Final

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Lo siguiente que Hanji vio fue una especie de luz blanca, todo era demasiado confuso, pero logro distinguir el rostro de un hombre quien le hablaba y la iluminaba con una linterna.

Después de lo que pareció un viaje al infierno pues todo su cuerpo se envolvió en fuego, finalmente pudo despertar y ver que había sido tan afortunada en sobrevivir a algo así; sin embargo, algo no estaba bien.

Algo dentro de ella se sentía roto y vacío, no podía moverse, su cuerpo estaba muy dañado y su alma hecha pedazos, otra vez se había equivocado, había confiado en alguien que solo la había lastimado y esta vez era peor, el hombre la había dejado viva solo porque otro había intervenido.

—Hanji, soy el doctor Magath, ¿Cómo te sientes? – el hombre hizo una pregunta estúpida a los oídos de la chica.

—Mal… - sintió como si un nudo en su garganta le impidiese hablar con normalidad.

—Déjame decirte que eres todo un milagro, a pesar de todos los golpes no tienes hemorragias internas, solamente muchos hematomas y algunos huesos rotos, nada que el tiempo y mucho descanso no cure.

—¿Voy a vivir? – preguntó sorprendida de su propia condición.

—Si, te revisamos la presión, tus niveles de azúcar, colesterol… y todo está bien, además te hicimos una prueba de embarazo y tengo que decir que…

—No lo diga, por favor… no quiero saber – con terror en el alma interrumpió al doctor, realmente no queria saberlo, no necesitaba más peso en su mente.

—Entiendo, vendré más tarde a verte, está bien, por ahora te dejaré con él – dejó las notas sobre la mesa y se marchó.

—Buenos días – una voz masculina saludó con aparente alegría, hasta ese momento la chica notó que no estaban solos con el doctor.

Hanji vio a un hombre castaño con uniforme de policía frente a ella —¿b qué hospital estamos? –  dijo mientras sentía que su voz salía apenas y con muchísimo dolor de su garganta. En realidad temía que ese hombre fuese alguien enviado por Zeke para terminar el trabajo.

—Estás en el hospital Central, por suerte alguien llamó un taxi y te trajeron aquí, creo que querían que te trajeran lo más silenciosamente posible, por lo que tengo que investigar qué ocurrió – el hombre se sentó frente a la castaña y entonces ella pudo ver su rostro.

—Oye, yo te conozco… ¡Ayúdenme, quiere matarme! – gritó desesperada al creer que era efectivamente un hombre de Zeke.

—Cálmate Hanji, no voy a hacerte daño, puedes llamarme Marcel y soy oficial de policía confía en mí, no estoy aquí para hacerte daño… - miró a su alrededor como asegurándose de que nadie escuchara lo que diría —Te diré la verdad, tomé tu caso por un motivo personal.

La chica dejó de retorcerse y aún con desconfianza, escuchó lo que ese hombre tenía que decir.

—Varios años atrás, una amiga vivía y trabajaba con un hombre que es más peligroso de lo que ella creía, a pesar de mis advertencias, ella se quedó junto a él, hasta que un día me visitó en mi apartamento, me dejó su bolso con sus documentos y su dinero, para que después de unos meses la ayudara a huir de él muy, muy lejos… ese hombre era tu jefe Hanji.

—¿Por qué me dices esto? – la chica tuvo que soportar el dolor que se había causado al intentar huir.

—Quiero ofrecerte un trato – el hombre la tomó de la mano —Por favor, dime lo que sabes y yo te ayudaré a salir de la ciudad sin que Zeke te encuentre, porque sabes que es cuestión de tiempo antes de que sepa que estás viva, me gustaría decirte que lo meteré a la cárcel po lo que te hizo, pero es imposible, ha manipulado a mi jefe y es más fácil que me asesine o a mi estúpido hermano antes de que yo pueda tocarlo, pero puedo ayudarte a ti a vivir tranquila, lejos de aquí.

—¿Qué quieres saber?

—Escuché rumores sobre que Zeke ha encontrado a la chica que te conté antes, si puedes confirmar esto, te ayudaré con mi vida si es necesario – el hombre no mentía, podía verlo en sus ojos.

Hanji lo pensó durante un rato, pensaba en que tenía un 50% de posibilidades de que al aceptarlo el hombre la matara, pero tenía igual posibilidad de que el hombre la ayudara y advirtiese a Pieck sobre el peligro que corría.

—“Ya no me queda nada que perder" – se dijo a sí misma, tomó valor y habló —Es cierto, alguien le envió las fotos de ella y su dirección – por ningún motivo le revelaría que existía un hijo del que incluso Zeke desconocía su existencia  —Yo escondí la información y es por eso que terminé aquí.

—¿Zeke no lo sabe? – el hombre se puso de pie y se alejó unos pasos de la chica amoratada.

—Aún, no lo sabe aún, pagará para que le envíen la información nuevamente eso es seguro, tal vez ya la tiene – Hanji suspiró decepcionada, su sacrificio tal vez había sido en vano.

—Has cumplido con tu parte te prometo que en cuanto puedas ser trasladada, te sacaré de aquí – el hombre sonrió feliz y se acercó a Hanji.

—Aguarda, a cambió de este favor solo pido que te asegures de que esa chica se vaya tan lejos como pueda ahora mismo, yo saldré de esta ciudad por mi cuenta, de eso estoy segura – la castaña intentó sonreír, pero estaba entumecida.

—¿Por qué arriesgas tu vida para ayudar a alguien que no conoces? – el oficial no lo podía creer.

—Yo también sé lo que se siente no tener control sobre mí misma, que alguien me acose para ser lo que ellos querían que fuera y aunque jamás me dañaron físicamente, las heridas sentimentales son tan fuertes como las físicas – ese pequeño bebé rubio también era en gran parte el motivo, no soportaría que Zeke matase a la madre y lo criase como a un animal al igual que el abuelo lo hizo con Levi.

—Eres un ángel – el castaño se acercó para besar su frente —Te estaré eternamente agradecido y ella también, te prometo que le hablaré de ti, ahora debo irme, pero no te dejaré sola, tienes visitas – el hombre le mostró su cálida sonrisa.

—¿Visita? – la primera persona en quien pensó fue Anka, pero si Zeke la creía muerta, seguramente la chica no sabía nada sobre ella así que no tenía idea de quién podía ser.

—Tenías un número escrito en la palma de la mano así que marcamos y los llamamos, te veré luego Hanji Zoe – el policía abandonó la habitación, mientras la castaña aguardaba impaciente para ver de quien se trataba.

El corazón de Hanji casi se detuvo cuando dos personas entraron a la habitación, con rostros serios y  pálidos por la impresión —Hanji… - su madre apenas pudo pronunciar una palabra.

—Mamá, papá – la castaña no sabía que hacer, sabía que una lluvia de arena se le venía encima, pero esta vez no se quedaría callada soportando lo injustos que eran.

—Linda, yo… - su padre intentó decir algo, pero ella lo interrumpió —No, papá está vez hablaré yo… - dijo con esfuerzo en su voz y su padre guardó silencio.

—Lamento que tengan que verme en esta situación, pero aunque no lo crean he sido más feliz en estos meses lejos de ustedes que toda mi vida bajo su tutela, la verdad es que ya no me importa si los enorgullezco o no, porque estoy viviendo mi propia vida, la vivo como yo quiero y soporto las consecuencias de las cosas que yo escojo, los amo, pero aunque tenga que pasar por estas cosas, prefiero vivir al borde de la muerte que volver a ser su títere… - las palabras se congelaron en la boca de la chica.

Los ojos de sus padres se llenaron de lágrimas, pero Hanji estaba sorprendida de ver a su madre así, ella jamás la había visto como a una humana y ese día frente a ella, la mujer lloraba sin contenerse.

—He sido la peor madre – la mujer mayor sollozaba sin poder detenerse —Te juro que estoy arrepentida, arrepentida de haber sido una estúpida y haberle dado la espalda a lo único que importa: mi propia hija – la mujer se arrojó en la cama para abrazar a su hija —Lo siento Hanji, yo te amo mucho y te prometo que sin importar qué elijas, yo lo respetaré y te apoyaré, jamás volveré a dejarte sola, eres pequeña bebé.

Al principio estaba confundida, no fue ni por cerca la respuesta que esperaba, pero en cuanto sintió el calor de su madre sus ojos se llenaron de lagrimas y no pudo evitar sentirse feliz como nunca en años.

—Lo sentimos tanto, hija, supimos lo que hiciste en la universidad y te juro que nunca había estado tan orgulloso de ti, tienes el carácter de tu madre – su padre se había sumado al abrazo y después de mucho tiempo parecía que finalmente las cosas estaban en su lugar y que de ahí en adelante su suerte solo mejoraría.



Levi condujo durante horas hasta llegar a un viejo motel de paso, no tan lejano como el que visitó con Hanji, pero lo suficiente como para que fuese un viaje de un día entero ida y vuelta a la universidad.

Estaciono su auto y esperó en el exterior del apartamento 16, el sol brillaba fuerte en la cima del cielo mientras el hombre con las gafas de sol observaba la puerta fijamente.

De pronto esta se abrió y una elegante mujer salió, hizo un gesto con su mano e invitó a entrar al muchacho, este obedeció y cerró la puerta tan pronto estuvo dentro, se giró y entonces la mujer se lanzó sobre él, lo envolvió entre sus brazos y lo presionó tan fuerte como pudo.

—Debo decir que me sorprendí mucho cuando me llamaste, mamá – el pelinegro devolvió el gesto y sonrió sintiendo el amor verdadero, el de su progenitora.

—Lamento haberte citado en un lugar tan vulgar como este mi amor, pero nadie debía sospechar – Kuchel observó por la ventana como si fuese una misión secreta del Gobierno lo que se llevaría a cabo esa tarde.

—¿Sospechar? Por favor, dime que Kenny no te está buscando o peor aún, Kenji, te juro que solo quiero un motivo para matarlo – el azabache presionó sus puños con fuerza.

—Levi, tienes que prometer que harás lo correcto, sin importar que me ocurra a mí – ella tomó a su amado hijo de las manos y continuó —Siempre debes pensar en tu bienestar, promételo.

—Jamás podré darte la espalda mamá, eso no va a pasar – Levi comenzaba a temer que su madre hubiese planeado una misión suicida con su reunión de esa tarde.

—No me darás la espalda, cariño, solo harás lo que yo jamás tuve valor de hacer – de su bolso sacó una carpeta repleta de lo que parecían ser hojas de papel tamaño carta —Ten, cuida esto con tu vida, por favor amor, haz lo correcto.

Con los ojos llenos de lágrimas le dio el último abrazo a su hijo —Debo irme antes de que tu abuelo se pregunte donde estoy, debes recordar que te amo demasiado y siempre estaré orgullosa del hombre en quien te has convertido.

—Mamá, por favor no te vayas – Levi temió que pudiese ser la última vez que vería a su madre, pero no podía retenerla, debía respetar su decisión y confiar en su sabiduría.

La puerta se cerró y Levi se quedó solo nuevamente, escuchó el motor del auto de Kenny alejarse, su madre había robado el auto de su hermano para poder ir a ver a su hijo y entregarle algo que era tan importante como su vida misma.

El azabache abrió la carpeta y se congeló al ver su contenido, sabía que debía actuar, pero cómo, no podía arriesgar a su madre, tendría que actuar pronto, eso era claro, pero por ahora debía mantenerse al margen.

Subió a su auto y condujo hasta quedarse sin gasolina, luego dejó su auto ahí en la vía y continuó a pie, podía haber pasado un día de viaje y  ser ahora las tres de la mañana, pero no había de qué preocuparse, ahora estaba en casa.

—Bienvenido al barrio, Levi – un hombre de aspecto extraño salió de ninguna parte y saludó al azabache —Todos se podrán felices al saber que estás de vuelta.

Levi continuó su camino, estuvo tentado a pedirle que lo mantuviera en secreto, pero eso solo levantaría más dudas. Después de un rato finalmente estuvo frente a una casa vieja y descuidada, tocó un par de veces hasta que la puerta se abrió.

.

Unos días después Levi despertó, temprano como de costumbre y se encontró con una grata sorpresa, tenía un mensaje de texto de un número desconocido.

—“Por favor, llámame soy Hanji y necesito tu ayuda” – el pecho de Levi se aceleró, estaba feliz, la castaña quería hablar con él después de que creyó que tal vez jamás volvería a verla.

No esperó mucho más y presionó el icono que lo comunicaría con la castaña —¿Hanji eres tú? – se apresuró a cuestionar sin esperar a que la otra hablara.

—Hola Levi – una voz femenina, pero nasal respondió del otro lado, por un momento hubo dudas, pero después se convenció esa era su Hanji, solo que parecía tener una fuerte infección en la garganta.

—¿Estás bien? – el azabache notó que algo extraño sucedía —Fue una sorpresa que me escribieras…

—Te escribí porque necesito que me envíes las fotos que te di – hizo su mayor esfuerzo por hablar “normal" después de que gracias a uno de los golpes la dejara al borde de quedar muda.

Levi suspiró, sabía la respuesta a su pregunta, pero tenía que hacerla de todas formas —¿Puedo llevártelas yo? Estoy a punto de hacer algo y no conozco a nadie más listo que tú, necesito que me aconsejes.

—Levi, lo lamento mucho, pero creo que tendrás que luchar contra tus asuntos tú solo, por favor envíame las fotos es todo lo que pido – fue un poco más ruda de lo que esperó, pero sus cuerdas vocales parecían clavos.

—Entiendo… dime en quien confías en el campus, porque no estoy ahí y no creo que pueda volver en unos días – el muchacho se sintió más solo que nunca.

—Moblit, pero las necesito ahora.

—Bien aguarda unas horas, fue un gusto saber de ti – finalmente se daba cuenta que tendría que vivir con las consecuencias de su inmadurez y mala suerte —Quiero que sepas que puedes llamarme siempre que lo desees, yo siempre estaré aquí para ti.

Por un momento hubo silencio en la línea, Hanji parecía pensar en lo siguiente que diría, o eso fue lo que Levi creyó porque la reacción de la chica fue muy diferente a lo que esperó.

—Levi… - dijo con la voz entrecortada —Fuiste el primer y único chico al que he querido realmente – no pudo evitar que las lágrimas inundaran su rostro —Creo que después de esto no vamos a volver a vernos y quería que lo supieras, cuídate mucho y sé feliz, te amé mucho, pero debemos seguir con nuestras vidas.

La habitación se sumergió en tinieblas y silencio, lo único que Levi podía escuchar era su propia respiración mientras sus pensamientos lentamente se materializaban como una esfera de luz brillante en su cabeza.

—Hanji tiene razón – dijo mientras las palabras se desvanecían en el aire peri perduraban en su mente —Debemos seguir adelante, si ella tiene el valor para continuar con su vida yo también lo haré y me haré cargo de lo que he tenido que hacer desde hace mucho.

Tomó su chaqueta, sus llaves y la Jeep de su amigo, salió a la carretera principal y desapareció por el camino dejando una estela de polvo que era apenas visible con las débiles luces de un nuevo día.



Esa noche Zeke no se fue a su casa, cualquier sitio parecía un lugar mejor para estar, se quedó toda la noche ahí al pie de la fuente central bebiendo de una botella de lo que fuera, acompañado solamente por el fantasma de una mujer que amo y perdió por sus propias decisiones.

—No he vuelto a ser feliz desde que te fuiste, amor, estuve solo desde que era un niño y lo sabes – limpió los mocos que brotaban de su nariz con la manga de su chaqueta y bebió hasta casi terminar la botella.

—Mi madre se encargó de alejar a papá, solo le importaba cuanto dinero podía sacar de él, lejos de ella papá tuvo mejor suerte, encontró una mujer fabulosa que lo amaba y le dio un hijo que si llenó sus expectativas, yo amaba a papá, pero jamás le perdoné que me dejara con mi madre – miró al cielo con la esperanza de que lloviera para poder pescar tuberculosis o algo peor y por fin poder morir.

—Mi madre volvió a casarse y se olvidó de mí como su hijo, olvidó que necesitaba atención, que yo también necesitaba ser amado, mi padre estaba lejos y me encontré realmente solo, pero cuando te encontré a ti, todo ese vacío desapareció, nunca creí que podía ser feliz, pero tú me demostraste que la vida es hermosa, que alguien me amaba y que yo podía amar como loco... – tomó un respiro mientras luchaba con el alcohol que amenazaba con regresar por su garganta.

—Es por ese amor que estoy aquí, Pieck, estoy muy avergonzado, no sé si podré verte a la cara cuando te encuentre y fingir que no lastime a esa pobre chica, alguien a quien consideré una amiga leal, pero intentó alejarme aún más de ti y sabes que yo haría lo que fuera por volver a llenar este vacío con tu presencia – se suponía que el sobre con la información llegaría ese día y Zeke no sabía si estaba listo para volver a ver a su chica.

No había cumplido con el trato, era todo lo que Pieck soñaba, pero solo por fuera, por dentro seguía siendo un nefasto ser humano lleno de rabia y soledad. Sin embargo, la posibilidad de ver de nuevo a esa chica de cabello negro y baja estatura, lo estaba matando.

—Tengo que ser valiente y proponerme cambiar realmente, te prometo que seré mejor, esta vez en serio, solo por ti amor – se puso de pie como pudo y tambaleándose caminó rumbo a su bar, las manos le sudaban, aún con todo ese alcohol en su organismo, estaba muy nervioso, por un momento sintió como si alguien lo observaba, pero sabía que nadie se atrevería a dañarlo en su ciudad.

Entro hasta su oficina y arrojó las llaves en el escritorio, pesadamente se dejó caer en su silla y se froto el rostro con ambas manos, pensando en lo tonto que debía verse llorando a mares por una mujer que se había marchado hacía muchos años.

—¿A qué debo aferrarme si no es a ella? – pensó en que no podía ser más miserable, buscando en un fantasma la satisfacción que jamás volvería a tener.

—Hola, Zeke, te ves para la mierda – una voz femenina sacó al rubio de su cabeza.

—¡¡Hanji!! – su corazón casi se detuvo ante la presencia de un fantasma frente a él, había bebido tanto que por un momento creyó que había enloquecido —¿Eres tú, realmente estás aquí?

—Claro que soy yo, idiota – con esfuerzo se sentó frente al escritorio de su ex jefe.

—Parece que me mintieron, no moriste… - dijo en tono frío, sentía aprecio por ella, pero no le importaba si vivía o no, comenzó a considerar la posibilidad de matarla con sus propias manos, pero ella era lista y se adelantó a sus pensamientos.

—Tal vez pienses que no te queda más opción que asesinarme tú mismo y luego a quien me dejó vivir y te entiendo – metió la mano en el bolsillo interno de su chaqueta para buscar algo —Pero antes, tienes que preguntarte esto, ¿Vale la pena?

—¿Asesinarte por haberme traicionado? – Zeke comenzaba a comentaba perder la paciencia —Lo vale – afirmó sintiéndose superior a la “torpe” chica frente a él.

Como lo hizo en la universidad, Hanji azotó un trozo de papel en el escritorio, sintió un dolor agudo recorrerle el cuerpo, pero no había tiempo para sufrir, el gozo que le daba ver el rostro desencajado de Zeke valía cada segundo de martirio que había sufrido en su viaje hasta ahí.

—¿Vale la pena matar a la única persona que sabe ahora dónde está ella? – la castaña quitó la mano y le permitió a ese par de ojos azules ver la fotografía de Pieck en Australia.

El hombre rubio se quedó completamente mudo, Hanji estaba llena de sorpresas, primero regresaba de entre los muertos y ahora intentaba chantajearlo, a él, el rey de esa ciudad, un hombre que no había perdido jamás desde que había empezado a apostar con la vida de los demás en el bajo mundo.

—Quiero que recuerdes este momento de aquí en adelante, cuando quieras meterte con alguien que consideras tonto o menos que tú, no siempre vas a ganar… - se puso de pie y caminó hacia la puerta —Y menos contra mí, te veré… ¿qué te parece jamás? Si, eso está bien, jamás – fingió reír para burlarse del hombre frente a ella.

—¡¡Basta!! – Zeke se puso de pie, ya lo había decidido, la estrangularía él mismo —¿Cómo te atreves a…?

—Oh si, tal vez estés pensando en torturarme para obtener la información y asesinar a alguno de tus hombres, por el simple hecho de ser más humano que tú – volvió a introducir la mano en su chaqueta —Pero, también debes considerar esto – lanzó un trozo de papel al piso.

Zeke lo observó con rabia —Anda recógelo – la chica lo retó, definitivamente esto sería lo último que haría, Hanji Zoe no viviría un minutos mas…

Su piel cambió de color, sus manos comenzaron a sudar, no era solo un trozo de papel arrugado, era otra fotografía y esta era especial.

—Así es… tienes un hijo – Hanji sonrió —Nunca vas a poder encontrarlo, alguien se encargará de eso, pero si por lo menos quieres que viva junto a la mujer que amas, serás obediente, te quedarás ahí sentado hasta que me vaya, si crees que puedes hacer algo estás equivocado – Hanji se sintió tan bien, estaba asustada porque no había garantías de que su plan funcionara, pero ser quien tiene el control después de ser solo una oveja al mando de alguien más, era la mejor maldita medicina.

—Si mi amigo no recibe señales de que estoy bien dentro de diez minutos va a buscar y a matar a tu hijo, si me matas lo tendrás aquí… en una caja – Hanji amenazó como si fuese toda una profesional, cuando la verdad era que la adrenalina y las drogas medicadas eran todo lo que la mantenía de pie.

—Nunca creí que llegaría este día – Zeke se puso de rodillas mientras observaba la foto —Hanji, te lo suplico, dime dónde están, por favor, sabes que no soy un mal hombre, solo quiero poder verlos y tenerlos conmigo.

—Zeke – Hanji sonrió con calidez —Sufre y paga por todo lo que has hecho, jamás estarás con ellos, pero te doy mi palabra de que no voy a lastimarlos mientras tu amigo Galliard y yo estemos con vida ¿Entendiste? – su gesto cambió de amistoso a lleno de odio —Hasta nunca, Zeke Jaeger.

Tal y como lo dijo, Hanji salió del bar por sus propios medios y abandonó la ciudad con la cabeza en alto dentro del auto de sus padres, la ciudad era hermosa y por algún motivo le dolía marcharse, pero ahora estaba segura de que estaba completa, no era más una niña asustada y tampoco una chica impulsiva, ahora era ella solamente Hanji Zoe, la auténtica Hanji Zoe.



Cuatro personas almorzaban en una mesa gigantesca, que precisamente por su tamaño le daba a la habitación la sensación de estar mucho más desolada, el sonido molesto y fuerte de tres hombres rústicos masticando con la completa falta de modales, era lo único que acompañaba el ambiente.

—Esta sopa sabe a mierda, cada vez eres más floja para cumplir con tus labores – el más viejo empujó el plato y le ordenó a su hija que trajera algo más para comer.

La mujer estuvo a punto de levantarse cuando la puerta se abrió abruptamente golpeándose contra la pared —¿Eso crees? Porque a mí me parece que está muy bien – el más joven de la familia entró y tomó su lugar en la mesa.

Como si nada ocurriera puso su plato frente a él y comenzó a comer bajo la mirada perpleja de los cuatro mayores, —¿Levi, qué mierda haces aquí? – Kenny fue el primero en romper el silencio.

—Estoy comiendo, ¿Acaso no lo ves, idiota? – el azabache respondió sin levantar la vista.

—Vaya, vaya, parece que finalmente le brotaron un buen par de huevos – Kenny comenzó a reír; sin embargo, otro miembro de la familia no encontró la situación para nada cómica.

—¿Crees que esto es un hotel? – el abuelo lanzó el plato al piso —Deberías estar en esa pérdida de tiempo que llamas universidad, cada segundo de tu puta existencia solo genera problemas y costos.

Levi alzó los hombros y continuó comiendo, esperaba poder hacer que su abuelo lo atacara para poder deshacerse de él finalmente, pero lo que ocurrió lo dejó sin palabras.

—Maldito mocoso inútil, no eres más que un desperdicio

—¡¡Ya basta!! – Kuchel lanzó un grito histérico —¿Por qué dices cosas tan crueles? – a pesar de poseer un semblante frío, la mujer era dulce y tenía un corazón repleto de amor, las lágrimas inundaron sus mejillas, ese amor que sentía la había llevado al límite de su tolerancia. Al frente, Levi observaba la escena atónito, por primera vez en años se sentía amado y defendido por su madre.

—¿Por qué castigas a mi hijo por mis errores? ¿No es suficiente castigo el haber crecido bajo tu sombra? Tuvo que soportar tus castigos y tus estúpidos ideales sin que su propia madre lo apoyara y todo por temor a ti – la mujer de baja estatura se puso de pie —Pero eso se acabó, jamás voy a permitir que ninguno de ustedes quiera pasar sobre él jamás, estoy harta de su…

Sin previo aviso, Kenji se puso de pie e hizo callar a su hermana de un golpe —No eres más que una puta, no tienes derecho de ordenar nada en esta casa, si no querías que tu hijo sufriera no debiste haberte embarazado y parido un bastardo…

Un golpe dejó a Kenji fuera de combate, la culata de la pistola de Levi se había estampado con toda la fuerza del menor contra su nariz, y un segundo golpe lo envió al piso, pero Levi no estaba complacido, jamás lo estaría hasta que ese imbécil estuviese bajo tierra, él y todos los demás que habían hecho de su vida un infierno.

Continuó golpeando el rostro de su tío hasta que necesitó una cirugía, los gritos de su madre fueron lo único que separó a Kenji de la muerte. Levi se puso de pie y ensangrentado observó a los dos que quedaban.

—Las cosas van a cambiar aquí – dijo limpiando la sangre que había entrado en su boca, de su espalda sacó una carpeta y la arrojó hacia su abuelo —Pensaba llevar esto a la policía, pero pensándolo mejor, creo que a esta familia le hace falta un cambio.

Con un movimiento rápido, el peligro apuntó su arma hacia su abuelo —Si te mueves te mataré primero – amenazó a Kenny.

—No pienso hacerlo – el del sombrero sonrió, era el único sádico que parecía disfrutar con todo aquel espectáculo —Soy viejo, pero mi vida aún vale algo, además no todos los días se puede gozar de un show como este.

—¿Qué me impide matarte, anciano? – se dirigió de nuevo a su abuelo —¿Eh? - quería hacerlo, pero se contuvo porque la razón por la que su madre evitó que matara a Kenji fue porque no quería que se convirtiera en uno de ellos —Desde hoy las cosas van a cambiar, mi madre no será más su sirvienta, además ella se encargará de contactar a todos sus hermanos y sobrinos que han sido vendidos a otras familias y si quieren volver lo harán y tú, viejo infeliz no lo vas a impedir ¿Entendiste?

—Tienes ahí tanta evidencia para hundirnos, no fuiste a la policía porque eres un marica  que… - el abuelo intentó usar la intimidación mental con Levi, pero no funcionaría no con él.

—No le temo a la cárcel, no fui a la policía porque me sirve más tenerte en mis manos que fuera de mi camino, pero sé que tú si le temes, eres viejo y tienes muchos enemigos, así que cierra la boca o ve como destruyo todo lo que tú y tus antepasados crearon – Levi sentenció a su propio abuelo, bajo la mirada atónita de su madre y la expresión risueña y divertida de Kenny.

—No voy a oponerme a su negocio, pero exijo una buena vida para mi madre – dejó de apuntar a su abuelo —Sé que eres un hombre de negocios así que a cambio de eso te ofrezco mi exilio con la amenaza de que si no cumples con el trato los hundiré hasta la cabeza en mierda ¿Trato hecho?

—No lo hagas hijo – Kuchel tomó a su muchacho de la mano.

El hombre de mayor edad, sonrió —Parece que eres más listo de lo que creí, bien, acepto, cumpliré con el trato, nunca creí que sería tan fácil deshacerme de ti.

—Mientes, finges que no estar asustado, pero la verdad es que me necesitabas para el futuro de tu negocio, así que ya deja de mentir viejo inútil – Levi finalizó con su abuelo y abrazó a su madre, sería la última vez que se verían en esa vida, pero al menos estaba feliz de poder garantizar una buena vida para ella.

—Aguarda, puedes volver a la universidad, termina tus estudios, prometo que me encargaré incluso de los gastos de tu graduación, no desperdicies tu vida como yo lo hice – Kenny se puso de pie —Tu madre me vigilará y te mantendrá informado de todo, confía en mí.

—¿Por qué? – fue todo lo que el más joven pudo decir.

Kenny se encogió de hombros —Adiós Levi – dijo y salió de la habitación.

—Adiós, idiota – Levi sonrió admitiendo que ese viejo decrepito era en realidad la única figura paterna que había tenido.

—Aún no es tarde, bebé – Kuchel se sujetó con fuerza a la camisa de su hijo.

—Claro que no madre, sé feliz y no te preocupes por mí, sé que un día podremos estar juntos y ser felices – abrazó a la mujer que le dio la vida por última vez y salió de la casa, conduciendo con prisas la camioneta de su amigo de la infancia, alejándose de lo que una vez fue toda su vida.

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Tres hombres se reunieron en la biblioteca donde todo inició, tres puños chocaron en el aire, tres vidas que lejos de terminar a penas empezaban, tres hombres que un día fueron niños y que ahora se preparaban para salir finalmente al mundo real.

—Levi, Mike, quiero decirles que es una pena que ninguno se quede a la fiesta de despedida – Erwin bromeó, tal vez por última vez con sus mejores amigos —Quiero decirles que fue todo un honor haber sido parte de sus vidas y estoy feliz de que ustedes estuvieran en la mía.

—Por favor, hermano no te pongas sentimental – Levi fue tan frío como siempre, pero su expresión decía todo el dolor que sentía al encontrarse a punto de marcharse a una vida vacía y triste sin ese par de idiotas apoyándolo sin saberlo.

—Mi vuelo parte en unas horas, la terapeuta de Nana recomendó que se tomará unos días lejos de su casa, pero es fuerte y quiere ocuparse de la venta cuanto antes, así que me iré sin poder despedirme de todos; sin embargo ustedes… son los mejores imbéciles que alguien puede conocer, les prometo que jamás los olvidaré – Mike les dio una palmada en el hombro a cada uno.

—Es un lindo gesto que estés con ella aún en estos momentos – Erwin añadió.

—Ella es mi motivo para seguir adelante, jamás voy a alejarme de ella – el castaño admitió sin ningún tipo de reservas.

—Se que un día nos volveremos a ver, par de idiotas – fue todo lo que alguien como Levi podía decir.

Después de una dolorosa separación, el más bajo recogió su equipaje y se despidió de aquella casa que había sido su hogar durante los últimos años —Mantenla limpia ¿Entendiste? – amenazó a quien sería ahora el líder de la Hermandad, era increíble la soledad que se respiraba en aquella casa que un día estuvo llena de deportistas descerebrados y sudados.

—Claro que si, amigo – Eren sonrió con tristeza y se despidió del hombre que un día admiro.

Todas sus cosas cabían en su auto, así que condujo con su vida entera dentro de él, el viaje demoró casi dos días parando solamente para cargar más gasolina y cuando finalmente se detuvo, estuvo en casa.

Abrió la puerta y un par de rostros conocidos lo abrazaron con amor —Hola chicos – Levi abrazó a sus amigos Farlan e Isabel y entró al único lugar al que había pertenecido desde niño.

La puerta de la casa se cerró y dentro tres amigos celebraron juntos que por poco tiempo la familia estuvo completa.

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—“Brrr" – un sonido extraño —“Brrr" – despertó a Levi Ackerman en el medio de la noche —“Brrr"

—¿Qué demonios? – la pantalla iluminó el rostro adormecido del pelinegro, de pronto sus ojos se abrieron por completo por la impresión, saltó de la cama y corrió al exterior y se marchó tan pronto como llegó.

El escandaloso motor del problemático joven de cabello negro sacudió la noche y anunció a todos que el líder se marchaba nuevamente.

Dentro, Levi sudaba nervioso mientras conducía tan rápido como podía, dos kilómetros antes de su destino se detuvo, se cambió de ropa, lavo sus dientes y peino su cabello, quería verse lo mejor posible, lo que había soñado se hizo realidad mucho antes de lo que él esperó.

Al llegar a aquel hotel de paso, se estaciono y bajó de su auto, su corazón casi saltó de su pecho al ver, afuera de esa habitación que una vez compartieron a aquella loca mujer que sin pretenderlo, lo enamoró y lo hizo más feliz que nada en el mundo.

Corrió hasta que estuvo frente a ella y sin decir nada, la estrujo entre sus brazos en un abrazo lleno de amor y sueños reprimidos.

—También me alegra verte – Hanji sonrió y correspondió el abrazo, sintiendo que finalmente estaba en el lugar al que pertenecía y del que no se marcharía jamás.

Y así dos personas que no pretendían estar juntas, dos personas cuyas vidas se entrelazaron por un simple juego de adolescentes, unieron sus vidas y se quedaron juntas hasta que vieron su último día llegar.

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Quiero agradecer a todos y todas las que siguieron esta historia desde su comienzo, mitad o final, muchas gracias por su apoyo, sus comentarios, sus estrellitas y sus recomendaciones.

La verdad es que jamás creí que esta historia gustaría tanto, ya les he contado que escribí los primeros capítulos y no me atrevía a publicarlos, pero para mí es tan grato ver que le dio entretenimiento a muchas personas que gozaron y sufrieron junto a mí y nuestros amados personajes de nuestro amado anime.

No me queda más que decir GRACIAS OTRA VEZ, espero que haya sido de su agrado, en serio que si y pues nos vemos en la próxima historia.


Ah sí, quiero dejar una última recomendación de anime, si aún no han visto KIMETSU NO YAIBA, les recomiendo que vayan YA a verlo, ya terminó y estoy sufriendo mucho por eso, me enamoré muchísimo de ese anime, y a pesar de lo que algunas personas dicen, ES ORO PURO.

Gracias por leer hasta aquí, ahora una pequeñísima escena pos créditos jeje:

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Un tiempo después



En el muro de la sala una colección de retratos narraban la vida que ese par de amantes había tenido desde su encuentro en aquel motel, momento en el que decidieron que serían una familia, solo ellos contra el mundo. Fotografías que recordaban su viaje a Nepal, la tierra de los Hobbits en Nueva Zelanda, la aurora boreal en Noruega y en ese mismo país, Hanji finalmente conociendo a quien la llamaría tía Hanji hasta su adultez, Jacob en los brazos de Hanji sonriendo junto a una mujer de cabello negro y largo, una mujer que debía su vida a esa extraña que lo arriesgó todo por salvarla a ella y a su bebé.

—¿Pasa algo? – Hanji se acercó a su esposo.

Sin decir una palabra Levi le mostró la pantalla de su smart a su esposa y esperó a que terminara de leer lo que yacía escrito.

—Esto es… lo lamento mucho mi amor – la castaña abrazó al hombre junto a ella.

—Él no fue más que una pesadilla para mí – dijo casi sin aliento.

—Esto es una señal – la mujer se sentó en las piernas del pelinegro —¿No lo crees? – besó sus labios con pasión, esa de la que sólo ellos podían gozar aún con diez años de casados y viviendo lejos, muy lejos de todo lo que conocían.

—Con Kenny huyendo de la ley, Kenji en la cárcel y el abuelo muerto, tal vez tengas razón, ya fue demasiado tiempo lejos de casa – se levantó con su mujer en brazos y la recostó sobre la cama.

—Isabel me insiste cada día – Hanji cerró los ojos mientras el azabache dibujaba un camino de besos desde su cuello hasta su pecho —Quiere que estemos todos juntos allá cuando el bebé nazca.

Levi sonrió y abrazó a su esposa —Tiene miedo de ser madre primeriza, te agradezco por apoyarla.

—Los amo, son mi familia, estoy feliz de que quiera compartir esta fase con nosotros, además sé que  Farlan estará feliz de tener apoyo extra – Hanji se apoyó en sus codos para ver de cerca a Levi.

—Te amo, Hanji – el hombre beso con ternura la punta de la nariz de su chica hermosa.

—Te amo, mi amor – ella sonrió, finalmente era feliz —¿Te parece si lo hacemos por última vez en esta casa? – dijo riendo.

—Ni siquiera hemos comprado los boletos de regreso, créeme esta no será la última vez – Levi apagó la luz y se unió en cuerpo y alma a la mujer que amaba y amaría para siempre.


FIN.



Todo comenzó con un plan [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora