Me moví incómoda tratando de buscar una buena postura para volver a dormir, solté un suspiro mientras me giraba quedando boca abajo. Mis ojos permanecieron cerrados tratando de conciliar nuevamente el sueño pero un golpe sordo proveniente de arriba me hizo fruncir el ceño. Maldije internamente a la persona que habitaba la habitación de arriba por estar haciendo mucho ruido a estás horas de la noche.
Con mi cuerpo desnudo y cubierto por el edredón me negué para levantarme e ir a cerrar las puertas de mi balcón debido a la fuerte ventisca que se colaba por la entrada. Con tan sólo haber pasado unos minutos estaba por caer a los brazos de Morfeo de no ser por la extraña calidez alrededor de mi cuerpo. Solté un bajo gemido sintiendo cómo unos dedos fríos tocaban mi vientre dentro del edredón.
Hace mucho que no tenía este tipo de sueños.
Aquellas mano de gran tamaño subió lentamente por mi vientre hasta detenerse en uno de mis pechos que luego empezó a tocarlo causando que mi cuerpo se calentara hasta tal extremo. Los tocamientos se sentían tan real para mi provocando que tomará la mano del hombre que parecía tan entretenido con mis pezones y detenerlo para que no siguiera.
Sus manos dejaron de tocar mi cuerpo a lo que extrañamente se me formó un grueso nudo en mi garganta pero eso lo dejé en el olvido al momento de soltar un grito sintiendo aquellos dedos tocar con curiosidad mi intimidad apartando la tela de mi braga. Esto definitivamente no era un sueño, dejé que mis ojos se abrieran para luego darme la vuelta quedando boca arriba en la cama, solté todo el aire que contenía mis pulmones al ver una robusta silueta oscura a un lado mío.
Cómo pude me aparte cayendo de rodillas en el suelo y arrastrando hacia atrás mi cuerpo desnudo muy lejos del extraño, toda mi anatomía comenzó a temblar pensando que se trataría de un posible violador.
Un bajo gruñido fue emitido por el extraño dejándome en ese instante cómo una estatua al reconocer perfectamente aquél sonido característico de ... Ezra.
El miedo más la adrenalina sintiendo en todo mi cuerpo me permitió levantarme e irme corriendo hacía el baño dónde me mantuve encerrada muy lejos de él. Escuché sus fuertes pasos venir hacía aquí a lo que abracé mis piernas con fuerza ignorando por completo la frialdad del suelo debajo de mis muslos. Ezra empezó a rasgar la madera cómo si se tratase de un perro abandonado queriendo entrar a la casa de sus dueños, me negué internamente deseando que se fuera nuevamente a la jungla y me dejará en paz.
— ¡Fuera de aquí! ¡Largo!—. Grité aterrada empezando a sentir las gotas de mis lágrimas caer por mis mejillas y mentón. La puerta dejó de ser rasgada segundos después no escuché absolutamente nada, me levanté del suelo lentamente para coger mi bata de baño y envolverme con ella.
Segura de que se había ido tomé la perilla para luego abrir lentamente la puerta del baño revelando así el cuerpo enorme y oscuro de Ezra cerca de mis pies descalzos. Mi corazón dio un vuelco en ese instante y sin pensarlo me lancé hacía él para verificar su estado. La luz que provenía del baño me permitió observar horrorizada las heridas profundas que yacían esparcidos por todo su abdomen, mis manos se elevaron hasta tocar el rostro de Ezra quién solamente soltó un gemido por el dolor.
No sabía que hacer en ese momento, por un lado estaba el de ayudarlo pero por el otro era llamar a las autoridades para que así lo vieran y pudieran creerme sobre estos seres que llegan a la jungla y secuestran a las personas. Decidida a tomar mi móvil y marcar el número de emergencias opté por levantarme pero de manera repentina mi muñeca fue envuelta por uno de los tentáculos de Ezra quién me observaba con una expresión rara provocando que me volviera a sentar en el suelo a lo que su tentáculo me soltó de aquél agarre.
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BESTIA SANGRIENTA [LIBRO 1]
Romance"No te dejes engañar por las apariencias, porque la belleza en sí está en el alma". ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Esos ojos de reptil que me acechan. Su lenta respiración que me pone intranquila. Los largos colmillos que me provocan temor y esos largo...