Capítulo 12

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Mi cuerpo yacía acostada en una camilla siendo llevada por varios enfermeros, lo único que mis ojos veían era la inmensa luminosidad que había en los techos. Abrí mis labios resecos sintiendo mi garganta seca, mi rostro me comenzaba a arder ocasionando que soltara un gemido por el extraño dolor en mi piel.

Escuché el molesto sonido de unas puertas abrirse y de inmediato fui cubierta por una gran cantidad de cámaras que apuntaban hacia mi rostro provocando que cerrará los ojos debido a la intensidad del flash.

— ¡Señorita Hamilton! ¡Señorita Hamilton! ¡¿Qué les sucedió a sus amigos?! ¡¿Cómo fue que sobrevivió dos meses en la jungla?!—. Escuché muchas voces que repetían lo mismo. No podía entenderlos a ninguno de ellos, solamente se me formó una sonrisa en el rostro por la gran felicidad que sentí en ese instante al darme cuenta de que salí por fin de esa jungla.

Las lágrimas desbordaron de mis ojos ... no lloraba de tristeza, claro que no. Lloraba de felicidad.

Lo último que pude ver fue a los enfermeros apartar con brusquedad a los reporteros antes de que una mascarilla fuera puesta en mis labios y nariz, respire con tranquilidad la droga para luego de unos segundos perder el conocimiento.



Un mes después ...





— No volveré a esa jungla—. Fue mi única respuesta a los dos hombres que estaban sentados frente a mi—. Ya se los había dicho. Mis amigos murieron por culpa de esos nativos, yo no tengo nada que ver en sus muertes.

— Entonces ... ¿Cómo es que sobrevivió tanto tiempo?—. Aquella pregunta me tomó por sorpresa causando que mi pecho se oprimiera por el dolor al pensar en Ezra.

— Simplemente intenté sobrevivir y eso hice, ahora estoy aquí sana y salva.— Respondí cortante—. Todo lo que deseen saber está en el informe dónde conté todo lo sucedido. No necesito que más detectives vengan y me pregunten barbaridades. Buen día, señores—. Mencioné en despedida.

— No tiene permitido salir del país hasta que encontremos las pruebas suficientes y los cuerpos de los desaparecidos—. Me avisó uno de ellos cómo si se tratará de una maldita orden.

— Eso lo sé perfectamente.

Cuándo la puerta de mi suite fue cerrada pude soltar todo el aire que contenía en mis pulmones. La pequeña taza de café que sostenía se resbaló accidentalmente de mis manos sudorosas. Era obvio que no podía decir que extrañas criaturas de otro planeta se dedicaban a cazar humanos en esa jungla. Todo el mundo me tomaría de loca y me meterían a un manicomio.

Aunque Ezra era parte de eso por una extraña razón que yo misma desconozco no quería que fuera lastimado o que le sucediera algo mucho peor si es que lo encuentran.

Luego de que me dieran de alta hace unos días atrás pude dar mi testimonio sobre cómo es que pude salir viva. El juez dictó que podía estar todo el tiempo aquí hasta que la búsqueda llegará a su fin lo cuál me enfadó de sobremanera sabiendo que los oficiales me trataban cómo si yo fuese una criminal.

Las investigaciones siguieron su curso e incluso varios policías que pertenecían a está parte de la cuidad iban a la jungla con la fuerza canina con el objetivo de buscar a mis amigos. Me ponía demasiado triste al saber que sus cuerpos jamás serán encontrados por ellos.









 Me ponía demasiado triste al saber que sus cuerpos jamás serán encontrados por ellos

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BESTIA SANGRIENTA  [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora