Una mujer con ropa de mucama llevó dos platos y se los dio a Kuchel.

Hanji observaba divertida la discusión entre los adultos que evidentemente eran hermanos que, en el fondo, seguían siendo aquél par de niños que peleaban por sus juguetes.

—Escucha niña, lo que debes saber sobre Levi es que aunque parezca rudo en realidad aún es un niño mimado

El hombre acentuó sus palabras mientras observaba a su hermana  —Me duele que no tomen en cuenta al viejo Kenny – el hombre puso su mano en su pecho fingiendo dolor real.

—Oye niña, llama al soquete, quiero saber si pensaba mantenerte alejada de mí

—Ya basta Kenny, asustaras a Hanji y Levi se irá – la mujer estaba furiosa  —Y no te lo perdonaré

—Oh vamos, solo intento pasar tiempo con mi muchacho…

—De hecho, creo que ha estado ocupado y ahora está muy cansado… - Hanji sonrió interviniendo la conversación.

Kuchel miró sorprendida a la chica, Kenny sonrió y puso su mano en el hombro de la castaña  —Esta si me agrada, habla sin ataduras – el hombre comenzó a reír.

Entonces Hanji se ruborizo, no se dio cuenta hasta ese momento lo mal que su comentario había sentado al momento, al menos para ella y la madre del muchacho.

—Ese chico debe ser todo un semental – Kenny comenzó a devorar los huevos, mientras reía.  —Sus hijos serán robles como el tío Kenny.

—Oh no, yo no dije eso… Creo que tal vez está resfriado – la chica estaba avergonzada.

—Preparare algo para que puedas llevarle – Kuchel puso el plato frente a la castaña. —Es obstinado y no querrá aceptarlo, pero debes asegurarte de que lo tome todo ¿Está bien?

—Sabías que cuando era niño, él y yo solíamos ir a cazar conejos – Kenny sacó su cartera y de ella extrajo una  fotografía de un niño pequeño, pálido y con el cabello largo.

—¿Es Levi? – la castaña preguntó, le pareció sumamente dulce que el hombre conservara una fotografía de su sobrino en sus pertenencias.

—Si es él, era un mocoso muy rudo, pero se fue a la Universidad y se volvió mamón

Hanji no pudo evitar reír, pensó en el miedo que su novio falso infundía en las personas de la Universidad y en su casa era visto como un gatito.

Todo comenzó con un plan [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora